Roberto Peloni confiesa que sus últimos dos años han sido extremadamente movidos y movilizantes, y tiene claro que esa sensación se extenderá durante todo 2025.
Es la última quincena de 2024 y el actor, quien estuvo en Uruguay para la ceremonia de los premios Florencio de la que se fue con la estatuilla a mejor espectáculo extranjero, dice a El País que quiere hacer un poco de pie en su casa para preparase para lo que se viene. Eso incluye dos presentaciones en Montevideo, con la celebrada obra El brote que se podrá ver el 30 y 31 de enero en El Galpón. Hay entradas en Redtickets y en boletería del teatro a 1.300 pesos.
Peloni ha llegado tres veces a Montevideo con este unipersonal escrito y dirigido por Emiliano Dionisi, y esta nueva y doble presentación que inaugura el ciclo El Galpón Internacional será su cuarta vez en el país. “Esta es una plaza teatral absolutamente potente y con mucha actividad”, subraya el argentino que tuvo sus inicios en la Escuela Municipal de Teatro de Lanús, a los 16 años.

Desde entonces se formó con artistas como Ricky Pashkus, Julio Chávez, Juan Rodo y Ciro Zorzoli, y recogió una experiencia como para asegurar que El brote habla de temas muy presentes en el mundo artístico, como el desdibujar el límite entre la ficción y la realidad, y la frustración.
“Es genial encontrarse con un personaje como Beto, con quien el público genera un vínculo afectivo porque es muy querible aunque termine haciendo algunas cosas muy terribles. Y la obra funciona como una catarsis, porque juega mucho con la cabeza del espectador y con este relato tan vertiginoso, tan montaña rusa”, dice.
“No es un espectáculo que únicamente se consume, porque también interpela, habla y dialoga con el público”, explica. Generar esa sensación, dejar al espectador “recalculando con las cosas que les pasó con la obra, porque juega con la cabeza y el corazón de la gente”, es lo que más le gusta al actor.
Los motivos detrás de ese efecto, entiende Peloni, se deben a lo que genera el material de Dionisi. “Veníamos buscando qué hacer, estábamos por comprar un material extranjero, y él tuvo como un arranque y escribió el espectáculo pensando en la idea que teníamos de volver a trabajar y de hacer un unipersonal”, cuenta. Cuando leyó el texto, supo que era lo buscaba.

El Brote, ganadora de dos premios ACE y dos Estrella de Mar en Mar del Plata, se centra en Beto, integrante de una compañía teatral que no consigue los roles que cree merecer.
Se trata de un personaje apasionado del teatro, por lo que la obra “es como estar jugando con el chiche que más te divierte en cada función”, mientras aborda temas universales que han generado el mismo impacto en Buenos Aires como Suecia, Estados Unidos, España, Chile y Montevideo, las tierras que ha recorrido con esta puesta. En cada una de esas ciudades, la obra golpeó con la misma fuerza, igual que como lo hizo en Argentina tras su estreno en 2023.
“Fue maravilloso ver que a pesar de que podían ver el espectáculo con subtítulos en los lugares donde no se hablaba español, la obra podía llegar de la misma manera y tener los mismos comentarios, porque trata temas tan fundamentales que traspasan los milenios, y seguimos luchando contra los mismos monstruos”, reflexiona.
Los temores iniciales de la obra se centraban en que podía ser para un público muy teatrero, porque habla de "temas del teatro" y aparecen referencias a muchos textos clásicos. “Pensamos que, quizás, era muy barroco el espectáculo y no iba a tener una gran llegada con el público que busca una obra más comercial, pero se convirtió en una sorpresa desde su estreno. Porque a pesar de que el espectáculo tiene una complejidad muy potente en su dramaturgia, también se abordan temas comunes a todos”, comenta Peloni.
Peloni llegó a la actuación de manera fortuita mientras estaba en el liceo o la secundaria, cuando escuchó a un compañero hablar de una escuela de teatro. Le quedó resonando la idea y, con todo el terror del mundo, se anotó a la escuela municipal. “No tenía un perfil de chico extrovertido, no era el cara rota o el que cantaba en público”, comenta. “Hoy, cada vez que puedo, festejo haberme anotado, porque caí en un lugar angelado donde me enseñaron todo. Después seguí formándome por muchos años en otros lados, pero en esa escuela me dieron los primeros cimientos y el amor por el teatro”, confiesa.
Por eso El brote tiene un lugar tan especial para Peloni: porque le recuerda esos años iniciales y el despertar de este amor. También lo lleva a cuando era niño y jugaba solo, inventando aventuras de piratas con espadas, hablándose y respondiéndose; y sus años de formación junto a referentes de la escena argentina.
De Chávez, Cibrián o Pashkus, Peloni dice que aprendió todo. “El dedicarle la vida a una tarea con amor, ser riguroso, profesional y mantener al niño interior vivo, eso también”, dice el hombre que pondrá todo su oficio y su pasión al servicio de este personaje que, una vez más, vendrá a Montevideo para perderse en los límites de la realidad y la ficción, y atrapar al público con su juego.