En 2024, Cata Ferrand se probó en una faceta profesional nueva al aceptar ser la conductora del Tablado del Parque. El reto la tentaba, y además le permitía sacar a relucir la cuota de showgirl que trae de sus épocas como instructora de fitness. De yapa, vivía a pocas cuadras del escenario ubicado en Sarmiento y Herrera y Reissing. Este verano, en cambio, está instalada en Carrasco. Aunque en un principio había dicho que pasaría el Carnaval 2025disfrutando de sus hijas en la piscina de su casa, a último momento le picó el bichito y quiso repetir la experiencia.
"Cerré una semana antes de empezar a comunicar y buscar estrategias para que la gente nos acompañe", confesó la actriz y comunicadora a El País. La motivó el encuentro cercano con el público, la buena vibra que recibió y lo mucho que se divirtió.
Ferrand siente que el Carnaval revaloriza su carrera y le otorga una retribución que supera cualquier sueldo, por lo que rechazar la oferta solo por la distancia física le parecía un absoluto desacierto. En definitiva, se había ganado un lugar y no estaba dispuesta a cederlo.
De su rol como anfitriona del Tablado del Parque, las críticas que recibe, el plan de algún día volver a salir en Carnaval, y sus proyectos para el 2025 va esta charla con El País.
—El Carnaval pasado estabas muy entusiasmada por ser la animadora del Tablado del Parque y decías que todo lo que fuera por primera vez era una chance para capitalizar tu perfil laboral. ¿Cómo evalúas tu debut?
—Fue un placer, muy divertido e interactivo. Me permitió una cercanía con la gente que no lográs en una red social ni en un medio de comunicación, por más de que yo contesto los mensajes directos de Instagram como un WhatsApp. Pero ahí se ve todo lo lindo: el que se te acerca, te abraza, te pide una foto, y eso llena el alma. En trabajos que te consumen tanto, tiene que haber otra retribución más allá de lo económico, y sin dudas, el Carnaval me ha generado eso. Fue muy acertado haberlo aceptado.
—El Carnaval es tan hermoso como sacrificado: implica acostarse tarde, entre otras cosas. Te mudaste lejos, y habías dicho que no ibas a estar en la conducción en 2025. ¿Cómo te convencieron?
—En diciembre dije que no iba a estar porque una cosa es llegar en cinco minutos al tablado y otra es meter media hora o más. Pero mientras me insistían, me encontré con compañeros que me decían: "No puedo creer que vayas a estar". Vi el tablado del Geant armado y me empezó a picar el bichito. Lo disfruté, no se me hizo pesado, y me costaba entregar ese lugar que me gané. Son seis semanas (por suerte tenemos libres lunes, martes y miércoles) y empiezo el año con otra energía y una revalorización de mi perfil profesional. No me lo podía perder porque me deja cosas invaluables, mucho más que un sueldo. Me pareció un desacierto decir que no por el tiempo que me iba a llevar ir.
—Le pusiste humor a la conducción e hiciste participar mucho a la gente. ¿Recordás alguna anécdota?
—A veces pensaba: "Me van a clausurar el tablado". Hacía competencias de todo tipo: de declaraciones de amor, de besos de pareja, de striptease (sin dejar al descubierto ninguna parte impúdica). Los chupones generaban mucha risa y elegíamos a los ganadores con aplausómetro. Era todo muy vintage.
—¿Hubo propuestas de matrimonio?
—No, pero una vez subió un chico y le dijo palabras hermosas a su esposa, con la que tenía una familia ensamblada, y terminamos todos llorando con el homenaje.
—No venís del palo carnavalero, ni estás tan identificada con lo popular, y se te pudo criticar incluso desde el prejuicio. ¿Sentiste que la prueba era mayor?
—No, porque La culpa es de Colón (ciclo de humor de mujeres que condujo en La Tele) me sacó del perfil más serio, pero en las redes, haga lo que haga (así entre al Sunca), me van a seguir subestimando sin conocerme. Tenés que ser de determinados barrios o haber estudiado en determinadas instituciones para que piensen que sos una mujer popular, y no una naba que no sabe nada de la vida porque nunca tuvo que trabajar para comer. Contra eso no puedo ir, estoy demasiado grande como para sentir que es una prueba para mí.
—¿Se podría decir que te resbala?
—Es que si no me resbalara tendría que ir a una terapia para que eso pasara porque no sería justo conmigo misma. Tengo clarísimo cómo soy, lo que genero en la gente y qué clase de persona soy, más allá de mi perfil profesional. Con la edad que tengo, si siempre sintiera que tengo que rendir un examen, sería un desacierto. Tienen que ir para vivirlo y ver lo que realmente se genera. Creo que los trabajos que he hecho en televisión y teatro me fueron desmarcando de lugares comunes, y la mayoría de la gente a la que le interesa se da cuenta de quién soy y cómo soy.
—En 2020 debutaste en Carnaval con revista La Compañía, ¿te dieron ganas de volver a salir al ver los conjuntos actuar todas las noches?
—No, te juro que no, porque ahí el esfuerzo es inmenso. Me tantearon con desafíos más grandes a nivel de conjunto y no me veo. En aquel momento mis hijas eran chicas, y me acompañaban a todos los tablados (hasta mi perra Xuxa iba), pero ahora sería inviable. En otra etapa, si no me agarra con andador, me puedo atrever a seguir desafiándome, porque no hay nada más lindo que no achancharse. En este momento, no lo podría ni pensar porque soy muy pegote de mis hijas y quiero estar lo más presente posible.
—¿Te tentaron de Los Muchachos, los parodistas donde están tus amigas y excompañeras de La culpa es de Colón, Leticia Cohen y Denise Casaux?
—Hemos hablado, pero no es que desestimé una propuesta. Siempre generamos algo lindo con las Colonas, lo hemos ganado a puro ovario, y entiendo que estar ligadas a una marca o empresa siempre será algo tentador, pero ni siquiera me planteé estar.
—¿Tu esposo, Federico Buysan, te apoyó en la decisión de volver a conducir el Tablado del Parque?
—Él tiene clara mi capacidad para adrenalizarme con los trabajos que me gustan y no puede creer cómo mantengo la energía. Cuando le dije que no iba a agarrar me dijo: "Me parece perfecto, disfrutá de las chicas y tus amigas antes de empezar el año". Y cuando le conté que había aceptado, me dijo: "me parece bárbaro, si sos re feliz haciéndolo". Me acompaña y es incapaz de bajarme línea.
—¿Qué otros proyectos tenés para el 2025?
—Voy a ser host digital de Tu cara me suena (La Tele) y a mitad de año voy a estar en una obra de teatro con Diego Sorondo.
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