CARLOS REYES
"La isla desierta", de Roberto Arlt, llegará a Montevideo en una versión escénica argentina que transcurre en la más absoluta oscuridad. Se trata de la obra "Teatro Ciego", cuyo director José Menchaca habló con El País sobre esta experiencia.
El miércoles 9 de septiembre, a las 20 horas, los espectadores serán conducidos a la sala del Lindolfo por los propios actores. El lugar estará a oscuras, y a tientas cada uno se sentará en su butaca. "La obra transcurre en un espacio totalmente a oscuras, porque al anular el sentido de la vista tratamos de potenciar todos los otros sentidos. Aparte, también es una manera de centrarse más en escuchar el texto", explica Menchaca.
El director adelanta que el montaje cuenta también con lo que él llama escenografía sonora, vale decir, sonidos que están vinculados con los distintos lugares y climas del argumento. "También trabajamos con aromas, igual que con los sonidos: hay aromas que son característicos del lugar donde se desarrolla la escena, e incorporamos también algunos sentidos táctiles, como el viento, o algo que se sienta en la piel".
Otra singularidad es que una parte importante del elenco son ciegos o personas con muy mala visión. "La relación entre que algunos de los actores no sean videntes y que el espectador no pueda ver la establece cada uno con su experiencia personal. Muchas personas sienten que de alguna manera están una hora en un ámbito que reproduce o recrea las condiciones de un ciego, y dicen que sienten como los ciegos. Y por otro, hay ciegos que dicen que no, que ser ciego es otra cosa: es andar por la calle, tratar de buscar el cordón de la vereda, es el auto que no te respeta. Dicen que es una experiencia que no es similar a estar sentado en una silla, donde te estimulan agradablemente mientras te cuentan un cuentito", observa Menchaca.
Paralelamente, entra también en juego el texto de Arlt, que habla de una serie de seres hacinados en una oficina, y sus miedos latentes, que son presentados a contraluz de las experiencias de un marino. Esta confrontación entre dos mundos (el del mar y el burocrático), resulta ideal para todo un despliegue de ruidos, voces y perfumes, desde el gentío de una feria china a la brisa o la tormenta.
"Estar al oscuro quizá pueda dar al principio una sensación de vulnerabilidad, pero nosotros nos encargamos de estimular a los espectadores desde todos los lugares posibles. Además, la obra no la hacemos en un teatro a la italiana, sino al contrario: acá los espectadores están en el centro de la escena y se sienten rodeados por los actores".
Menchaca conocía el trabajo de un grupo cordobés que realizaba experiencias similares, y él decidió sumar no videntes al elenco. "Yo incorporé actores ciegos, porque me parecía que era como cerrar el círculo. Con esta modalidad, el actor ciego se podía desarrollar sin ningún tipo de prejuicios, puesto que estamos todos en la oscuridad, y no sabemos si el actor es ciego o no. Y eso es como abrir una puerta a personas que habitualmente no tienen esa posibilidad. Y para que no sea un grupo de ciego haciendo teatro, incorporamos personas videntes, para darle mayor integración. Es simplemente un grupo de teatro, con actores videntes y ciegos".
El Grupo Ojcuro, que tiene a cargo esta iniciativa, nació hace una década, y según cuenta Menchaca, había antecedentes pero que en general no trabajaban con un oscuro completo en la sala. El director observa que esta modalidad escénica es tan poco común que hasta los críticos tienen que ubicarse desde otro lugar para desarrollar su trabajo.
"Yo siento que los críticos se encuentran incapacitados para comentar esta obra, sin dura por falta de experiencia previa. Estar una hora en la oscuridad es ya es de por sí una experiencia intensa. Yo guardo dos críticas: una, de una pareja que me mandó un mail, que le encantó la obra, y otra en que me destrozan: después me enteré que el que la había escrito era también iluminador".
Teatro ciego, sobre La isla desierta, de Roberto Arlt. Irá de miércoles 8 y jueves 9 de setiembre, a las 20 y a las 22 horas. Las localidades valen $ 525 y $ 625 y están en Red UTS.
Tremendo como la oscuridad
El Grupo Ojcuro tiene a la fecha una sola obra, "Teatro ciego", y su éxito de alguna manera le ha limitado un poco el desarrollo de su repertorio. Borges y Quiroga son algunos de los autores que se ha propuesto transitar. También ha realizado experiencias más breves, de 15 o 20 minutos, en algunos casos con los participantes transitando por un pasillo. "Estamos preparando un espectáculo que será tipo café concert, porque queremos incorporar más música, dentro de la misma modalidad", comenta Menchaca.
El director afirma que ante este tipo de espectáculos "las habilitaciones tienden a complicarse. Trabajar en la oscuridad es un tema complejo, especialmente por todo lo que tiene que ver con las salidas de emergencia y la señalización. Y nosotros necesitamos oscuridad absoluta. La oscuridad es algo muy tremendo, y puede ser desde infinita hasta sumamente pequeña, desde que la sentís como una pared frente a uno, hasta como una inmensidad. Entonces, un puntito rojo, y ya el efecto se pierde, porque es una referencia, y por eso tratamos de evitarlo".
Menchaca nació en Rosario (Argentina) y de adolescente se fue a vivir a la provincia de Buenos Aires. "Me fui pavimentando de a poco: no soy del todo porteño, me fui acercando de a poco a Buenos Aires", afirma el artista, quien junto a Gerardo Bentatti creó este grupo de trabajo una década atrás.