Tiene un apellido vinculado a los inicios de Hollywood, y una carrera en la que no han faltado éxitos en cine y televisión. Tony Goldwyn, nieto del magnate Samuel Goldwyn, debutó en la pantalla grande en una saga de terror (en Viernes 13: Parte 6, de 1986), y consiguió su primer gran éxito en Ghost: La sombra del amor en 1990, donde fue el villano de la historia de amor entre Patrick Swayze y Demi Moore.

Desde entonces ha saltado entre la pantalla chica y el cine, y mañana se suma a la premiada La ley y el orden que emitirá sus capítulos por la plataforma Universal+, disponible en NSNow de Nuevo Siglo.

—Vienes de una familia vinculada al cine. ¿Siempre pensaste en ser actor?
—Se podría decir que sí, pero cuando era niño no sabía que tenía un apellido famoso en Hollywood. Recuerdo que a los 14 años estaba en una obra de teatro en la escuela, y eso fue todo, no pude dejarlo.

—En este tiempo has interpretado a un presidente, abogado, astronauta, militar. ¿En qué rol te has sentido más cómodo?
—Supongo que sería el rol de Presidente de los Estados Unidos (en la serie Scandal), creo que es un papel que no se puede mejorar (risas). Pero lo que más valoro de esta profesión es poder hacer todo tipo de cosas diferentes. Cada vez que hago algo, quiero hacerlo diferente. Esa es la alegría de este trabajo, realmente, no estar atrapado haciendo una misma cosa.

Foto: Virginia Sherwood/NBC

—¿La gente todavía te recuerda como Carl Brunner, tu personaje de Ghost?
—Sí, claro, todo el tiempo. Esa película continúa estando vigente. La gente la ama y la ve todo el tiempo, porque creo que todos la hemos visto. Es muy lindo ser parte de una película que todavía se recuerda.

—Eso que desde entonces has estado en películas conocidas como la saga Divergente y Rey Richard. En 2023 fuiste parte de Oppenheimer, que terminó con el Oscar a mejor película.
—Sí, fue un gran honor haber sido parte de esa película. Christopher Nolan es uno de mis directores favoritos, y cuando me pidió ser parte del elenco, salté de la emoción. Recuerdo que nos dijeron que el libreto era muy secreto y que nadie podía leerlo. Y me dijeron que si quería leerlo, primero tenía que aceptar el papel, cosa que hice. No sabía para qué sería, pero quería ser parte de ese proyecto. Así que tuve que ir a una habitación para firmar un acuerdo de confidencialidad para leer el libreto que era bastante largo, como una novela. Ya entonces pensé que era algo absolutamente brillante, y cuando vi lo que Chris hizo con la versión final, fue un gran trabajo. Mi personaje no es tan central (interpretó a Gordon Gray, el jefe del comité encargado de revocarle las credenciales a Oppenheimer), pero fue interesante de interpretar, y lo más emocionante fue ser parte de esa historia y trabajar con Chris.

—Además de películas, hay un universo en televisión del que has sido parte, como Scandal o The Good Wife. También La ley y el orden, a la que te sumas en esta temporada, aunque ya habías sido parte de ese universo policial creado por Dick Wolf.
—Sí, Scandal fue una serie divertida de hacer. En 2007 estuve en unos episodios de Law & Order: Criminal Intent. Ahora me sumé a La ley y el orden porque Sam Watterson que ha interpretado el icónico Jack McCoy durante tantos años, se retiró, y mi personaje, Nick Baxter, se convirtió en el nuevo fiscal de distrito de Nueva York. Tomé la posta de Sam, lo que ha sido genial. Es un personaje muy interesante que están escribiendo para mí, y estoy acompañado de un genial elenco. Es un poco una versión más moderna de La Ley en Orden, porque ahora se está empezando a mostrar la vida de los personajes y cómo interfieren con el trabajo. Eso se convierte algo muy complicado, porque las tensiones entre los personajes son más pronunciadas que en la versión clásica de La ley y el Orden que se enfocaba únicamente en el caso. Así que tiene todo lo que siempre ha tenido la serie, con el agregado de estos nuevos niveles en los personajes que la hacen mucho divertido.

Foto: Virginia Sherwood/NBC

—Tienes casi cuatro décadas como actor, ¿es común que alguien escriba un personaje para ti?
—Bueno, en la televisión, de las cosas que más disfruté hacer fueron Scandal y La ley y el orden, que se escribieron para para mí. Cuando Shonda Rhimes me pidió ser el presidente para su nueva serie, ella realmente vio lo que yo podía darle al personaje y escribió basado en lo que charlamos. Después se hace una especie de colaboración silenciosa, y lo mismo está sucediendo con La ley y el orden. Discutimos lo que el showrunner tenía en mente para mi personaje, y a través de nuestras charlas, el personaje ha evolucionado de lo que estaba escrito. Es realmente divertido estar sorprendido por lo que se viene para mi personaje.

—En tu carrera has hecho cine y televisión, lo que no se logra siempre. ¿Había un prejuicio sobre el actor de cine trabajando en series?, ¿cuál fue el punto de quiebre para el cambio?
—Sí, antes había una separación entre el cine y la televisión, y no podías hacer ambas cosas. Así que muy temprano en mi carrera, hice mucha televisión para obtener un trabajo en cine. Y después de Ghost, no pude volver a la televisión, por lo menos durante unos 10 años, porque había un estigma, continuaba esa separación en Hollywood. Si eres un actor de televisión, no puedes entrar en películas. Por suerte todo cambió y ha sido maravilloso. Los Soprano de HBO cambiaron el juego, y desde los 2000 ha habido un flujo libre entre películas y televisión. Eso me liberó para empezar a hacer otras cosas. También he estado dirigiendo películas y televisión. Por eso Scandal es una serie tan importante para mí. Me emocionó tanto poder hacerla, porque fue mi primera experiencia de una serie regular, y me encantó. Y ser parte de La Ley y el orden es muy divertido. Es como ser parte de una novela que parece no terminar más.