"Te va a quemar el bocho”, asegura, entusiasmado, Favio Posca sobre el final de esta entrevista telefónica. Se refiere a Spare Ribs, el disco de Sleaford Mods, un dúo inglés que define como “un punk electrónico y hablado pero a la vez con ritmo y cadencia de barrio”. Enseguida, profundiza: “Es como que te está cantando un barra brava del Manchester en el medio de la calle”.
La excusa de su diálogo con El País es la llegada de Transensual, su nuevo espectáculo, a La Trastienda. Sin embargo, el foco se mueve constantemente entre la música y la actuación. Recomienda la discografía de Fontaines D.C. (“Es un Joy Divison 2024”, define); se ríe cuando se le recuerda que interpretó a Pocho Orozco en el videoclip de “Ojo con los Orozco” (“¡Qué elencazo! Estaban Enrique Pinti, Daddy Brieva, Leo Sbaraglia y muchos más. Cuando León Gieco me llamó le dije que sí enseguida”); y habla con orgullo de la vez que cantó con su hijo Rocco en el programa Lito Vitale a la medianoche (“Fue muy emocionante porque él tiene el don de elevar las canciones hasta el infinito”).
El argentino habla de música y teatros porque ambos universos siempre estuvieron en diálogo en su carrera. El más directo se refleja en otro videoclip: el de “Paranoia”, de No Te Va Gustar, que protagonizó en 2015 con una vistosa peluca afro. “El resultado es buenísimo, pero me pasó algo reloco cuando estábamos filmándolo”, cuenta. “No sabía cómo iba a bailar frente a la cámara, pero cuando me puse la peluca me transformé; de pronto entendí todo. Es lo inexplicable que tiene el arte”.
Así como Bullshit, su espectáculo anterior, tuvo su cuota musical —el EP con canciones del show se escucha en Spotify e incluye la genial “Chica con los ojos medicados”—, Transensual se alimenta de lo que Posca define como “música transportadora”. Sin embargo, no quiere adelantar mucho; prefiere que el público lo descubra el próximo sábado en La Trastienda (entradas en Abitab, de 1400 a 1900 pesos).
Lo que sí anticipa, inspirado en su reciente paso por Mar del Plata, es que Transensual “transforma energéticamente” al lugar que visita. Es, como dice, una “catarsis” que lo lleva a “sobrevolar la sala”.
Sobre lo que significa el espectáculo en su vida, va esta entrevista.
—¿En qué capítulo de tu carrera te encuentra Transensual?
—En uno que tiene que ver con la evolución personal que estoy transitando hace bastantes años. Empecé a darme más pelota como persona y me di cuenta de que tenía que cambiar un montón de cosas para estar bien con los seres que amo y cambiar situaciones que no eran tan agradables en mi forma de ser. Noté que era más ciclotímico y hermético, y cuando cambié también evolucioné, sin darme cuenta, como artista. Siento que estoy componiendo y cantando mejor que antes, y estoy diciendo textos que son mucho más claros. Eso hace que la gente reciba mis espectáculos de otra manera y se emocione más.
—¿Cuál fue el mayor cambio de este proceso interno?
—Descubrí que era mucho más amoroso de lo que pensaba. Antes pensaba que ser tierno o abrirse a la vulnerabilidad era para los débiles, y eso se veía en el escenario:presentaba algo más rockero y hermético que no le daba cabida a la emoción. Pero descubrí que no era quien pensaba que era, y en Transensual hablo de eso; vamos creyendo que somos de determinada manera cuando en realidad eso tiene que ver con los dogmas y estigmas que te fueron inculcando. Esas cosas te sacan la pureza de tu verdadero ser, y cuando te das cuenta de lo que pasa descubrís que, por ahí, sos mejor de lo que pensabas que eras. De eso habla el nuevo espectáculo, y el “trans” viene del punto de vista de la transmutación y del trance en que entro cuando estoy en el escenario. Y lo “sensual” por el lado del hechizo que propongo para entrar en un viaje de una hora y media que va a ser movilizador. En mis espectáculos nunca vas a salir de la sala igual que como entraste.
—Mencionaste a los dogmas y estigmas, y ambos conectan con el cuestionamiento que se proponía en Bullshit. ¿Transensual es una expansión de ese interés?
—Sí, totalmente. Es como que estoy generando una obra en torno a eso. Si hablamos de música, Bullshit vendría a ser el single y Transensual el disco entero. El nuevo espectáculo nace de varias semillas, y algunas de ellas arrancan de lo dramático para transformarse en hermosos girasoles. Casi todos mis personajes arrancan desde un lugar donde vos decís: “Che, este pibe no va a tener salida”, pero termina generando algo muy lindo y querible para la gente.
—¿Qué tan importante es que haya un espacio para la superación en tus personajes?
—Es muy importante. Aparte todos mis personajes siempre están seguros de quiénes son, y aunque fueron bastante golpeados en la vida nunca necesitaron de alguien que los ayude. Se reivindican solos con una fortaleza y una dignidad tremenda sin sufrir el síndrome de la venganza. Es que el único que puede salir adelante es uno mismo, y llevar el estandarte del amor siempre te va a ayudar a sanar. Es como una de las canciones de Bullshit, que dice que “el amor no mata, y si te mata, te mata de amor”. Eso tiene que ver con lo que te comenté antes: no hay que tener miedo a la vulnerabilidad que te da el amor porque no te quita fortaleza; te hace más fuerte.
—Hablando de amor, ¿qué te sentiste al reconocimiento que recibió Rocco tras interpretar a “Moncho” Sabella en La sociedad de la nieve?
—Es un orgullo. Fue una experiencia tremenda para Rocco porque filmó la película en Granada durante la pandemia y tuvo que adelgazar y filmar durante ocho o diez horas muerto de frío. Está sorprendido con la cantidad de amor que recibió del público, y es algo muy loco porque arrancó muy chico. A los 16 años había editado Niños del universo, su primer disco, y ahora, con 24, tiene otros dos. La sociedad de la nieve permitió que un montón de gente descubriera su música, y para mí es una felicidad inmensa porque sé que la viene remando desde muy chico y no se le hacía tan fácil hacer rock en un momento donde el género no está tan de moda.
—Volviendo al espectáculo, ¿cómo definirías lo que se vive con Transensual?
—Eso que te dije de sobrevolar la sala es una metáfora, pero es bastante real. Se produce una catarsis de transpiración, por más de que la gente no transpire, un poco transpira conmigo. Y un lugar como La Trastienda ayuda a que el trance sea más profundo. Además, el público que me recibe bien y con amor; por eso, cuando voy a Uruguay me siento como un niño con chiche nuevo.
-
Favio Posca: "Siempre fui un artista que va paralelo a todo; soy un mediático punk"
Comienza la temporada de visitas argentinas y llegan Favio Posca y "Sinvergüenzas": fechas, lugares y entradas
Famoso cantante argentino fundó la fiesta Bresh y hoy actúa en "La sociedad de la nieve"; quién es y qué hace