Redacción El País
"Teatro, nunca más”. Eso, así de tajante, le dijo Susana Giménez a Sábado Show en octubre, en medio de una gira de prensa que la tuvo, en Punta del Este, de anfitriona de periodistas uruguayos y argentinos, bien dispuesta a diálogos mano a mano, a móviles fugaces, a preguntas con potencial explosivo. “Teatro, nunca más”: eso dijo para definir el valor de su regreso a Piel de Judas, la obra que reestrenó el año pasado y que vuelve, hoy, por última vez.

Al frente de una comedia francesa con sello argentino, la diva de los teléfonos levantará el telón de su último ciclo teatral. Luego regresará a la televisión y no está descartada otro tipo de presencia en la pantalla, pero el verano marcará su despedida de las tablas. El retiro lo concretará en Uruguay, el lugar en el que vive hace casi tres años, y del que podría irse, según sus propias declaraciones, en algún momento del año que viene.

Piel de Judas estrenará esta noche en Enjoy Punta del Este como el gran evento artístico de la temporada local. Tendrá funciones viernes y sábado a las 22.15 y las repetirá la semana siguiente; después se la podrá ver el lunes 1.° de enero, del jueves 4 al sábado 6 y del jueves 11 al sábado 13, siempre a la misma hora. Las entradas se consiguen en SuTicket.com y van de 60 a 100 dólares; hay 2x1 para socios del Club El País.

Es la misma versión ofrecida en el invierno de 2022, con Antonio Grimau como la dupla estelar de Giménez. O casi la misma: en el papel en el que entonces estuvo Julieta Nair Calvo, con un buen aporte cómico, se suma ahora la también argentina Manuela Pal. “Mamacita, serás una Nicole maravillosa”, fue el mensaje virtual con el que Nair Calvo le dio su visto bueno.

Susana encarna a Marion Bruker, una millonaria de lengua filosa que, cuando tiene que definirse, dice que no es nadie. Es la pareja de Alexis Bruker (Grimau), un violinista de mucho prestigio y muchas ínfulas, que está a punto de ser entrevistado por Nicole (Pal), una periodista joven y atractiva que va a sacudir la rutina del elitista y habituado matrimonio.

El resto del elenco está incambiado. Siguen David Masajnik como el veterinario Cazenave, que anda por allí atendiendo un perro que no aparece pero se hace sentir, y los uruguayos Patricia Álvarez López y Sebastián Slepovich, como los extravagantes vecinos de los protagonistas.

Dirige Max Otranto y el texto es de Pierre Barillet y Jean-Pierre Grédy, con adaptación de Fernando Masllorens y Federico González Del Pino.

Giménez ya había brillado en Piel de Judas en 2015, siempre con Grimau pero en aquel momento con dirección de Arturo Puig. Entonces fue un éxito rotundo: en el teatro Lola Membrives porteño, la presencia de la estrella televisiva alcanzaba para llenar salas, afectar el tránsito, alborotarlo todo. Consiguió, además, tres premios ACE: a mejor actriz de comedia para Susana, mejor producción para Gustavo Yankelevich y mejor escenografía para Alberto Negrín.

El tridente se mantiene; Giménez le da el crédito a Yankelevich como el gran artífice de su vuelta al teatro, ahora por última vez. Solo por eso, porque es la despedida, aceptó actuar en Punta del Este; hasta ahora, Uruguay había sido un descanso, un refugio, un hogar.

“El teatro es muy sacrificado, aunque no parece”, dijo en su última charla con El País, a la revista Sábado Show. “Hay que ir todos los días: te puede doler la cabeza, la muela, el estómago y hay que salir al escenario igual”.

Dijo que tiene que desprenderse de eso porque así irá, de a poco, soltando compromisos: “Es triste, pero lo tengo que hacer. Hice muchas obras durante un montón de tiempo y me cansa mucho. Cuando hacía aquellas obras tan fuertes era mucho más joven y tenía una vitalidad impresionante. Todavía la tengo, pero siento que ahora hay que ir dejando de a poco las cosas. Esta vez le tocó al teatro”.

Una vez que cierre Piel de Judas, Giménez se enfocará en su vuelta a la televisión, su medio más habitual. Prepara para mediados de año el regreso de su programa clásico, con “un juego, una estrella invitada y un musical”. Quiere recuperar su formato: la charla de living, la conversación espontánea, esa frescura que ha marcado su carrera y que apenas se vislumbraba en LOL, la versión argentina del reality de stand up que presentó este año para Prime Video.

Entre planes y proyecciones, al futuro de Susana Giménez le da vuelta una pregunta, la de su eventual regreso a vivir a Argentina tras la asunción presidencial de Javier Milei. Dos semanas atrás, cuando un periodista intentó averiguarlo, soltó una respuesta afirmativa que solo el tiempo confirmará. Ahora, como hizo el año pasado, Susana volverá a escena para derrochar su gracia en una comedia a la medida, llena de humor popular y de su habitual desparpajo. Lo hará, sin embargo, con el condimento de la última risa, la última vez.