Su abuela fue cantante de ópera, su padre bailarín y actor. En la casa de Farala Estrugo (30) se respiraba arte, aunque nadie lo había hecho de manera profesional. Ella dio sus primeros pasos en una iglesia cerca del Puente de las Américas, donde cantaba alabanzas, sin imaginar que su voz la llevaría tan lejos. Las veces que comentó su deseo de salir en murga, le decían que no era un ambiente para mujeres y que no se le iba a dar. Sin embargo, en 2009, vio a Jimena Márquez brillar en La Gran Muñeca, y todo cambió. "Se puede", pensó.
Hoy, años después, logró hacerse un lugar en ese mundo tradicionalmente dominado por varones, y el Carnaval la premió este 2025 con la mención a Figura de Murga por su trabajo en Jardín del Pueblo, el conjunto de Paysandú que también fue distinguido por su libreto y el cuplé Abuela.
"No me esperaba ni siquiera la nominación. Mucha gente me decía que estaba para un premio, pero yo no lo sentía. Uno tiene esa cosa del síndrome del impostor, me cuesta creérmelo", asegura a El País Farala Estrugo, quien debe su creativo nombre a la publicidad del perfume de 1993.
Su vínculo con el arte no se limita a la murga. Cursó bachillerato artístico, estudió en la Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático (EMAD) hasta tercero, tomó clases de canto lírico y ganó una beca para formarse en comedia musical en el programa Livin' Broadway.
"Conviví dos meses con artistas de Latinoamérica y le saqué mucho provecho a las clases de danza, pero descubrí que en Uruguay tenemos un gran nivel y que en el área vocal tenía mucho integrado", comenta sobre esa experiencia en Estados Unidos.
En el interin, tuvo que dejar la EMAD porque los horarios no eran compatibles con su necesidad de trabajar. En 2016 se anotó en el programa Jóvenes a Programar, de Ceibal, con el objetivo de encontrar un empleo que le permitiera sobrevivir.

Consiguió trabajo como programadora en una empresa informática, luego fue téster, hasta que en 2019, tras regresar de la beca en Estados Unidos, decidió seguir su vocación.
Empezó dando clases de canto los fines de semana y hoy la docencia es su medio de vida. "Me tiré al agua, resigné mucha plata, pero gané en flexibilidad para dedicarme al arte", comenta, quien en paralelo, arrancó fonoaudiología y se certificó como vocal coach.
Además de las clases de canto y la murga, Farala integra la banda Sergio Funk y su perro Beagle, está por reestrenar el drama musical El viaje después de mí, y proyecta lanzar su carrera como solista. “Me encantaría ser la próxima Luana, me muero por hacer giras y cantar”, dice con ilusión.
"La Voz Uruguay" y el Carnaval: hitos en su carrera

Su participación en la edición 2024 de La Voz Uruguay (Canal 10) es un mojón aparte en su carrera. Dice ser “anti-reality”, pero la necesidad de exposición y la chance de trabajar con Rubén Rada la impulsaron a presentarse.
Se animó, su ídolo se dio vuelta y pudo ser parte de su equipo: "Lo que más me quedó fue una charla que nos dio Rada sobre la importancia de tender redes y trabajar con otros. Nos decía, ‘no pierdan el contacto, hagan cosas juntos, solo no se llega a ningún lado’”, resalta.
El Carnaval ha sido siempre un espacio significativo en la vida de Farala. Aunque su familia era hincha de Falta y Resto, ella se sintió atraída por el parodismo, hasta que en 2009, descubrió a La Gran Muñeca y, especialmente, a Jimena Márquez, quien la inspiró a romper barreras.
Llegó a Mi Vieja Mula invitada por Santiago Mederos, excompañero de liceo, que se acordó de su talento para cantar y la invitó a ser parte de esta murga que potenció su creatividad.
La Mula se tomó una pausa en 2024, Sebastián Mederos, hermano de Santiago, se sumó como letrista de Jardín del Pueblo y le propuso ser la cupletera de esta murga. El plan era tentador, pero la incertidumbre de viajar a Paysandú para ensayar y no conocer a nadie hizo que el sí se hiciera esperar.
"Al principio dudé, pero cuando en julio me volví a cruzar a Sebastián y me dijo que él también se subía al escenario, me terminó de convencer", cuenta.
El proceso creativo fue intenso y sacrificado: viajaba cada dos semanas para ensayar con el grupo entero, pero desde su casa escuchaba audios y estudiaba en soledad para aprenderse los arreglos que marcaba Lucas Bueno, director de la murga. El esfuerzo se coronó con la inesperada mención a Figura de Murga: "Me costó caer, pero es un hermoso mimo", cierra con el anhelo de seguir siendo parte de Jardín del Pueblo en el Carnaval 2026.
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