Reunir en un escenario la poesía de Jorge Luis Borges y de Idea Vilariño fue una gran idea para armar una velada que habla de los vínculos de uno y otro lado del Plata. El poeta argentino y la poetisa uruguaya expresan en sus poemas un universo de temas que permiten trazar un mapa humano representativo de esta región.
En eso se basó Dos voces, dos orillas, una misma trama, una suerte de teatro musical que el pasado lunes en la Sala Balzo dio inicio al Festival Internacional de Artes Escénicas (Fidae), cuya cuarta edición en curso irá hasta el domingo 18 próximo.
En principio se planificó que fuera la actriz argentina Graciela Borges quien participara en este sofisticado espectáculo de apertura. Pero la salud de la conocida intérprete le jugó una mala pasada, y fue sustituida por otra grande, Thelma Biral, quien una vez más lució su talento en un escenario montevideano. Fue junto a Roberto Jones (polémico por estos días por el asunto de los celulares en las salas teatrales) que la intérprete conformó una dupla que dio excelencia a la velada.
Curiosamente, tanto la carrera de Jones como la de Biral hablan también de los puentes culturales que comunican a ambos países. Biral, porque siendo argentina, inició su carrera actoral en Montevideo, donde se formó como intérprete. Y Jones, porque desempeñó un tramo de su carrera en Argentina. Fue justamente en el vecino país que el actor uruguayo tomó contacto décadas atrás con Borges, situación que lo llevó a componer el unipersonal La memoria de Borges, en el que encarna un desdoblamiento desde sí mismo hacia el gran poeta y ensayista argentino.
En la velada inaugural Jones desplegó en escena algunas de las páginas más encantadoras de Borges, y esos poemas hicieron contrapunto con los de Idea Vilariño, animada con gran dulzura por Biral. El actor uruguayo dando vida a los poemas del argentino, y la actriz argentina, a los de la poetisa local.
En escena, otros tres protagonistas aportaron poesía desde la música. Diego González (en guitarra y cello), Ignacio Añón (en cello) y Gastón Otero (desde el contrabajo), interpretaron música clásica y popular, logrando que la belleza de las palabras se amalgamara a la de las notas.
Desde fuera del escenario, el responsable directo de la velada poética fue Juan Sebastián Peralta, a cargo de la dirección y la dramaturgia. El emergente creador local realizó un trabajo de dramaturgia de gran sensibilidad, especialmente al poner en diálogo a dos poetas que, pese a las distancias, tienen también muchos puntos en común, por el fuerte sentido existencial de sus versos. El Fidae (festival organizado desde filas oficiales por el Ministerio de Educación y Cultura), tiene por director artístico al gestor argentino José Miguel Onaindia, otro de los puentes que están uniendo la cultura de uno y otro lado del río.
Roberto Jones y Thelma Biral juntos en la Sala Balzo