FINAL

nicolás lauber

Hay series que marcan una época pero The Walking Dead, cuyo episodio final se estrenó el pasado 20 de noviembre (está disponible en la plataforma Star+) se convirtió en un hito cultural.

Llevó, por ejemplo, el terror al prime time televisivo siendo, además, la primera serie de horror y ciencia ficción producida por una cadena importante (AMC) filmada con calidad cinematográfica. Fue pionera en proponer una historia adulta, y bastante violenta como otro éxito surgido en su mismo año 2010: Game of thrones.

La serie tomó como inspiración la novela gráfica del mismo nombre (escrita por Robert Kirkman y dibujada primero por Tony Moore?y luego por Charlie Adlard), aunque con las temporadas -11 en total para 177 episodios- las tramas fueron cambiando de la versión original.

Fue la historieta, en 2003, lo que primero se conoció de la historia y se convirtió en un éxito editorial, como había pasado en todo el mundo. La serie, en definitiva no hizo más que agrandar un fenómeno global ya establecido.

La serie se convirtió en un fenómeno, nominado a los Globo de Oro, con reconocimiento del American Film Institute, presentaciones multitudinarias en las Comic-Con. Hice celebridades a sus protagonistas: Norman Reedus (estuvo en Uruguay filmando otra serie), Danai Gurira (Okoye en el universo Marvel) y Andrew Lincoln (el joven de los carteles en Love Actually).

Desde el estreno de la serie (el 31 de octubre de 2010), The Walking Dead se convirtió en una industria en sí misma con precuelas y subproductos  y mucho merchadising. También puso de moda al género zombie en todo el mundo y distintas productoras decidieron sumarse a la ola para comenzar a desarrollar series o miniseries con este tema.

En Uruguay se llegaron a realizar “Marchas zombie” que se detuvieron por la pandemia.

El fenómeno zombie también está en los servicios de streaming. Hay ficciones como la comedia iZombie (HBO Max), la de producción de terror Kingdom (Netflix) que se ambienta en una histórica Corea, la brasileña Reality Z (Netflix) que se desarrolla dentro de un ficticio reality show, la comedia Santa Clarita Diet (Netflix), S.O.Z.: soldado o Zombie (Amazon prime Video) o Black Summer (Netflix). Todos podemos agregar ejemplos, incluyendo muchos en el cine.

La historia se centra en un grupo de sobrevivientes a un apocalípsis zombie que intentan salvarse de los muertos vivientes, y además de otros humanos que son todavía más peligrosos. Esta trama enganchó a la audiencia, aunque con el correr de las temporadas, el furor se fue apagando. Igual, la quinta temporada llegó a reunir a cerca de 15 millones de espectadores por episodio. Durante cuatro años fue de las series más pirateadas.

A eso debe haber ayudado que The Walking Dead se especializó en dejar a los espectadores sin saber qué esperar, gracias a los “cliffhangers” que se convirtieron en sello de la serie. La muerte de Glenn (Steven Yeun) en el inicio de la séptima temporada es un buen ejemplo de eso.

Momentos como esos, no evitaron cierta sensación de que la serie (y por lo tanto el negocio) fue estirada al extremo. Eso queda demostrado en los arcos argumentales que le dieron a personajes como Negan (Jeffrey Dean Morgan), quien apareció como un sádico y líder de un culto a su persona, y lo terminaron mostrando como un hombre que buscaba redención. Esos cambios no fueron bien aceptados.

El cine uruguayo no ha salido ileso del fenómeno de los zombies. Gustavo Hernández, el creador de La casa muda estrenó en abril, Virus 32, que llenó zombies el abandonado edificio del Club Neptuno. Pablo Stoll está en la posproducción de una “comedia romántica con muertos vivientes”.

"Vi un par de temporadas y me embolaron porque hay muy pocos zombies y mucha cosa entre humanos", comentó Stoll.

A Matías Castro, organizador de Montevideo Comics donde suelen acudir fanáticos disfrazados como los personajes, la serie lo atrapó desde el inicio.

"Fue muy adictiva y estaba en un crescendo de violencia hasta la séptima temporada. Ahí llegaron a un extremo de violencia que puso a prueba en buena parte del público", dijo. Castro se refiere a la llegada de, precisamente, Negan.

Es cierto, luego de esta incorporación, la serie se fue diluyendo en ideas simples, como la introducción de distintas comunidades de humanos que iban apareciendo en el camino. Eso hizo que se perdiera el ritmo adictivo que supo tener en sus primeras temporadas.

"Pegaron un giro muy explícito, creo que marcado por el feminismo -era una serie de hombres con armas- y empezaron a resolver los conflictos sin mucha acción", dijo Castro.

Amada, criticada, parodiada y odiada, The Walking Dead, no enseñó, además, lo que parecía imposible: los humanos podemos llegar a ser mucho más peligrosos que los zombies. Aunque 11 temporadas capaz que no alcancen para darnos cuenta de esa gran y triste verdad.