Terminó las dos funciones que dio en Buenos Aires y viajó a Montevideo, sin dormir, para hacer una gira de prensa que la hizo pasearse todo el día por la ciudad. Antes de terminar la jornada, pero sin cansancio aparente, Fátima Florez aparece en el lobby del hotel donde se encuentra junto a Marcelo Polino, quien se sumó a Fátima 100%, el espectáculo que la artista realizará este viernes 23 en el teatro del Hotel Radisson (Redtickets). Entonces charla con El País.
Florez, nacida como María Eugenia y que le debe su nombre artístico a la Virgen de Fátima, lleva una túnica blanca y lentes espejados. Pide sentarse mirando a la ventana para ver un poco de la rambla, ya que todavía no pudo salir a pasear. “Le sacamos el jugo al día, hicimos un raid mediático por todos lados, recibimos mucho cariño”, comenta, sonriente.
La comediante e imitadora pidió a la prensa no hablar de Javier Milei, ni de la nueva relación de su exnovio con Yuyito González, así que habrá que esperar a la función para saber si lo imitará nuevamente en la función.
Por lo pronto, en los últimos años la presencia de Fátima Florez se ha hecho constante en Montevideo. “Vengo unas tres veces al año, y gracias a Dios siempre con los teatros llenos, con las salas colmadas de gente gracias al boca a boca que sigue funcionando”, dice.
Esta vez llegará acompañada por Polino, a quien define como un amigo arriba y abajo del escenario, cosa que no siempre ocurre en el ambiente. “Nos llevamos bárbaro, tenemos muy buena química y nos reentendemos. Y vienen bailarines, tenemos banda en vivo, así que es un megashow, como los tengo acostumbrados”, dice.
—En tus títulos ya has sido cameleónica, internacional y este show se llama Fátima 100%, ¿por qué?
—Porque tiene todo. Mi primer espectáculo se llamó Única, después vine con Camaleónica, porque soy así; en Internacional había muchas mujeres icónicas de la música y las divas de acá, y este nuevo show se podría llamar “Esto es Fátima”, porque así soy yo. Es Fátima dándolo todo al 100%. Me gusta entregarme como artista, como mujer. Siempre lo doy todo, y más.
—Imagino que para lograr eso recurriste a los cursos de danza que hiciste en Cuba, o a tus años de trabajo junto a Pepe Cibrián.
—Sí, vuelco todo lo aprendido desde muy chica arriba del escenario. La beca a Cuba, los estudios con Cibrián y asistirlo para sus coreografías, todo me sirvió mucho, y fui absorbiendo como una esponja. Aprendí con grandes maestros, tomé clases con Ricky Pashkus, con los grandes. Es que este espectáculo se podría decir que es una comedia musical con un solo actor, porque mis shows tienen mucho de comedia musical. Por ahí lo que la gente ve en la tele o en las redes es un extracto de lo que soy, pero mi esencia está en el teatro, con esos musicales de las megaartistas a las que me atrevo a interpretar. Y hay registros altísimos, coreografías supercomplicadas y hay que cantar y bailar al mismo tiempo, y respirar para no cansarse.
—Lo hacés ver fácil, pero es bien complicado.
—Sí, con el training y el tiempo que uno le dedica, y la técnica; hay que saber aplicar todo eso. Y siempre hay que estar pensando qué vuelta de rosca le vamos a dar para seguir conquistando al público.
—Estás arriba del escenario, y sos la directora y guionista. ¿Cómo es dirigirte a vos misma siendo, además, perfeccionista?
—Y la coreógrafa también (se ríe). Soy muy autocrítica conmigo, soy terrible, no me dejo pasar una. Así que creo que esta experiencia está siendo muy buena, enriquecedora y por algo a este show en el verano nos premiaron con todo: mejor show, mejor show cómico-musical, mejor producción, es decir, viene bien. También hicimos un Luna Park lleno, casi 10.000 personas, cuando es un lugar para bandas y cantantes. Fue la primera vez que un show cómico, y con muchos musicales, lo consiguió.
—Si hay algo que has hecho es romper barreras, prejuicios y preconceptos. ¿Cuesta mucho anímicamente?
—Creo que Dios no pone mochilas más grandes de las que podés cargar. Cuando arranqué con mis espectáculos estaba el prejuicio de que las mujeres solo acompañaban en lo que es el humor. También que las mujeres no cortaban tickets. Tuve que bancar estupideces muy grandes para salir adelante. Siempre le puse el pecho, porque quise demostrar que no era como se decía. Pero todo eso me hizo ser mucho más fuerte. Si me hubieran hecho el camino más fácil, por ahí me hubiera achanchado, pero cuando te lo hacen más difícil, te obliga a ponerte la vara más alta para crecer cada día más.
—Ya te presentaste en varios países del continente, ¿cuál es el siguiente objetivo?
—Soy muy agradecida porque me pasaron lindas cosas. El otro día estaba pensando cómo hacer para superarme, y voy a hacer un show en Las Vegas durante un mes. Vamos a hacer otro show que si bien tiene musicales como este con Cher, J. Lo, Madonna, Michael Jackson, tiene otros más, también personajes que se incorporan porque me los pidieron de allá. Va a ser una aventura muy linda. Además voy a tener que contar chistes en inglés, lo cual es el mayor desafío. Hace tiempo que vengo estudiando y preparándome mucho, así que contenta que voy a hacer una residencia de un mes en Las Vegas.
—¿Qué les llama la atención para tenerte tanto tiempo?
—Íbamos primero por un show, después salió otro, y otro, y nos terminamos quedando un mes. A ellos les llama mucho la atención todo lo que hago, porque ellos tienen bandas tributos y homenajes que le realiza un artista a un famoso, pero les llamó la atención que una mujer haga tantos personajes. El alma mater de ese show va a ser Marilyn Monroe y de ella se desprenden todos los demás personajes. Va a estar muy lindo.
—Sos de hacer notas, pero también te gusta reservar tu intimidad. ¿Sentís que la gente sabe quién es Fátima Florez?
—Para mí el público me conocen muy bien. Además, soy tan simple, y creo que me conocen como soy. Ahora también estoy en las redes, me gusta ir llevando material para ahí, con mi contenido, para que se puedan repartir entre el teatro, la tele y las redes.
—¿No te han dado ganas de actuar en una serie o película?
—Creo que el año que viene puede haber un giro que los va a sorprender. Puede ser una comedia musical donde actúe, donde tenga que hacer cosas dramáticas, algo de humor... Ahí van a ver otra faceta de Fátima. Igual, ahora estoy concentrada en este show.
—Y hay que estar bien para las funciones.
—Sí, eso es un tema porque realmente tenés que estar bien, en eje, porque si estás cansada o nerviosa, no funciona. Tenés que estar bien plantada, anclada para poder hacer estos personajes, porque los nervios hacen que la voz vaya para arriba. Todo eso requiere de estudio, preparación y es lindo cuando uno lo puede lograr esa magia arriba del escenario.
—Entrevisté a Matilda Blanco y dijo que no sabés vestirte. ¿Qué opinás de eso?
—Avísenle que estamos en 2024 y que eso atrasa a pasos agigantados. Matilda atrasa, y los que critican como ella, también. Porque cuando la gente se mete en estas cuestiones puede generar problemas, si la persona no está bien. Por suerte a mí no, tal vez porque hace años que ella viene criticándome, sistemáticamente. ¿Pero sabés qué pasa? Cada vez que me nombra, vendo entradas y gano seguidores. Además, a esta altura lo tomo con humor, porque atrasa, es una mentalidad totalmente obsoleta, anacrónica, y demodé. Out total. Ya pasaron esas épocas de juzgar a la gente por cómo se viste. Y Matilda hace años viene cargando conmigo y con otras figuras. Y si este vestido me lo pongo yo, me critica, y si se lo pone alguien que para ella es "cool", está todo bien. Ella es lo más arcaico, precario y dinosáurico que hay. Y esto también es Fátima 100%.
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