El modo laboratorio, la búsqueda de nuevos lenguajes creativos, la investigación de espacios no convencionales y visibilizar temas sociales son las principales motivaciones de Implosivo, una compañía de artes escénicas independiente nacida hace 10 años.
Germán Weinberg y Ximena Echevarría, una pareja de artistas egresados de la EMAD, la gestaron con el afán de tener un lugar donde desarrollar su voz artística y, a la vez, formar a nuevas generaciones.
Celebran el décimo aniversario de esta usina creativa con un megaespectáculo dirigido por Ximena Echevarría y Santiago Lans titulado Absceso. Se estrena hoy a las 20.30 en la sala Zavala Muniz y hay funciones hasta el 18 de agosto. Las entradas están a la venta por Tickantel.
La obra, basada en dos textos de la chilena Carla Zúñiga (Prefiero que me coman los perros y La infancia es la casa que habitaremos para siempre), utiliza el enfoque del teatro físico para abordar asuntos profundos como la violencia intrafamiliar y la niñez.
"Hacemos una relectura de los textos, pero son literales. Con la sumatoria hacemos un único discurso porque entendemos que hay muchos puntos de contacto", explica a El País Germán Weinberg, fundador de Implosivo y actor de Absceso.
Usar el cuerpo para comunicar
Absceso fusiona elementos de las telenovelas de los noventa y los cuentos de hadas con una narrativa contemporánea. Y si bien se mete con temas duros, pretende transformar el dolor en belleza poética.
La elección del eje discursivo responde a una cuestión generacional: "Tenemos 40 años, en nuestra adolescencia no había cable ni Netflix, así que la telenovela mexicana o venezolana es la referencia televisiva que tenemos", explica Weinberg.
Y se explaya: "Como son dos obras, y el viaje de la protagonista tiene que ver con algo mágico, entra el mundo de Disney de los 90 (el clásico dibujito de princesa) y se mezcla con el lenguaje de la telenovela, y el proceso dramático del personaje principal".
El staff para Absceso se formó a partir de un llamado dirigido a egresados de distintas generaciones de la escuela Implosivo. El objetivo era armar un elenco estable que dominara el lenguaje de la dramaturgia plástica, una metodología de trabajo actoral que el colectivo desarrolló mientras hacía una residencia de un mes junto a Sanchís Sinisterra, en el nuevo Teatro Fronterizo de Madrid.
Hace más de un año y medio que los nueve artistas que participan del proyecto se preparan para hacer esta obra que requiere un gran despliegue físico: deben hacer acrobacias, saltar, trepar y volar en una escenografía que incluye casas en movimiento que se desarman.
"Hay una poética que tiene que tiene que ver con el cuerpo, más allá del texto, y tuvimos que hacer un entrenamiento para abordarlo desde el teatro físico, porque ninguno de nosotros es atleta o circense", justifica Weinberg.
Y asegura que la presencia de Santiago Lans fue clave para lograr sortear esas dificultades. Es egresado de la EMAD, se formó en el exterior en teatro físico y ha hecho distintos espectáculos en dicha disciplina con su compañía Animalismo.
El germen de Implosivo
El origen de Implosivo se remonta a 2014, cuando estrenaron Autopsia a un copo de nieve en el extinto teatro del Mercado Agrícola, aunque antes habían tenido otros intentos fallidos. Además de la veta creativa, los fundadores querían formar a nuevas generaciones de artistas haciendo énfasis en encontrar una voz propia, para luego traducir ese decir en espectáculos.
"Empezamos a pensar en una propuesta formativa con una perspectiva de laboratorio, donde el centro es la investigación de los recursos del estudiante", define Weinberg.
Y agrega: "El principio fue muy duro: teníamos cuatro estudiantes y dijimos, empecemos. Se corrió la bola, se sumó gente y a fin de año hicimos una muestra con 12. Hoy seguimos trabajando con tres de esos cuatro: María Victoria Parada, Bruno Acevedo y Camila Friedrich".
En ese marco nació Implosivo, con tres líneas de acción: la compañía de artes escénicas, la formativa con la carrera y una amplia propuesta de talleres, y la residencia, tanto para ir de intercambio al exterior como para recibir elencos de otros países.
Estrenar obras y muestras en espacios no convencionales es parte del gen del colectivo y ha sido de gran aprendizaje para los actores y alumnos. La casona Mailhos, el Palacio Taranco, el Palacio Salvo, la UTU Figari y la biblioteca del IAVA fueron algunos de los espacios que Implosivo intervino con su arte.
"Las muestras son abiertas al público y gratis, y la vez que hicimos una en la UTU Figari se metió una persona en situación de calle y se puso a discutir con los actores por una frase que se decía y tenía que ver con el comunismo. Tuvimos que amablemente sacarlo y seguir la obra", relata.
Ese episodio, como tantos otros inconvenientes e imprevistos que suceden cuando actúan en la calle o en espacios no convencionales, se toman como insumo y aportan al crecimiento: "Eso implica que los estudiantes estén abiertos para resolver problemas y generen herramientas actorales y formativas", concluye.
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