ENTREVISTA
La comediante y música llega este sábado a La Trastienda con "Natural", un show de stand up que propone una mirada más reflexiva
Laura Falero pensaba y escribía, desde el año pasado, sobre el reino animal, la violencia, las tendencias destructivas, lo desconectados que estamos los humanos de nosotros mismos y nuestra naturalidad. Pensaba y escribía, inspirada por la obra chilena Estado vegetal que vio una vez y la dejó pensando para siempre. Pensaba en lo perdido, en una posible venganza de los animales, en los cambios. “Y en marzo una pandemia mundial, un murciélago en una sopa... ¡Esto me viene bárbaro!”, cuenta a El País.
Ese es, muy sintetizado, el camino que la llevó a Natural, el espectáculo que estrenará este sábado a las 21.00 en La Trastienda (entradas en Abitab).
Sus búsquedas vinculadas a lo antiespecista y a la discusión antropocentrista se cruzaron con todo lo que modificó y enseñó la pandemia del coronavirus, y con una reflexión que a nivel personal ya traía la comediante sobre, justamente, el rol de la comedia. “Y se volvió un texto muy reflexivo” el de Natural, dice, “porque los comediantes debemos atender los momentos donde quizás no tenemos de qué hacer chistes. Es un momento más de reflexión que de chiste por el chiste”.
Comediante, actriz, pianista, cantante, compositora —en Natural está presente la música en vivo—, performer y sobre todo comunicadora, Laura Falero está en un momento de cambio. Después de trabajar durante mucho tiempo sobre las cuestiones de género, decidió correrse para hacer foco en una cuestión más profunda que tiene que ver con la crisis que atravesamos como individuos y como colectivo. Decidió también moderar sus reacciones en las redes sociales para no fomentar ninguna violencia, y evalúa si no es momento de soltar un poco el stand up y abrazar más la música.
“Las pautas del sentido del humor, de qué nos reímos, está cambiando porque cambia el sentido común. Y hay una necesidad de que eso se revea, porque a reírte te enseñan. Aprendés a reírte y te reís de una manera aprendida, entonces muchas veces estamos riéndonos de algo sin tener mucha conciencia, simplemente porque es gracioso. Lo que está sucediendo ahora es que todos tenemos voz y voto; la gente te está diciendo: no me gusta que te rías de mí, que te burles como antes. Entonces yo entro desde ese lugar, desde el texto y las premisas más que del remate, y me encuentro yendo a un lugar reflexivo por elección”.
-Pero la deconstrucción es otra forma de enseñar a reír, ¿no? Porque además sabemos que hay cuestiones sobre las que ya no está bien reírse.
-Eso está pasando también. Por eso no deja de ser, el sentido del humor, una herramienta disciplinadora. Los comediantes tenemos que entrenar el pensamiento rápido, investigar, saber bien de qué hablo y poder generar una actitud crítica, hasta te diría un discurso político filosófico. Yo tengo la consciencia de que tengo ese poder cuando me subo al escenario; es una responsabilidad. No siempre hay una consciencia de que es así, tampoco tiene por qué haberla, pero yo elijo ser consciente.
-¿Por qué?
-Porque a lo largo de estos 10 años siempre trabajé temáticas relacionadas a la cuestión de género, y me encontré con muchas mujeres y disidencias que a través de un chiste contaban historias muy fuertes. Y con el tiempo me llegó que un pequeño chiste podía despertarte un recuerdo, desbloquearte algo, habilitarte, y eso me lo fue diciendo la gente. Entonces fui acompañando mi propia deconstrucción arriba del escenario, y eso me llevó a la certeza de que el humor es una herramienta de comunicación fundamental para la apertura y la actitud crítica. Y también para alivianar, distendernos. Pero estamos en un momento muy difícil para hacer humor, y me di cuenta que la gente tiene ganas de reírse pero también necesita que la acompañemos a reflexionar. Porque acá el problema tiene que ver con la especie humana, que incita todo el tiempo violencias. De hecho yo estuve muy enojada en muchos de mis unipersonales, y ahora siento que trascendí y estoy yendo a un lugar más conectado. No puedo más, desde esa responsabilidad en el escenario, seguir incitando a esa violencia.
"No puedo más, desde esa responsabilidad en el escenario, seguir incitando a esa violencia"
-¿Y cómo lidiás con eso desde el otro lado? Porque por tu trabajo por las cuestiones de género te has vuelto un blanco muy fácil en redes sociales.
-Sí. En mi caso fueron muchos años de poner el cuerpo, y lo sigo poniendo, para que muchas personas —y yo misma— despertáramos con respecto a cuestiones relacionadas al género y la igualdad de las personas. Me estoy empezando a amigar con la idea de que existe esa diferenciación, pero no puedo seguir profundizando en estas temáticas. Para mí estamos en un momento en el que las violencias se levantan por cuestiones políticas partidarias de las que yo me corro, porque me corrí siempre, porque pasan los años, pasa la vida y siguen habiendo las mismas desigualdades. Entonces decidí escribir sobre la reconexión para buscar otra línea. Hasta me he cuestionado si el humor es el lenguaje que yo quiero seguir transitando, Quizás es la música. Porque la palabra es un lugar muy complejo hoy en día.
-De un tiempo a esta parte empezaste a reconectar y a mostrar más tu veta musical. ¿Sabés a dónde va ese camino?
-Me empecé a animar a fusionar ambos mundos; ahora lo que me pasa es que musicalmente estoy yendo a un lugar no tan gracioso, y estoy dejando que pase. Se me está abriendo una cuestión creativa musical que va más allá de lo gracioso; empecé a componer y me di cuenta que tendría que haberlo hecho antes. Hasta pienso si me habré puesto esta prueba de estar 10 años haciendo stand up para animarme a hacer música. Que voy a grabar es seguro. Estudié mucha música en el encierro y me costó tomar la decisión de hacer una canción frente al público sin esperar una risa. También el ambiente musical cuando yo arranqué —soy de Canelones— era difícil, entonces medio que me rifé esa parte. Entonces en serio pienso que quizás este camino del humor fue como una prueba que me puse para poder florecer mi música y amigarme con que lo que se viene no está muy relacionado con el humor y la comediante. También es reconectar con mi identidad, con mi esencia más natural.