Bailaba en el escenario del Sodre, se desplomó, una adscripta del liceo de Atlántida lo reanimó y está a salvo

En la función de "Minus 16" de anoche un espectador que había sido invitado a subir a bailar se desvaneció. Una docente experta en reanimación y el desfibrilador claves en el desenlace.

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En Minus 16 los bailarines eligen a miembros del público para subir al escenario y bailar.
En Minus 16 los bailarines eligen a miembros del público para subir al escenario y bailar.
El País

Eran pasadas las 21 horas de ayer y Minus 16, un ballet que rompe barreras entre intérpretes y espectadores, estaba en un punto de inflexión: los artistas del Ballet Nacional del Sodre habían invitado al escenario a una decena de integrantes del público elegidos al azar. Todos improvisaban, se divertían, y eso pareció también en un primer momento cuando un hombre que estaba bien adelante en el escenario terminó primero en los brazos de su partenaire, quien lo ayudó a que no se pegara contra el suelo, y enseguida levantó un brazo pidiendo ayuda urgente.

En el público la primera sensación fue que la escena podía ser parte del espectáculo. Pero no lo era. De eso se dio cuenta enseguida Ana Maria González Laurencena, actriz y adscripta del liceo N°1 de Atlántida, que bailaba también en el escenario, a pocos metros del hombre que había caído desplomado.

"No lo vi caer, pero escuché el 'vengan a ayudar por favor' del bailarín. Vi que el señor no estaba respirando de modo efectivo, me tiré al suelo a hacerle masaje. No respira, dije yo. Tengo muchos cursos de Reanimación Cardiopulmonar (RCP) hechos, estoy en Helpers. Siempre practico, me actualizo. Dos personas vinieron y dijeron que eran médicos, pedimos un desfibrilador", cuenta Ana a El País.

Sofía Maccio, también con experiencia en RCP y conocida de Ana, estaba en la fila 10 de la platea, bajó las escaleras gritando "un desfibriliador" y le alcanzaron uno en el hall del Auditorio. Volvió al escenario y dijo: "Yo sé usarlo". Entre ambas pusieron los parches. "Me acordaba que siempre dicen que hay que colocar los parches bien, prestamos atención a eso. Cuando lo hicimos el desfibrilador consideró que había que darle una descarga y eso hicimos. Luego seguimos, el hombre reaccionó, empezó a respirar y a moverse. Alguien había llamado a la ambulancia que llegó enseguida", dice y agrega: "Con Sofi nos abrazamos, ¡funcionó! pensamos".

Mientras, habían bajado el telón, el público primero esperó consternado, pero minutos después se anunció: "Solicitamos retirarse, la persona ya está siendo atendida y está en buenas condiciones".

Ana estaba anoche allí con la directora del liceo N°1 de Atlántida y 40 estudiantes de Bachillerato Artístico. Soñaban con ese momento hace meses, habían juntado el dinero peso a peso y estaban felices. No pudieron ver el final del espectáculo pero el orgullo por Ana ganó a todo. "Tenías que estar ahí", le decían los chicos hoy.

Ana elije creer y cuenta que hace pocas horas recibió un mensaje de la sobrina del hombre que ayudó: "Me escribió su sobrina y me dijo que le hicieron un cateterismo y que está bien. Es tremenda noticia". Y lo es. Pronto recibirán todos otra buena noticia: el Sodre los invitará para que regresen y disfruten el espectáculo completo.

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