Estreno
Charla con Mario Morgan, responsable de muchos éxitos del teatro nacional y que dirigió algunos de los mejores papeles de Susana Giménez estrena "Creer y reventar", una comedia en el Undermovie
Mario Morgan llegó a dirigir simultáneamente cuatro obras en la calle Corrientes, entre las que estaba Sugar con Susana Giménez, Ricardo Darín y Arturo Puig. Y también ha dirigido éxitos en varios países de la región, incluyendo un reconocimiento muy grande en Colombia.
Todo lo hace desde Montevideo, su centro de operaciones, y en el que -solo por mencionar algunos ejemplos recientes de una carrera de más de 60 años- dirigió La verdad con Humberto de Vargas y Franklin Rodríguez (dos de sus actores favoritos) o El nombre con Jorge Esmoris. Suele ser el responsable de algunos de los éxitos del año de la cartelera.
Ahora estrena Creer y reventar, una obra de Fernando Schmidt y Christian Ibarzabal que lo vuelve a reunir con Esmoris. El elenco lo completa Leonardo Pacella, todo un descubrimiento para Morgan.
Va desde hoy en Undermovie hasta el 17 de diciembre con funciones viernes y sábados a las 20.30 hs y domingos a las 20.00. Las localidades están en el sitio web de Movie.
—¿Por qué eligió Creer y reventar para su vuelta al teatro tras el parate de la pandemia?
—Yo creía que si volvía a hacer teatro inmediatamente, tenía que hacer algo gracioso. No me importaba el mensaje, no me importaba nada, pero tenía que ser una obra en que la gente se divirtiera tras tanto encierro. Después de la pandemia empezaron unos espectáculos serios muy valiosos y pensé que tenía que haber un lugar para la comedia. Y la tenía que hacer yo. Así que cuando Schmidt me llamó para hablarme del texto, enseguida se lo pasé a Movie porque vi que era un buen lugar para hacerla.
—¿Por qué?
—Es sobre dos hombres totalmente opuestos que se emplean para hacer de Reyes Magos en la plaza de comidas de un shopping. Y es el diálogo que ellos tienen mientras están esperando a Baltasar, el rey mago que les falta. La obra dura 75 minutos en los que se generan situaciones de humor muy descabelladas y muy graciosas. El Undermovie era ideal porque la obra transcurre en el sótano de un centro comercial, donde este dúo está alejado del consumismo de un piso más arriba. Me hizo reír mucho pero uno nunca sabe si al público le va a pasar lo mismo.
-¿Cómo elige los proyectos?
—Yo no voy a buscar a nadie. Los actores uruguayos cuando los convoco aceptan porque saben de mis cosas buenas y mis cosas malas y están acostumbrados a ambas. Y saben, además que nunca los voy a traicionar, que jamás los voy a abandonar y voy a pelear por ellos.
—¿Y cómo es en la práctica como director?
—Tengo muy mal carácter. Aprendí que el director tiene que ser como el capitán del barco. Trabajé con los más grandes de la escena porteña y he pasado absolutamente por todo y he logrado con todos ellos, una gran amistad. Tan mal no me fue.
—Perdóneme, antes de despedirnos lo aprovecho para un consejo. ¿Cómo hace para estar así de vital a los 80 años?
—Trato de mantener la energía y no escuchar las cosas que me puedan tirar abajo el ánimo. He aprendido a que las cosas no me afecten. Eso se lo debo a todo lo que trabajé en Buenos Aires y Colombia, lugares exigente en los que aprendí que las cosas no te tienen que llegar a afectar. Y me ha funcionado muy bien y eso hace que mantenga la cabeza en su sitio y el buen ánimo. Todas las mañanas cuando suena el despertador, me digo “hay en encarar la vida, hay que enfrentar el día”. Y también funciona.