ENTREVISTA

Stanley Tucci pasó los primeros meses de la cuarentena como todos, encerrado en su casa. El tiempo lo aprovechó para escribir un libro que saldrá en los próximos meses en Estados Unidos, y también usó sus redes sociales para demostrar sus dotes culinarios. “Así que estuve escribiendo, cuidando de los niños, cocinando, limpiando y todo eso”, le dijo el actor a El País durante una entrevista exclusiva para charlar sobre la serie La Fortuna que se estrena hoy a las 22.00 por el canal AMC.

Entre los 137 títulos que tiene a cuestas, Tucci tiene varios papeles recordados. Fue el director de arte de la revista Runway en El diablo viste a la moda; el presentador de amplia sonrisa, Caesar Flickerman, en Los juegos del hambre; el abnegado marido de Julia Child, Paul, en Julie & Julia; el ejecutivo que ocultaba su ritmo en ¿Bailamos?; el doctor que le dio sus poderes a Capitán América; y además participó en series icónicas como ER, Monk o Feud.

Estuvo nominado al Oscar por interpretar al asesino serial George Harvey en Desde mi cielo, y lleva ganados cuatro premios Emmy. El último lo consiguió el año pasado, por la docuserie Stanley Tucci: Searching for Italy que se emitió, en Estados Unidos, por CNN.

Y aunque la excusa de esta charla es un proyecto de televisión, Tucci también habla con pasión de su amor por el cine. “Me encantaba ver películas antiguas en la televisión cuando era niño. Teníamos una televisión en blanco y negro, así que si la película era en blanco y negro o no, nunca lo supe realmente”, dijo el actor entre risas.

“Me encantaban las películas de los años 30 y 40. Siempre me encantó todo eso, y una vez que pude ir al cine, miraba lo que hubiera en la cartelera en ese momento. En ese entonces tendría unos 10 años e iba al cine con mis amigos. Así que estamos en 1970, digamos, e iba a ver películas como El planeta de los simios. Y a medida que fui creciendo, descubrí otras cosas. Recuerdo haber visto Todos los hombres del presidente, fue una de las cosas más poderosas que haya visto. Todavía regreso y miro esas películas porque son muy influyentes”, dijo.

—¿Y empezaste a pensar en convertirte en actor también cuando eras un niño?

—Hice una obra de teatro, cuando tenía 10 o 12 años y me encantó. Me di cuenta que me gustaba estar en el escenario. Fue pasando el tiempo y me di cuenta que a medida que crecía me sentía más cómodo arriba del escenario que fuera de él.

—¿Hoy qué te hace unirte a una película o serie?

—Me fijo en algunas cosas. Si el papel es bueno, si es complicado, porque no me gustan los papeles superficiales, los que son un pastiche o el típico hombre malo, porque eso es aburrido. Necesitas algo de complejidad, y luego, por supuesto, hay que tener en cuenta con quién es: quién es el director, qué tan bueno es el guion en general, dónde se va a filmar y cuánto tiempo me va a llevar. Todas esas cosas pesan a la hora de aceptar un papel.

Por lo visto, La fortuna cubrió todas esas necesidades. Esta producción española dirigida por Alejandro Amenábar se centra en el joven Álex Ventura (Álvaro Mel), un inexperto diplomático que se convierte en el líder de una misión que pondrá a prueba todas sus convicciones: recuperar un tesoro robado. Del otro lado del escritorio se encuentra Frank Wild (Tucci), un aventurero que recorre el mundo, justo, encontrando tesoros.

—¿Cómo podés describir a Frank Wild, tu personaje en la serie La fortuna?

—Es un obsesionado con todo lo que tiene que ver con un naufragio, que se encuentra en el fondo del mar. Y claro, él cree que tiene derecho a tomarlo, pero el gobierno español tiene otras ideas.

—¿Es más fácil interpretar al villano que al héroe?

—Para mí es más fácil si el rol es complicado, porque cuanto más complicado es el personaje, más me gusta. Me interesan los papeles que significan un desafío.

—Si es por los desafíos y la versatilidad, vos tenés incluso una serie de cocina. ¿Cómo surge eso?

—Es una exploración por las regiones de Italia en términos de comida. Así que viajamos allá y si bien no visitamos todos los lugares, estuvimos en 13 o 14 regiones, porque la comida en Italia es tan interesante y complicada y tan diferente entre Sicilia a Nápoles, que quería explorar eso y mostrarle a la gente esa diversidad. También cómo la comida está conectada con la historia, la geografía y la socioeconomía de los lugares.

—Parece que no podés detenerte: tenés una serie para promocionar y muchas cosas en desarrollo.

—Sí, es divertido. Siempre estoy haciendo algo. Tienes que hacer algo o te vuelves loco. Ahora me estoy tomando un tiempo para descansar. Bueno, no es mucho. porque estoy hablando contigo y promocionando La fortuna.

—¿La promoción es más complicada que la filmación?

—Es difícil tener que promocionar, no voy a mentirte, hago esto porque creo en el proyecto. Lo más difícil es cuando tienes que pretender que te gustó la película o serie, y hablar de eso. Entonces empiezas a decir: “Oh, ¡fue tan divertido!”, y esas cosas. Igualmente es complicado, porque terminas sin recordar con quién hablaste o de qué proyecto tenés que hablar, y creo que eso no es saludable para nadie.

—¿Cómo fue trabajar con Alejandro Amenábar, el director español de La fortuna?

—Fue increíble. Me encantó trabajar con él. Es una persona increíblemente agradable y es tan talentoso, paciente y amable. Fue una gran experiencia. Lo conocía porque hizo una de mis películas favoritas de todos los tiempos Mar adentro. Maldita sea, ¡qué película!

—Tenés una carrera conocida. ¿Eso te permite trabajar con el director y elenco que querés, o no es algo tan fácil de conseguir?

—No. Fue una casualidad que me ofreciera el papel. Dije: “Oh, Dios mío, este director me está llamando”. Y fue un gran proyecto. Así que estaba muy emocionado, por supuesto. Cada proyecto que haces puede no convertirse en una gran película, y puede que no termines teniendo un gran papel, pero este lo tiene todo.