OBITUARIO
Fundador de la extinta Compañía Italia Fausta, fue dramaturgo, productor y docente; tenía 65 años y en 2005 le diagnosticaron Párkinson.
Fue un maestro y un referente, un pionero. Un actor-productor audaz, muy amigo de sus amigos y dueño de un sentido del humor que lo caracterizaba. Fue, Omar Varela, una de esas figuras imprescindibles en el desarrollo de la cultura nacional. Murió este martes a los 65 años, tras serios problemas de salud y un Párkinson que lo aquejó desde 2005. Dejó a la escena de luto.
“Siempre va a ser recordado por su agudeza, inteligencia y rapidez para la réplica. Por la respuesta punzante y su gran compañerismo. Fue una persona muy querida en el ambiente”, dijo a El País su colega Mario Morgan, que dirigió a Varela en dos oportunidades, en Humores que matan y Amigos, de 1999 y 2000.
“Así voy a recordarte siempre, con tu sonrisa y humor permanente. Al genio del teatro nacional y defensor de todas las expresiones de la cultura, a mi amigo de tantas horas. Buena gira”, lo despidió en sus redes sociales la vicepresidenta Beatriz Argimón.
Así voy a recordarte siempre, con tu sonrisa y humor permanente. Al genio del teatro nacional y defensor de todas las expresiones cultura, a mi amigo de tantas horas. Buena gira.QEPD entrañable Omar Varela pic.twitter.com/JS6IhzHEQ2
— Beatriz Argimón (@beatrizargimon) December 6, 2022
“Te merecías estar en paz. La enfermedad nos robó un hombre genial y con un sentido del humor muy particular y que conocía mucho al público. Gracias, Omar, por tanto. Hoy varios perdimos a un gran amigo y mucha gente perdió un teatrero de ley”, escribió, por su parte, la directora y dramaturga Mariana Percovich.
Todas las despedidas públicas fueron igual de enfáticas: Varela era un genio, y uno muy querido.
Había nacido el 15 de octubre de 1957 en el Barrio Sur, donde pasó buena parte de su vida. Inquieto y deseoso de su autonomía, comenzó a trabajar a los 12 años y se independizó a los 17. Empezó a formarse en teatro de la mano de Carlos Aguilera y su Teatro de la Ciudad, y egresó de la Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático (EMAD) en 1981; para ese entonces ya había escrito su primera obra de teatro para niños, El cuento de Catalina.
Fue becado por la Organización de los Estados Americanos para cursar Artes Escénicas en la Universidad de Río de Janeiro, y en esos años norteños trabajó con Denise Stoklos; se codeó con Fidel Castro y Gabriel García Márquez, y se cruzó por primera vez con la obra que le cambiaría la vida: ¿Quién le teme a Italia Fausta?
La estrenó en 1988, estuvo en cartel por 15 años y se la considera la puesta más exitosa en la historia del teatro uruguayo.
Para 1989 fundó la Compañía Italia Fausta, que lideró durante 25 años y convirtió en uno de los pilares del teatro independiente.
“Soy Petru Valensky gracias a Omar Varela, porque fue él el que me dio el espaldarazo”, dijo ayer a El País el actor y comunicador de Canal 10. “La vida después un poco nos distanció. Nos volvimos a reencontrar y siempre estábamos en contacto, pero nunca le dejé de reconocer que fue quien me permitió estar en el teatro. Gracias a él hoy soy lo que soy”.
Fito Galli, que también fue parte de la Compañía Italia Fauta, se lo resumió así a El País: “Fue quien me descubrió, inventó y educó. Fue como un padre nuestro también”.
Alita Menéndez, actriz, cantante, improvisadora, standupera, también lo recordó como alguien definitorio en su camino. “Mi profe. El primero que confió en mí. Que me puso el ojo”, relató en su cuenta de Instagram. “Él se subía a un escenario a explicarte algo y se le iba todo. Porque vivía la magia del teatro como pocos”.
Varela, que a lo largo de su carrera tradujo más de 60 obras, estrenó más de 30 de su autoría, fue directivo de Agadu por 24 años y hasta atendió de escenógrafo seudónimo mediante, apunta Morgan, había sido diagnosticado de Párkinson en 2005.
Diez años después y cuando se anunció su retiro formal, dijo a Sábado Show que cuando su cuerpo se ponía rígido, un estado que lo sorprendía en cualquier situación, tenía que pedirle a la persona que tuviera más cerca que lo empujara, como para ponerlo a andar otra vez. Desde entonces estaba alejado de la actividad pública; uno de sus últimos trabajos fue de jurado del concurso Yo me llamo, de Canal 12, donde en 2009 había hecho El casting de La Tele.
En aquella entrevista con El País, publicada en enero de 2016, Varela declaraba: “A mí me queda mucho más, porque todavía no me conformo con lo que viví”.
Su velatorio se realizará este jueves de 07.00 a 12.00 en Martinelli; a mediodía, el cortejo fúnebre partirá al Cementerio del Buceo.
De su teatro, Fito Galli dijo a este diario: “Fue el tipo más inteligente que conocí en el teatro. Tenía una visión del espectáculo global, de la puesta en escena, que era mágica”.
Para la colección de libros del Instituto Nacional de Artes Escénicas, Mónica Bottero (periodista y hoy directora de Inmujeres) escribió el año pasado esto: “Omar trasviste personajes y los pone a dialogar con unos espectadores uruguayos muy poco acostumbrados a participar, en una especie de inversión de los roles de poder con respecto a la realidad (...) Omar nos ha inventado muy bien. Sus personajes somos nosotros”.
“Soy heterosexual, homosexual, bisexual, pentasexual”, le dijo a El País en febrero de 2013. “A veces me preguntan y respondo: ‘¿Por qué?’ o ‘¿Por qué te parece?’ De malo que soy. Yo no te digo: ‘Qué tal, soy Omar Varela, tengo ojos azules y el pelo blanco’. Lo importante es que seas una buena persona”.
Talento, libertad, generosidad y grandes amigos. Pocos hombres pueden vanagloriarse de un legado así de grande. Omar Varela fue uno de esos.