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Después del éxito conseguido con Pulcinella, el espectáculo hecho en agosto con la Orquesta Filarmónica de Montevideo, la compañía Telón Arriba vuelve al Teatro Solís con estreno propio.

Se trata de Pausa, una propuesta de danza neoclásica y contemporánea que reúne tres coreografías originales y bien distintas entre sí, pero con trasfondo común. Va desde mañana hasta el jueves en la Sala Zavala Muniz, siempre a las 20.00; entradas en Tickantel.

Giovanna Martinatto, directora de Telón Arriba, cuenta a El País que varias de las piezas que saldrán a escena esta semana fueron concebidas antes de la pandemia, por lo que esta puesta implicó retomar algo que había quedado “en pausa”. Así, el espectáculo que originalmente tenía otro título, fue rebautizado y resignificado. “Porque estar en ese momento de pausa sirve para estar con uno mismo y reflexionar un poco sobre lo que está pasando, y las obras tienen que ver con eso”, señala.

Sobre Pausa, Martinatto destaca que las tres coreografías que se presentarán son de mujeres: Rosina Gil, Vanesa Fleita (ambas primeras bailarinas del Ballet Nacional del Sodre) y Lucía Martínez. “En todos los ámbitos pasa que recién se está abriendo este tema del género, y en la danza, a nivel mundial, la mujer sí ha tenido su lugar, como primera bailarina y eso, pero no tantos lugares de dirección de compañía o de coreógrafas. Y me parece superimportante dar ese espacio”, dice.

De Gil, Fleita y Martínez, además, valora que son “supercreativas” y “muy diferentes” en los lenguajes que manejan. “Así que me parece que son imperdibles”, resume.

Todavía con la satisfacción fresca del logro que significó hacer Pulcinella con la Filarmónica, Martinatto —ex primera bailarina del BNS, docente, coreógrafa y bailarina de Telón Arriba; está en escena en todos los números de Pausa— dice que llevar adelante una compañía como esta, en un país como este, “es difícil”.

“Nosotros no tenemos ningún apoyo económico y eso es bastante complicado, pero el equipo es genial, se trabaja a full y de una manera superprofesional, entonces estamos con las expectativas siempre altas. Supongo que vienen desafíos más importantes por delante, y creo que lo más difícil en estos casos es mantenerte. Y lo hemos logrado”, reflexiona.

En relación a eso, Martinatto entiende que el vínculo del público uruguayo y la danza se ha transformado. “La gente se interesa mucho más por la danza en Uruguay, lo cual es una gran alegría. Están más abiertos a disfrutar de un espectáculo así, que capaz antes se pensaba como algo un poco lejano. Y al contrario: uno puede ir, sentarse a ver danza y sacar sus propias conclusiones de lo que está viendo. Y si es diferente a lo de la persona que está al lado, está bien. En lo contemporáneo se trata de eso: de tener distintas visiones”.

Sobre la transición que la llevó del Ballet Nacional del Sodre a una propuesta como la de Telón Arriba, la bailarina dice que a veces uno elige un camino distinto, y que a ella le tocó elegir este: el de transmitir lo aprendido (es maestra de la Escuela Nacional de Danza), el de estar “al frente” de una propuesta más amplia; y el de bailar algo distinto. “Inclinarme por creaciones nuevas y disfrutar de ese momento que es como un nacimiento, es increíble. Todo eso es un disfrute y una forma nueva. Mi cuerpo pedía una transformación en ese sentido, y eso también es válido y fue la mejor opción que pude tomar”, dice.

Ahora, de cara al estreno de Pausa, asegura: “Nosotros generamos emociones, la compañía se dedica a eso. A generar emociones, reflexión sobre lo que uno está viendo, y es lo que me encantaría que el público se lleve de estas obras. Reflexiones, una emoción. Eso”.