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Llegó a la plataforma de streaming esta comedia que protagonizan los argentinos Benjamín Amadeo, Carla Quevedo y el uruguayo Hugo Piccinini
El mundial de Qatar está a la vuelta de la esquina y el fútbol parece estar en todos lados. El streaming no se iba a salvar de esta fiebre mundialista.
En las últimas semanas se estrenó la segunda temporada de El presidente (Amazon Prime Video), esa serie de Armando Bó que en tono de comedia habla de cómo Joao Havelange convirtió un deporte en una máquina de hacer dinero, y corrupción; también la docuserie Sean eternos: Campeones de América (Netflix) sobre la selección argentina y su victoria en la Copa América; y la película El gerente, de Ariel Winograd con Leonardo Sbaraglia que llegó a Paramount+ y se basa en una historia verídica, la del gerente de Noblex que creó la campaña viral de marketing: “Si Argentina no clasifica al mundial no pagás la televisión”.
El miércoles se estrenó en Star+, Robo mundial. Compuesta por seis episodios de media hora, esta miniserie tiene a Joaquin Furriel, Benjamín Amadeo, Carla Quevedo, Javier Gómez, Diego De Paula, Agustina Tremari, Hector Echavarria y Hugo Piccinini al servicio de esta historia que comparte la premisa con la película El gerente, aunque con algunas variantes.
El argentino Gabriel Nicoli, quien escribió y dirigió la serie Monzón, el clip "A las nueve" de No Te Va Gustar y el documental El verano siguiente, sobre la banda de Emiliano Brancciari, es el creador y director de esta graciosa serie.
Aquí la trama se centra en Lucho Buenaventura (Furriel), un viudo algo torpe y con un hijo de 10 años a cargo que trabaja en una empresa de electrodomésticos que aplicó la misma estrategia de marketing, claro que aquí la cosa cambia y mucho.
Una vez que se conoce que Argentina entró al mundial, Lucho decide sacar todos sus ahorros y comprar pasajes, hotel y entradas para ir con la intención de estrechar lazos con su hijo preadolescente. La jugada sale bárbara, recibe elogios de los jefes, colegas y queda como el mejor padre del mundo.
Pero -siempre hay un pero- por incidentes ocurridos en un partido eliminatorio contra Brasil, se determina que Argentina queda afuera del mundial. En su lugar irá Chile.
Así, en un segundo su vida cae en picada. Adiós a las chances de vincularse con su hijo, su trabajo no está en el mejor momento, y ni hablar de recuperar el dinero de los pasajes ya que la empresa de viajes cerró sin aviso dejando a sus clientes bastante iracundos. Por razones obvias, el panorama en el trabajo tampoco es el mejor. Parece estar en “El peor día de tu vida”, aquella cámara oculta de Tinelli.
“Nunca van a entender la viveza criolla, nuestro superpoder para luchar contra el sistema. Hay que usarlo. Nos bancamos la corrupción, la inflación, que nos garchen con el dólar, que se queden con nuestra guita, laburamos para pagar una deuda eterna de estos multimillonarios, ¿y ahora esto?”, comenta Wally (Benjamín Amadeo), mejor amigo y colega del protagonista en un momento de desesperación. Lucho está de acuerdo.
Su hijo le comenta que el trofeo del mundial anda dando vueltas por el mundo, y una de las paradas es Argentina. Supuestamente con la intención de la FIFA de calmar las aguas con la hinchada, aunque varios lo ven como una tomadura de pelo. Eso, a Lucho le viene como anillo al dedo, porque en una acto de desesperación se le ocurre que si roba la copa, Argentina podría tener chances de volver al mundial. Si la idea le parece ilógica y descabellada, tiene toda la razón, pero Lucho es un hombre desesperado que quiere hacer lo imposible por ver sonreír a su hijo.
Junto a un grupo de amigos y compañeros de trabajo tan desgraciados y a punto de quedar desempleados como él, y un compañero de la infancia que ahora es ladrón de bancos, arman una estrategia al estilo Misión imposible o La gran estafa tercermundista y con la idiosincracia argentina.
La misión es clara y el objetivo está trazado, eso sí, sobre cómo llevarlo a cabo ninguno de ellos tienen la menor idea.
"En esa torpeza es donde creo que la serie tiene mucha actualidad", dijo Furriel en una entrevista con Telam por el estreno de la serie. "A mí lo que me gusta de los mundiales esencialmente es que es la primera vez donde todos tenemos como una especie de buena onda con el ser argentino, se calma un poco esa enemistad que podemos tener por nuestras diferencias. Esa fricción que existe en todos lados".
Con un plan descabellado y sobre todo nada que perder, este grupo variopinto de ladrones amateur hará lo posible por devolverle la sonrisa al pueblo luego de una fiera sanción, y todo esto está contado con mucho humor.