Jaime Clara está contento. Y como para no estarlo: este viernes 22 estrena programa a las 23.00 en Canal 4. Se llama Mirada Clara y es un ciclo de seis encuentros con especialistas sobre temas urgentes de los que no se suele hablar en televisión abierta.

Así en Mirada Clara se hablará del futuro del trabajo con Ignacio Munyo; de educación con Denisse Vaillant; de Demografía con Wanda Cabella; de salud con Lucía Spangenberg y del impacto de las pantallas y la tecnología con Roberto Balaguer. Son charlas de media hora sobre el futuro, que aunque parezca que llegó hace rato, aún tiene mucho por venir.

—¿Cómo nace algo como Mirada Clara?

—Después de las elecciones internas, veíamos con Gonzalo Terra, el gerente de noticias de Telenoche, que las campañas se reducen a lo coyuntural y sentimos que faltaba pensar el Uruguay a 20, 30, 40 años. Ahí surge este ciclo de entrevistas que atiende seis temas fundamentales para el país que se viene con las personas que más saben de esos temas en Uruguay. Mirada Clara es, de cierta manera, el aporte de Telenoche a pensar el Uruguay del futuro.

—Los temas son enormes pero los programas, de media hora. ¿Por qué?

—Para atender la tendencia de aterrizar e ir a lo concreto de los temas. Pero la idea es sacar mucha frase, mucho concepto para que desde las redes se genere inclusión.

—El formato es cercano a lo que usted hace en la radio: preguntar, escuchar, curiosear. ¿Cómo se sintió?

—Es muy radial, sí, aunque el director de cámaras hizo maravillas para que en esa media hora el lenguaje televisivo sea lo más dinámico posible. Me sentí muy cómodo, concentrado, conversando, hiperatento y sabiendo que tenía veintipico de minutos y nada más para sacar la esencia del entrevistado y, sobre todo, del tema. Y que tenían que quedar cosas valiosas, no cháchara.

—Es además un programa de reflexión, lo que estaría siendo una rareza...

—Es que hay que recuperar el valor de la palabra. Que los likes o las visualizaciones en redes sean por los conceptos, por lo que se dice y no por el conflicto, el disparate o la descalificación. Es posible un espacio de reflexión y sería absurdo cederlo.

—Mirada Clara es un poco una extensión de Sábado Sarandí, su programa cultural de los sábados.

—Sí, es verdad, y quizás por eso es que me sentí muy cómodo y me gustó la propuesta. La última vez que hablamos creo que usted tituló que mi idea era estar en el informativo sin perder mi perfil profesional. Y con todo lo que he ido cambiando -porque empecé muy asustado y hoy creo estar más seguro-, por la forma en contar las noticias, en presentarlas, siento que no me he desperfilado. Y eso sí era un gran desafío. Y ahora, además, el canal me llama para profundizar ese perfil.

—Siempre fue un trabajador de los medios. ¿Soñaba con tener un programa de televisión?

—La tele no existía en mi horizonte. Todo lo contrario. Pero se dio así.

—Esa última vez que hablamos empezaba en Telenoche y ahora su grado de exposición es muy grande. ¿Cómo lo trata la popularidad?

—No tengo claro el concepto de popularidad. Popular es un jugador de fútbol y yo transito en la vida igual que transitaba antes. Trato, sí, de ser muy cuidadoso en las redes sociales, por ejemplo porque uno está en un lugar de mucha responsabilidad. Sí me he dado cuenta que una cantidad de gente que uno no imagina que miraría hoy un informativo de televisión abierta -sobre todo en el mundo de la cultura- lo mira y te lo dice. Y eso me sorprende porque siento que ahí hay una confianza personal. Y ahí te das cuenta de esa responsabilidad porque te están siguiendo a vos, están siguiendo una forma de hacer las cosas.

—Pero, por ejemplo, ¿le piden selfies por la calle?

—No, no. No creo que me haya sacado en un año y medio que estoy, casi dos años, más de cinco selfies. Lo que sí me llegan mucho más mensajes a través de las redes de gente con algún problema. Hay un tipo de público que no me conocía y para muchos de ellos soy la puerta de entrada para que el noticiero pueda tratar el tema. Yo lo canalizo y después la coordinación del informativo analizará la pertinencia. Eso ha sido una especie de mundo nuevo que desconocía.

—Cuando llegó a Telenoche, una idea era dar una imagen distinta del informativo. ¿Consiguieron ese objetivo?

—Estamos haciendo el informativo que queremos. Obviamente que nos gustaría mejorar, pero estamos logrando ser competitivos todos los días, que era otro gran objetivo. Hoy nadie duda del profesionalismo de Telenoche y los números lo reflejan. Lo que pasa es que también sigue siendo un formato largo y tenés que nivelar distintos tipos de contenidos. Pero el resultado a nivel de público es positivo.

—¿El Jaime Clara escritor en qué está?

—Está bravo. Estoy en un proyecto de nuevo libro comprometido para el año que viene. Igual que con los cuentos, los manejo mucho en la cabeza y cuando puedo los voy aterrizando. Ahora hay una fecha que espero cumplir. Vamos a ver qué es lo que sale.

—¿Y el dibujante?
—Este año fue muy bueno porque tuve dos exposiciones de caricaturas en la ciudad de Zafra en Extremadura. Iba a ser una y terminaron siendo dos, lo que para mí fue la gloria. Y el año que viene hago una muestra en Madrid, en mayo, coincidiendo con la Feria del Libro. Va a ser una exhibición individual de caricaturas de personajes de la cultura organizada por el sector de Bibliotecas y Museos del Ayuntamiento. Se inauguraría a principios de mayo y ahí va estar un mes y el resto de 2025 y parte de 2026, itinerará por Madrid.

—Volviendo al programa y sin ánimo de espoilear. ¿Qué conclusión sacó después de grabar Mirada Clara?

—Por ejemplo que tenemos gente muy valiosa en Uruguay y a veces la coyuntura, las redes, nos impiden verla y aprovecharla. Otra conclusión es que estos temas, si no estamos alertas, nos pasan por arriba. A veces me da la sensación que estamos en una siesta y que el país en muchos temas la sigue corriendo de atrás. Quienes toman las decisiones tendrían que acercarse a científicos, intelectuales, pensadores, como estos con los que charlé en el programa y de los que hay tantos en el país.