Redacción El País
La temporada lírica del Sodre concluye con Cavallería Rusticana, la ópera de Pietro Mascagni que tendrá funciones en la sala Eduardo Fabini del Auditorio Nacional del jueves al sábado. Con libreto de Giovanni Tragioni-Tozzetti y Guido Menasci, la ópera se basa en la pieza de Giovanni Verga escrita en 1880.

Estrenada el 17 de mayo de 1890 en el Teatro Costanzi de Rome, esta ópera de un acto surgió gracias a un concurso organizado por el editor musical Edoardo Sonzogno para jóvenes compositores.

Mascagni, quien entonces tenía apenas 25 años, escuchó del concurso dos meses antes de la fecha límite, y mientras sus amigos Giovanni Targioni-Tozzetti y Guido Menasci escribieron el libreto de la ópera, el compositor hizo la música. Cavallería Rusticana fue una de las tres óperas elegidas, y desde entonces no ha parado de representarse en el mundo. Generalmente compartiendo programa con Pagliacci de Leoncavallo. También ha servido como banda sonora para películas como El Padrino III y Toro Salvaje, que ayudaron a popularizar esta ópera sobre amor, celos y venganza.

Con dirección escénica de María Concepción Perre y María de la Paz Perre, y dirección musical de Esteban Louise, Cavallería Rusticana se presentará del jueves al sábado en el Sodre, con el tenor uruguayo Carlo Ventre como Turiddú, el protagonista de esta historia ambientada en Sicilia durante el día de Pascua.

Ventre tenía 15 años cuando se presentó, con el rol de Parpignol en La Boheme que se representó en el Teatro Solís. "Estudiaba con Rita Contino en la escuela de ópera, me hizo probar
el rol, me quedaba muy bien y debuté tempranísimo como solista", comentó el año pasado en una entrevista a El País.

"En mi mundo hay diversos caminos que se pueden recorrer", también dijo en esa entrevista. "El que yo tomé es el del estudio, la perseverancia, el estar siempre pronto y a mil para ocupar un lugar en el mundo. Estoy entre los cinco o seis mejores de mi repertorio en el mundo. Eso, después de 30 años de carrera, es maravilloso", agregó Ventre.

Archivo El País

La historia comienza con una de las arias más famosas, la serenata llamada “La siciliana” que Turiddu le dedica a su amada Lola. Aunque no hay historia feliz, porque al regresar del servicio militar, el joven campesino descubre que su amada ya se casó con Alfio, el carretero del pueblo. En venganza, el protagonista seduce a la campesina Santuzza, mientras mantiene viva la pasión por Lola, y logra seducirla.

Alfio, al descubrir que Turiddu se vio a escondidas con Lola, lo reta a duelo en el huerto, mientras los pobladores festejan la pascua en la taberna.