Luciano Cáceres: un actor concebido en el escenario que se autogestiona y trae a Uruguay su primer unipersonal

El actor argentino se presenta este viernes en el teatro El Galpón con el unipersonal "Muerde", y habla de su carrera, de hacer cine y teatro en crisis y cómo el teatro ha estado desde su concepción.

Compartir esta noticia
Luciano Cáceres.
Luciano Cáceres.
Foto: Difusión.

De mirada fuerte y ojos celestes, el argentino Luciano Cáceres forjó una carrera en la que no ha faltado nada. Ha hecho teatro, cine, televisión y trabajó en varios éxitos como Gasoleros, El elegido, 100 días para enamorarse, El ardor, El corredor nocturno, Graduados y Tierra de amor y venganza, entre muchos más títulos.

Hay más. Este viernes a las 21.00, el actor de 48 años se presentará en la sala Campodónico con el unipersonal Muerde, programado en el marco del festival El Galpón Internacional (entradas por Redtickets desde 1.500 pesos).

En la obra, escrita y dirigida por Francisco Lumerman, Cáceres interpreta a René, a quien su madre abandonó al nacer y cuyo padre dejó a los 10 años en un taller de carpintería de ataúdes, en un pueblo rural de la Argentina profunda. “Y allí se queda, suspendido en esos 10 años, mientras se vuelve un hombre adulto físicamente”, comenta el actor por teléfono a El País.

“Se vuelve el raro de ese pueblo, el retrasado, al que todos insultan y de quien se aprovechan. La pasa bastante mal, pero no puede ver esa maldad porque tiene la inocencia de un chiquilín”, explica enla charla el actor.

Para Cáceres, este proyecto nace de las ganas que tenía de trabajar con Lumerman, a quien conoce desde hace 30 años y con quien aún no habían coincidido en lo laboral.

Luciano Cáceres en la obra "Muerde".
Luciano Cáceres en la obra "Muerde".
Foto: Difusión.

“Escribió esta obra, me la pasó cuando estaba filmando en España Adiós Madrid (de Diego Corsini), y el texto me conmovió. Me dieron ganas de hacerla, y cuando volví nos pusimos a ensayar y estrenamos a fines de 2023. Las entradas se agotaron antes del estreno, así que esta obra nació con estrella. Es algo que no deja de sorprendernos, pero ya empezamos a disfrutar, porque tenemos algo que está probado, que mueve y genera cosas lindas. Además, nos hace viajar”, dice entre risas.

Si bien Cáceres tiene más de 30 años de carrera, es la primera vez que hace un unipersonal. “Me habían ofrecido otros, también estuve en la búsqueda, pero no me conmovían o no me animaba en ese momento. No te voy a mentir, creo que es el acto más valiente que hice en mi vida y la verdad es que lo estoy disfrutando. Es hermoso lo que ocurre con Muerde, una obra a la que me gusta llamar muy intuitiva porque pasa por todos los estados, tiene momentos tiernos, luminosos, de comicidad y otros muy tristes y oscuros. Y como ejercicio teatral me toma por completo, tanto emocional y física como vocalmente. Es una obra muy intensa, de mucha emoción y mucho oficio también”.

—Tranquilo el debut en el género. ¿Da cosa estar solo en el escenario?
—Sí, es un montón. Y mirá, tengo como 100 obras encima en estos 36 años de oficio, pero siempre tengo miedo de cagarla. Y cuando dicen “apaguen los celulares”, siempre me pregunto: ¿qué estoy haciendo acá? Me duele la panza, tengo temblores, pero después arranca y me doy cuenta de que el escenario es el mejor lugar donde puedo estar.

Luciano Cáceres en la obra "Muerde".
Luciano Cáceres en la obra "Muerde".
Foto: Difusión.

—¿Siempre está esa sensación como de tirarse al vacío?
—Es que de alguna manera el teatro es para valientes. Hay algo ahí, y creo que hay que tener pelotas y ovarios para dedicarte al teatro, para dedicarte a salir, porque no hay vuelta atrás, no se edita ni hay nadie que te salve. Y es una actividad que tiene muchos riesgos porque genera mucha incertidumbre, ni hablar en estos tiempos. Pero pasa que nunca sabés cuándo vas a tener laburo, o si algo va a funcionar. Por ahí ensayás seis meses y terminan siendo cuatro funciones porque no fue nadie, o como en el caso de Muerde que ya llevamos más de 120 funciones para un proyecto independiente, que surgió en una sala de 70 butacas y ahora estamos haciendo funciones para mil personas en algunas salas. Es una locura hermosa.

—En los últimos años has venido muy seguido. Viniste con las obras Desnudos, El ardor y ahora esta.
—Sí, y me da mucha alegría que me hayan hecho un lugar en la programación de El Galpón, un teatro con historia y donde son cuidadosos con los proyectos. Igual, pasar por Montevideo a mí me encanta, siempre es un planazo. Fui mil veces, algunas veces con teatro, y muchas otras filmando, porque ahí tienen la actividad audiovisual muy activa. En febrero estuve filmando la ópera prima de Tomás Marichal, y un poco antes había estado para filmar Susurro de Gustavo Hernández. Rebuena experiencia, así que muy contento de que me tengan en cuenta.

—Como muchos de tus proyectos, Muerde es autogestionado. ¿Eso surge para buscar proyectos distintos, o por las medidas de recorte del gobierno argentino?
—No, lo hago siempre. También hago mucho cine independiente. Me formé en salas independientes, donde te enseñan eso. Más allá de los géneros teatrales, te enseñan a agarrar un martillo, a barrer el escenario, a pintar, porque se necesita hacer de todo para largar una obra. Y los recortes están, se están recortando un montón de actividades, no solo la cinematográfica y teatral. Pero al mismo tiempo, más allá de lo político, estamos acostumbrados a la autogestión. Cuando hay apoyo se agradece la ayuda, pero básicamente la actividad teatral independiente es modelo en el mundo. Si ves nuestra cartelera, la cantidad de teatros independientes y de obras que hay por semana, no sucede en otra parte. Y es todo a pulmón, a base de cariño, de pasión, de juntarse fuera de los horarios laborales. Hace poco estuve en España, cuando estrenamos la película, y la pregunta en todas las notas era: ¿cómo es hacer cine en crisis? Y esas preguntas me la hacen desde la primera vez que viajé a Europa, hace más de 20 años. Ya entonces nos preguntaban: ¿cómo es hacer teatro en crisis, o cine en crisis?

—¿Y hay una respuesta?
—Sí, en Argentina estamos acostumbrados a vivir en crisis. A veces con un momento más luminoso, o próspero, pero la mayoría de las veces para la cultura siempre es poco, y estamos acostumbrados a laburar con lo que tenemos.

—Eso, a veces significa renunciar a horas de sueño, o menos tiempo con la familia.
—Sí, la familia también se acostumbró a acompañar. Mi hija desde que nació vino a los camarines y ensayos, y si tengo que aprender letras, las paso con ella. Lo mismo pasa con mi novia. Acompañan y son parte, como mi hermana o mi vieja cuando vivía. Mi madre no tenía nada que ver con el teatro, pero acompañó a mi papá y después iba a ver la obra para ver qué le había robado. Porque cuando le faltaba algo en la casa, estaba en el escenario, lo usaba algún compañero o era parte de la escenografía. Por suerte tengo una familia grande que acompaña en este tipo de aventuras, porque hoy hacer teatro es una forma de resistencia. Sobre todo estas obras que van más allá del entretenimiento, que generan, cambian el punto de vista, te pone a reflexionar, te pide ser un espectador activo, porque no está todo predigerido como mucho teatro que se hace.

—¿Y el gusto por el teatro viene desde chico?
—Mi historia es bastante particular porque fui concebido literalmente en un escenario. Mi papá tenía un teatro independiente y dormía en el escenario y mi madre pasó por ahí, por ese escenario. No había público ni cobraron entrada, al menos eso me dijeron. Fruto de ese amor prohibido, porque los dos estaban casados, y de ese acto preciso en el escenario, nací yo. Me enteré cuando tenía 16 años, y ya hacía teatro y tenía compañía independiente propia, pero hubo algo anterior que me marcó el camino.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Teatro El Galpón

Te puede interesar

Los detalles del vestido de novia de Emilia Heber, por Clara Laborde
0 seconds of 26 secondsVolume 90%
Press shift question mark to access a list of keyboard shortcuts
Próximo
El show de Humberto De Vargas en la Vieja Farmacia Solis
00:16
00:00
00:27
00:26