Nicolás Lauber
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La música está llena de historias como la que cuenta Todos quieren a Daisy Jones, la serie de Prime Video que estrenó ayer sus primeros tres episodios y narra, como en un falso documental, el ascenso y desaparición de la ficticia banda de rock Daisy Jones & The Six, que -se cuenta- fue un suceso a comienzos de los años setenta en California.
Su inicio no fue sencillo, pero gracias a la química de sus vocalistas Daisy Jones y Billy Dunne, alcanzaron rápido el éxito. Por ese motivo, la disolución de la banda siempre estuvo rodeada por un halo de misterio. A 20 años de la separación, todos los integrantes decidieron hablar por primera vez de lo que ocurrió en esos tiempos. De eso va la serie.
Como si fuera un especial de Behind the Music, aquella docuserie de VH1 sobre la historia de bandas memorables, la serie se mueve por distintas líneas temporales. Inicia con imágenes de un concierto en 1977, el último de la banda, y una serie de entrevistas que se realizan dos décadas después para tratar de entender por qué un conjunto, en su mejor momento, decide romperse sin dar explicaciones.
Al igual que los Stillwater de la película Casi famosos o los Spinal Tap de, justamente, Esto es Spinal Tap, la banda Daisy Jones & The Six nunca existió, aunque resume esa idea conocida -y en tantos casos real- de sexo, drogas y rock and roll. No hay que buscar muchas referencias para entender que Fleetwood Mac es la gran fuente de inspiración.
Lo ha reconocido la propia Taylor Jenkins Reid, autora de la novela que dio base a Todos quieren a Daisy Jones y best seller que ya ha contado tramas que mezclan elementos de ficción con algo de historia. En Los siete maridos de Evelyn Hugo narraba la vida de una ficticia leyenda de Hollywood, y en Malibú renace, la historia de tres hermanos famosos en los años ochenta.
Su sello y esa combinación, a lo que hay que sumar una muy buena banda sonora (todas las canciones del conjunto fueron compuestas para la ficción y están muy bien), una detallada reconstrucción de época, y sobre todo un carismático elenco compuesto por Riley Keough, Sam Claflin, Camila Morrone, Suki Waterhouse, Nabiyah Be y Will Harrison, convirtieron a Todos quieren a Daisy Jones en una de las series más esperadas del año. Luego de ver los primeros episodios, la espera valió la pena.
La trama y las voces que lo cuentan
Riley Keough, nieta de Elvis Presley y protagonista una de las mejores películas de 2020, Zola, es Daisy, heredera de la belleza de su madre y el dinero de su padre, y a quien siempre le dijeron que no tenía talento. Sin embargo, ella nunca dejó de soñar con ser artista. “No quiero ser la musa de alguien, quiero ser ese alguien”, le dice en un momento del primer episodio a un hombre que la define como su inspiración.
Por su parte Sam Claflin es Billy Dunne, un joven de Pittsburgh que siempre fue a contracorriente, y cuando las opciones de vida eran trabajar en una fábrica o ir la guerra, él eligió la música. Es parte integral de The Six, la banda que inició su hermano menor con la intención de atraer chicas.
Un día Billy conoce a Camila (Camila Morrone), quien se vuelve fotógrafa de la banda y su pareja. Ella, siempre con una sonrisa, decide dejar su vida, trabajo y universidad para acompañarlo a él y a los demás músicos a California, ese lugar donde -les dijeron- están los que quieren ser alguien.
Entre los que viajan están Will Harrison como Graham Dunne, hermano menor de Billy, y Suki Waterhouse, quien interpreta a Karen, la tecladista. Ella y Morrone charlaron vía Zoom con El País.
“Creo que fue un honor sumarnos”, comenta Suki Waterhouse, que es modelo y actriz británica y ha participado de películas como Orgullo, prejuicio y zombies y Persuasión. “Quería ser parte de esta serie más que nada en el mundo, para poder viajar a los setenta y al apogeo del rock, porque la mejor música se hizo en esa época. Y hay un guion muy rico con buenos personajes femeninos”.
Para poder conformar una banda, Waterhouse, que se encarga de tocar el teclado, cuenta que estuvieron cinco meses ensayando antes de comenzar a filmar. “Eso fue un gran incentivo para mí”, dice.
“Lo mismo para mí”, agrega Morrone, que es actriz y modelo, hija de argentinos e hijastra de Al Pacino. “Todos los elementos que estaban en el libro, están en la serie y eso es lo que busco en un proyecto. Por supuesto que también pesa el libreto, el personaje y conocer quién es esta mujer, lo que representa, y su arco dramático”.
Claro que uno de los motivos que más le interesó a Morrone para sumarse al proyecto fue que se filmó en California, su lugar en el mundo (aunque en la breve charla aprovecha para dedicarle elogios entusiastas a Punta del Este).
“Al ser una chica nacida y criada en Los Ángeles, es mi ciudad, y poder filmar en mi hogar lo sentí como algo mucho más personal. Pudimos crear lo que imaginamos que eran los setenta en la ciudad, vimos muchas fotos de Tourbadour, Whisky a Go Go, Sunset Boulevard, todos lugares que son personales para mí porque conozco sus historias y sentí que podía hacerlo”, admite.
¿Y cómo fue efectivamente recrear aquella época? “¡La pasamos bomba!”, dice Morrone en su perfecto español. “Nos divertimos mucho y nunca perdimos la capacidad de asombro mientras lo hacíamos”.
Waterhouse coincide y añade: “Es una gran responsabilidad el llenar las expectativas de tantas personas que leyeron el libro, aunque nosotros, sobre todo, disfrutamos mucho interpretando estos personajes que nos dieron. Fueron un regalo porque estaban tan bien descritos con sus contradicciones, que sufren por amor, la pérdida... Hay muchos corazones rotos y mucho perdón”.