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Los fenómenos en tiempos de streaming responden a muchos factores que no necesariamente tienen que ver con la calidad. En un amplio abanico de respuestas que podrían responder a la pregunta de qué hace exitoso a un contenido, una explicación quizás tenga que ver con las temáticas. Y si el marco a observar es Netflix, se sabe que allí siempre funcionan las películas de terror o suspenso, la ficción española y, claro, el sexo.

La película polaca 365 Dni o 365 días, estrenada el año pasado, lideró el ranking de lo más visto en Uruguay y la región durante varias semanas, y dejó en claro que no se necesitan grandes actuaciones ni una historia original para atraer a miles de espectadores. Hay algo de eso en la serie Sexo/Vida, estrenada el viernes y que al cierre de esta edición ya ocupaba el segundo lugar del Top 10 de tendencias en la plataforma de streaming, por detrás de la nueva temporada de la española Élite.

Basada en un best seller de BB Easton sobre sus memorias, la serie presenta a una mujer en matrimonio perfecto pero de sexualidad apagada, que encontrará la chispa para reavivar el fuego en un pasado que seguro es tan intenso como problemático.

Con esa excusa, repasamos otras cinco series que abordan la cuestión del sexo en la adultez.

Se la suele destacar por el abordaje que hace del despertar sexual adolescente y por cómo contempla la amplia gama de sensibilidades, diversidades y tabúes que se despliega en esa etapa tan fundamental de la vida. Pero la británica Sex Education también es una invitación para pensar el lugar que ocupa la conversación sobre el despertar entre padres y chicos.

La serie sigue los pasos de Otis (Asa Butterfield), el hijo de una terapeuta sexual (Gillian Anderson) que inicia su propio emprendimiento de consultoría sobre el tema. Su madre, divorciada, deberá aprender a dialogar con él con más humanidad que profesionalismo, y a respetar los límites del chico aún cuando eso implique ser más cuidadosa o precavida en sus vínculos carnal.

Tiene dos temporadas y estrena la tercera el 17 de setiembre.

Acá entran en juego lo prohibido, la diferencia de edad y cuándo la búsqueda de la pasión responde a un problema de pareja y cuándo a lo más profundo de una sola persona. Breve, divertida y mucho más refrescante que Sexo/Vida, Amor y anarquía es una comedia romántica sueca sobre una mujer en matrimonio estándar, con dos hijos y una vida sexual muy activa sobre todo desde lo individual, que se engancha con un joven de su oficina.

Lo que al principio es un juego que evidencia una tensión sexual se convierte en una compleja relación clandestina que trasciende lo físico. La química entre la protagonista y Max (Björn Mosten) es perfecta y el uso del código The Office da mayor verosimilitud a la serie.

La ficción española basada en las novelas de Elísabet Benavent comparte con Amor y anarquía la ambientación en un mundo de editoriales o libros, pero se diferencia en lo impostado de las escenas sexoafectivas de la Valeria del título (Diana Gómez) y su Víctor (Maxi Iglesias).

Acá el eje es una protagonista en crisis existencial, matrimonio incluido, y la aparición de un galán que pondrá su mundo patas para arriba. Lo interesante es cómo la serie utiliza el sexo como tema de conversación constante entre Valeria y sus tres estereotipadas amigas, cada una con dilemas y preocupaciones diferentes para condimentar la trama. Las cuatro están alrededor de sus 30 años, ese momento clave en el que lo soñado y lo realizado parecen entrar en su máxima tensión. Y eso aporta su parte.

¿Pero qué pasa cuando la llama se apaga y las dos mitades de una pareja intentan reavivarla, sin éxito? ¿Cómo repercute eso en la familia y cómo repercuten, además, las decisiones que se puedan tomar para tratar de mejorar la realidad?

La serie británica Wanderlust gira alrededor de estas preguntas, con Toni Collette como una terapeuta casada con un profesor de Literatura (Steven Mackintosh), junto al que resuelve que una manera de recuperar la pasión perdida tras sus 20 años de historia es comenzar a salir con otras personas mientras siguen juntos. Bienvenido el paradigma del poliamor.

La comedia protagonizada por Jane Fonda y Lily Tomlin venció el tabú del sexo en la tercera edad y se convirtió en un éxito gracias a estas dos mujeres mayores, abuelas recién separadas, que son más activas que buena parte de su entorno y solo quieren sentirse mejor, generar herramientas para vivir una vida más plena. Abren su emprendimiento de vibradores y lubricantes para adultas mayores, al tiempo que tienen relaciones físicas con nuevos hombres mientras que sus respectivos maridos salen del closet.

Porque si hay que hablar de lo que no se habla, qué mejor que hacerlo con todo. Esa ha sido la apuesta de Grace y Frankie, una serie sensible, graciosa y aleccionadora que este año (o el próximo) dice adiós.