ENTREVISTA
La actriz protagonista de la taquillera "Spider-Man: sin camino a casa" y la elogiada "Duna" habla de la serie "Euphoria", ya en HBO Max
Cuando en 2020 Zendaya supo que era laganadora del Emmy a la mejor actriz dramática por Euphoria, estaba sentada en un banco con mirada de asombro y las manos cubriendo su rostro, en un gesto de incredulidad. Detrás, su familia no paraba de aplaudirla. La excitación en ese living armado a la medida de una ceremonia de pandemia traspasaba la pantalla, y poco tenía que ver con el hecho de que la actriz se había convertido en la intérprete más joven en ganar en esa categoría, sino más bien con el camino recorrido para llegar a ese momento -Zendaya llevó por mucho tiempo el mote de “chica Disney” por sus trabajos en Shake it Up y K.C. Undercover-, y por la serie por la que era reconocida.
"Ganar el Emmy me volvió más autocrítica con mi trabajo, pero lo importante es que en la estatuilla no aparece solo mi nombre, dice Euphoria debajo, y eso tiene un gran valor: yo sentí ese premio como un reconocimiento al programa”, expresó la actriz en una conferencia de prensa de la que formó parte La Nación, con motivo del estreno de la segunda temporada, cuyo primer episodio está disponible desde el domingo en la plataforma HBO Max.
Las últimas semanas fueron agitadas para la actriz, coprotagonista del film más visto en el mundo, Spider-Man: sin camino a casa, donde trabajó junto a su pareja, Tom Holland. Antes fue el rostro, junto a Timothée Chalamet, de la rueda promocional de Dune, de Denis Villeneuve, que ahora forma parte de la carrera hacia el Oscar 2022, galardón por el que estuvo muy cerca de competir el año pasado por su actuación en Malcolm & Marie de Sam Levinson, con quien actualmente conforma una dupla creativa.
En Euphoria, el realizador y showrunner deja que su figura central tome la batuta cuando ella lo sienta necesario. Lo mismo sucedió en el set de Malcolm & Marie, para el que Zendaya colaboró con el guion. La película está para ver en Netflix.
"No hay descanso creativo, el set de Euphoria gestó un espacio que a mí me permitía observar y aprender, por lo cual no me tomaba días libres”, dijo a La Nación.
La vuelta de Rue
En su regreso, el drama de Sam Levinson redobla la apuesta. Si su primera entrega se negaba a solo acariciar lo áspero de la vida adolescente, la lucha contra las adicciones, la depresión, la ansiedad, las inseguridades físicas producto del bullying, esta segunda temporada se mete de lleno en la psiquis de esos jóvenes de East Highland, que parecen estar tomando las decisiones incorrectas.
"Creo que muchos de los personajes están tratando de seguir su corazón, la cabeza los está controlando, pero el corazón prevalece, sus emociones son su fuerza, y eso es un gran conflicto para cualquier ser humano o para cualquier historia”, explica Zendaya, quien interpreta a Rue Bennett, una joven adicta y depresiva en duelo por la muerte de su padre, que ahora intentará recomponer su relación con Jules (Hunter Schafer), una adolescente trans que atraviesa su propio infierno.
Y ahora se suma el personaje de Elliot (el músico Dominic Fike), un joven adicto que produce interferencia entre Rue y Jules.
En diálogo con La Nación, Zendaya habló de las inquietudes artísticas que tuvo gracias a Rue. “Quiero mostrar todo aquello que a veces se oculta”, apunta.
—Recientemente dijiste que te gustaría dirigir tu primera película, trabajaste con Sam Levinson también en el guion de Malcolm y Marie... ¿Qué querés hacer como directora? ¿Pensás que hay una correlación entre Euphoria y tu despertar artístico?
—Absolutamente. A Euphoria le estoy agradecida por un millón de razones. Le agradezco a toda la gente que conectó con la serie, a las historias que pude escuchar y conocer y que resonaron en algunos de los personajes. Rue me brindó la posibilidad de entender en profundidad la lucha contra las adicciones, por lo que pasan las familias. Pero además lo que quiero mencionar es que este es un lugar muy bueno para aprender, un lugar seguro, un lugar para crecer y para mostrar mis cualidades y tener mayor confianza en mí misma, en mis opiniones, mis pensamientos y perspectivas. Porque irónicamente soy una persona muy tímida, considerando el campo que elegí para trabajar.
—Además fuiste involucrándote más en el proceso creativo con el correr de los capítulos, y ahora sos productora de la serie...
—Sí, en esta temporada aprendí mucho más que antes, y tomé mayores responsabilidades que en el pasado, lo cual significa que hay que prestar atención a mayor cantidad de cosas, que hay cuidar a más personas, y que tampoco hay días libres, lo cual agradezco mucho. La búsqueda nunca acaba con Euphoria. Cuando se termina el día... Eso no significa que mi día se termina. En ese sentido, el rodaje fue muy interesante.
—¿Hablabas mucho con Sam?
—Tanto con Sam como con Marcell (Rév, el director de fotografía). A ninguno de ellos les importa que les esté encima haciéndoles preguntas (se ríe). Yo me acerco y les pregunto: “Ey, ¿qué opinás de esto?”, y me dicen: “Deberías trabajar más esto” o “Acá veo un proyecto, fijate cómo lo solucionás”. Y eso creó ese ambiente de burbuja para el aprendizaje y para no tener miedo a, justamente, aprender.
—¿Y apuntás a ser quien cuente las historias?
—Sí, realmente espero en el futuro convertirme en directora, aunque no sé qué va a suceder. Eso es lo que quiero hacer, hacer las cosas que no está haciendo nadie, o que se ven muy poco; quiero continuar con eso. Rue y Euphoria fueron cosas que no había visto de ese modo, y soy parte de eso, y quiero hacer mi propia versión de lo que vemos en la serie. No sé cuándo va a pasar, o cuán lista estoy, aunque todos los directores te dicen que nunca estás lista, nunca sabés realmente eso. Simplemente tenés que hacerlo e ir resolviendo cosas sobre la marcha.
Zendaya también asegura que todos los artistas son “contadores de historias” y que quiere aprovechar esa plataforma para crear un lazo aún más fuerte con la audiencia. “Creo que la idea o el concepto de Euphoria es que no sos la única persona que está peleando y navegando por algo complejo y doloroso. Eso es lo que deseo que la gente rescate: no se trata de decirle a alguien desde lo moral cómo vivir su vida sino de decirle: ‘Hola, te vemos y te entendemos, esta mierda es difícil’, y si podés tener ese amor y simpatía por personajes que no conocés, tal vez eso pueda extenderse a tu círculo íntimo”, expresa. “Euphoria me enseñó a desbloquear un nuevo nivel de empatía, a no solo ser mejor actriz sino mejor persona. Estamos aquí por los personajes, por la esperanza y por la redención”.