PERFIL
Este viernes se estrenó la segunda temporada de "Space Force", la serie que Steve Carell escribió junto a Greg Daniels, el exguionista de "The Office".
No será con The Office, pero al menos Steve Carell está de regreso con una comedia. De cualquier manera, los seguidores de la serie emitida entre 2005 y 2013 tienen motivos para alegrarse, porque Space Force —la sitcom que ayer estrenó su segunda temporada en Netflix— repite el reencuentro entre Carell y Greg Daniels, el guionista con el que trabajó en el éxito que terminó de consagrar su carrera.
The Office, que surgió como una adaptación de la serie homónima británica creada por Ricky Gervais, despertó un nuevo un nuevo furor tras la irrupción de la pandemia. Es más, en 2020 y cuando todavía estaba disponible en Netflix, The Office fue la serie en streaming más vista en Estados Unidos.
Y, ahora que se encuentra en HBO Max y Amazon Prime, el interés por la historia que Carell protagonizó en el papel de Michael Scott —ese personaje tan irritante como inolvidable, cuya taza aseguraba que era “el mejor jefe del mundo”— sigue vigente. Todos los días alguien la redescubre o la ve por primera vez, algún meme o GIF inspirado en el absurdo día a día de la empresa papelera de Pensilvania aparece en redes sociales, e incluso se puede escuchar uno de sus diálogos en una canción de Billie Eilish (“My Strange Addiction”).
Si bien The Office fue uno de los puntos más altos de la carrera de Carell, el actor prefirió escaparle a la sombra de Michael Scott. Dejó la serie en 2011 —aunque la historia continuó por otras dos temporadas— y prefirió sumergirse en el drama.
Su primera gran apuesta después de dos olvidables comedias como Buscando un amigo para el fin del mundo (2012) y El increíble Burt Wonderstone (2013), fue Foxcatcher (2014), inspirada en la vida del medallista olímpico Mark Schultz. Carell interpretó al filántropo estadounidense John Eleuthère du Pon y le fue bastante bien porque ese papel —que lo mostró irreconocible—, le valió una nominación al Oscar como mejor actor y, especialmente, le permitió dejar atrás a la ya clásica imagen de hombre ingenuo y despistado que edificó en éxitos como Virgen a los 40 y Superagente 86.
Su camino como actor dramático continuó con otros triunfos. Tuvo éxito con La gran apuesta, la comedia dramática de Adam McKay sobre la última gran crisis estadounidense y reemplazó a Bruce Willis en Café Society, la película de Woody Allen ambientada en el Hollywood de los treinta.
Además, volvió a sorprender con La batalla de los sexos, la biopic sobre los tenistas Billie Jean King y Bobby Riggs que le brindó una merecida nominación al Globo de Oro como mejor actor; y con la oscura y desgarradora Beautiful Boy: Siempre serás mi hijo, donde encarna a un padre que debe ser testigo de cómo su hijo se hunde en la drogadicción.
Es verdad que todas estas experiencias le permitieron escaparle al infierno tan temido del encasillamiento actoral, pero aún había público reclamándole el regreso de The Office. Y el actor, que quiso reírse de la situación, sepultó las esperanzas en Saturday Night Live en 2018. Invitó a tres de sus excompañeros al set del programa y cuando le preguntaron si retomaría la serie, aseguró que no era “la mejor idea”.
Sin embargo, en 2020 el anuncio del estreno de Space Force en Netflix fue la noticia más alegre para todos aquellos que deseaban que Carell retomara las comedias para la pantalla chica. Y si no alcanzara con eso para que la noticia recorriera el mundo, su ya mencionado reencuentro con el guionista de The Office fue el ingrediente necesario para que la serie de Netflix se convirtiera en una de las más esperadas del 2020.
Space Force se completaría con un reparto estelar en el que sobresalían John Malkovich, Lisa Kudrow, Noah Emmerich, Ben Schwartz y Diana Silvers, y todo indicaba que sería un nuevo triunfo en la carrera de Carell. Sin embargo, no todo salió bien.
El concepto detrás de la serie era tan prometedor como su elenco: Carell interpreta a Mark Naird, un general que tiene a su cargo a la flamante Fuerza Espacial, creada por pedido del presidente de poner “botas norteamericanas en el espacio para el 2024”, una referencia directa a la administración de Trump.
Desde una base en Colorado, Naird intenta cumplir con su misión, secundado por un científico interpretado de manera brillante por Malkovich. La primera temporada dejó buenos momentos que recuerdan al lado más absurdo de The Office —como un chimpancé que intenta salvar una misión espacial—, pero la critica se mostró decepcionada. Carga con apenas un 38% de críticas positivas en el agregador de reseñas Rotten Tomatoes.
Sin embargo, el público fue mucho más receptivo con esa historia que también carga con una buena dosis de sátira política. Tal vez sea por eso que, contra todo pronóstico, Netflix decidió apostar nuevamente por Space Force y ayer estrenó su segunda temporada.
Con episodios de 10 minutos menos que los de la temporada anterior, la historia se vuelve más concisa y el relato vira hacia terrenos todavía más absurdos que tratan de acercarla a lo mejor de The Office —como el episodio dedicado a una guerra de bromas en vez de una lucha contra la burocracia estadounidense—, como método para encantar al público.
Se trata de una segunda oportunidad para demostrar que Carell puede volver a la comedia sin tener que apelar al regreso de The Office. Por ahora, ha recibido mejores críticas que la temporada anterior. Habrá que ver qué sucede.