Ha interpretado a Julieta en Clave de Sol, Ana en Caballos salvajes, Liliana en Mi cuñado, Tania en Lalola e Inés en Graduados, aunque Cecilia Dopazo comenta que hay pocos personajes con los que el público la asocie tanto como Julia, la protagonista de Tango Feroz. La película de Marcelo Piñeyro que el pasado octubre tuvo homenajes en el Festival Piriápolis de película por los 30 años de su estreno, catapultó a la fama a esta actriz que ya sabía de éxitos gracias a algunos de esos éxitos televisivios.
“La película sigue muy vigente y desde que la subieron a Netflix, más. Es de todos los días recibir mensajes en Instagram donde me dicen: ‘anoche la vi’, ‘la volví a ver la semana pasada y me pasó esto’. Está muy presente en la vida de la gente”, comenta.
La actriz de 54 años de edad y 35 años de carrera habla con El País con motivo de Radojka, la obra que vuelve a presentar junto a Patricia Palmer en elTeatro Movie.
Se trata de una función especial la que realizarán este viernes a las 22.30 en el Movie: será la despedida de la obra, aunque, avisa Dopazo, siempre se puede volver.
La comedia es la historia de dos cuidadoras de una mujer de 90 años y serbia que se llama Radojka. Escrita por los uruguayos Fernando Schmdit y Christian Ibarzabal (fue nominada a los premios ACE a mejor comedia y actriz para Palmer) es una comedia clásica en tres actos que se centra en el plan de estas mujeres, para perpetuarse en sus trabajos.
“El plan es un disparate total”, comenta Dopazo, “es ridículo pero también verosímil. Y el final tiene un punto de giro que sorprende. Me encanta ese momento”.
Sobre el impacto de Tango feroz en su carrera, el terminar un éxito y sus proyectos, es esta charla con Dopazo.
—En tu carrera has hecho muchos personajes ¿tenés presente a Tango Feroz?
—Es imposible no tenerla presente porque si camino por la calle, alguien me para para hablarme de eso, y siempre en redes alguna cosa aparece. Además se está haciendo un documental sobre Tango feroz en el que participamos todos los que trabajamos ahí, y es muy hermoso. Es un documental que va a ser muy completo, porque se fueron hasta Mendoza para hablar con los músicos que compusieron las canciones. Fueron a todas las locaciones. Este año fue de tener muy presente a esa película.
—Hablando de plataformas, este año fuiste parte de la serie Nada con Luis Brandoni y Robert de Niro.
—Es un poco mucho decir que fui parte, más decir que trabajé con Robert de Niro. Tuve una pequeña participación. Hago de la hija de Brandoni que vive en Londres y habla por videollamada donde lo reta porque es un tipo que hace muchas travesuras, y le dice que se vaya a vivir con ella a Londres, cosa que él no quiere. Fue una escena pero igual está buenísimo haber sido parte de eso, y es un poco increíble para uno.
—Ahora volvés a Montevideo pero para despedirte de Radojka.
—Sí, va a ser la última función y me encanta que sea en Montevideo. Las dos veces anteriores que fuimos nos trataron tan bien. Me encanta Montevideo para ir sin trabajar, e ir a trabajar es hermoso. La gente me escribe por Instagram y siempre preguntan cuándo vamos a Uruguay, y siempre llenamos y nos va muy bien. Y el Movie es hermoso, es un teatro grande y siempre la pasamos bien. Me encanta que en Montevideo sea la última función, porque viví cosas muy lindas. Una de las funciones fue mi cumpleaños y todo el público me cantó el “feliz cumpleaños”, me llevaron una torta al escenario. Tengo recuerdos muy afectuosos en Montevideo.
—¿Por qué terminar?
—Porque ya se cumplió un ciclo que fue mucho más largo que el de muchas otras obras. Habíamos tomado la decisión de dejarla en el Picadilly en Buenos Aires para empezar a hacer gira únicamente, y ahora Montevideo es la última escala. Las obras tienen sus ciclos, y a casi tres años de estrenada ya cumplió el suyo y de hecho ya estoy ensayando otra obra (Made in Lanus con dirección de Luis Brandoni) para estrenar el 4 de enero en Buenos Aires donde voy a hacer temporada. Pero Radojka es tan buena que no descartamos en un tiempo volver a hacerla. La gente la disfruta un montón. Eso habla de lo efectiva que es esta comedia que ya se estrenó en muchísimos países de latinoamérica, ya se hizo en España, y la han pedido en Italia.
—Cuando te llega un guion o una propuesta, ¿qué es lo primero en lo que te fijas o te interesa?
—Hoy, porque es algo que voy cambiando a lo largo de mi vida y las etapas, en principio me fijo en quién me está ofreciendo el proyecto, si lo conozco o no. Me fijo en la producción, la dirección y los compañeros y compañeras para saber de qué se trata el proyecto en general. Qué gente va a participar, porque eso te habla del proyecto en sí. Después, por supuesto el material, y ver si veo posible hacer algo más o menos bueno con ese texto. Hace unos meses me llamaron para hacer una serie, Familia de diván, para un personaje muy lindo. Cuando me llama el productor me dice: “quiero mucho que hagas este personaje, lo vas a hacer bárbaro, es muy gracioso, y es una serie que protagonizan Carola Reyna y Boy Olmi”. Cuando los mencionaron dije que sí, porque los quiero, porque son familia, porque son buenísimos actores y porque sé que no van a hacer una cagada. Entonces pedí los libros, los leí y me gustó, porque también te tiene que gustar el material. A veces es solo el material, no conocés quién lo hace, porque el material solo te convoca. Me doy cuenta que no son siempre las mismas razones por las que acepto.