Pablo Cayafa, Manantiales
La cartelera teatral de Punta del Este cuenta esta temporada con El Equilibrista, el espectáculo unipersonal de Mauricio Dayub que se volvió un suceso de taquilla. "Ha roto los esquemas", define el actor que se prueba en la costa uruguaya después de haber llenado el teatro el Galpón de Montevideo.
La obra va de jueves a domingos en Enjoy Punta del Este con entradas desde 60 dólares.

—¿Cómo estás viviendo la temporada?

—Muy bien. Se mezclan dos cosas muy buenas, que son el trabajo y el descanso. Punta del Este es una ciudad bella que hace descansar todo el tiempo, y a su vez a la noche hago lo que más me gusta que es actuar.

—No es habitual que un espectáculo unipersonal se vuelva un fenómeno de taquilla como pasó con El Equilibrista, ¿a qué se lo atribuís?

-Ha roto los esquemas. Nació en el teatro independiente en una sala para 200 personas y hoy la hago en una sala de mil en plena Calle Corrientes. Es un espectáculo que ha viajado por el mundo y ha ganado todos los premios. El secreto es que divierte y emociona al mismo tiempo. Estamos acostumbrados a divertirnos en las comedias y emocionarnos en los dramas, pero El Equilibrista pone todos los sentimientos a flor de piel. Este espectáculo es una necesidad que yo tenía, pero nunca pensé que eso que yo necesitaba transmitir fuera lo mismo que precisaba el espectador. Esa coincidencia es extraordinaria.

—Lo presentás en Punta del Este, que no tiene mucha tradición de teatro...

—Estamos intentando que se transforme en una plaza teatral para el turismo, como lo es Mar del Plata. Por eso no vine a hacer solo unas funciones sino a quedarme toda la temporada. El público de Punta del Este lo agradece mucho. Ojalá el teatro en Punta del Este también empiece a ser una necesidad de la gente, y se pueda compartir junto a la belleza de los paisajes.

—¿Cómo es tu vínculo con el balneario?
—Es una ciudad que a mi mujer y a mí nos une muchísimo porque la frecuentábamos cuando empezamos nuestra historia. Solidificamos nuestro vínculo en algunos lugares puntuales de Punta del Este. Esta temporada, en la que cumplimos casi 22 años juntos, volvemos con nuestro hijo y pasamos con el corazón por lugares de los que tenemos recuerdos hermosos.

—¿Cómo fue asumir la responsabilidad de dirigir Inmaduros, la obra protagonizada por Adrián Suar y Diego Peretti que acabás de reponer en Buenos Aires?

—Yo no lo iba a hacer. Cuando me llamaron pensé que era demasiada responsabilidad y yo ya estaba bien con mis cosas. Hoy agradezco haber dicho que sí. Empezamos el segundo año después de haber hecho más de 220 funciones con más de 220 mil espectadores en 2022. Ellos me la hicieron muy fácil, y las cuatro mujeres del elenco son espectaculares. Dirigir no había sido lo que más había elegido en mi carrera, y después de dirigir Inmaduros, todas las semanas recibo propuestas para dirigir otros proyectos. Eso me da mucha satisfacción.

—¿Cómo es dirigir a Suar, siendo que él fue productor de muchas de las ficciones de las que participaste?

—Nos divertimos mucho. Adrián siempre había sido mi jefe. Yo admiraba mucho que cuando llegaba a grabar a las 8 o 9 de la mañana, él salía de su oficina y sabía cuáles eran las escenas que yo tenía que hacer. Eso me hacía preguntarme "¿cómo voy a dirigir a un tipo que sabe tanto?". Sin embargo cuando estábamos ensayando yo lo miraba y veía que con su carita me daba el sí y me inspiraba mucho a seguir por la línea que iba en la dirección. Con Peretti pasa lo mismo. Son dos actores que saben adónde quieren llegar y eso facilita mucho el trabajo. Manejan mucho el sentido común de la escena.

—¿Estás con ganas de volver a hacer ficción?

—Sí, aunque no tengo tanto tiempo porque hago El Equilibrista, El Amateur, que es mi obra emblemática, y los fines de semana hago gira. La ficción televisiva y cinematográfica la tengo un poco limitada. El año pasado le dije que no a varias, así que supongo que este año voy a aflojar a las giras para poder aceptar algún proyecto y volver a hacer ficción en televisión.

—Decías que lo que más te gusta es actuar, ¿te ha tocado tener que hacerlo en proyectos que no te convencían artísticamente?

—Hice muchas cosas que no me gustaron tanto, aunque tengo más claras las que sí. Durante mucho tiempo hice lo que actores a los que les iba bien rechazaban. Con los contratos que cerraba para hacer esos roles producía mejor mis obras. Fui productor de mis obras gracias a los contratos que cerraba en televisión, entonces no me preocupaba tanto que lo que hiciera en televisión no estuviera a la altura de lo que yo quería. Hoy ya no me pasa eso, y hago lo que me cierra absolutamente. Le tengo mucho cariño a la televisión y le agradezco esa posibilidad que me dio.