Tiene 17 años y, cada tanto, necesita pellizcarse para confirmar que lo que vive es real y que no se despertará sobresaltado. José Fabini está donde siempre soñó, aunque ni en sus pensamientos más remotos imaginó que todo sucedería tan rápido. Un reel para ingresar a la escuela de Cris Morena marcó un giro inesperado en su vida. Al principio, se negó a hacerlo, convencido de que nadie repararía en él. Sin embargo, aceptó y, desde entonces, todo fue magia y disfrute.
Tuvo un rol protagónico en Margarita, la serie de Cris Morena que emite Max (y Canal 12) con éxito mundial, ganó un premio Florencio por su actuación en Lucy en el cielo con diamantes, y es uno de los siete participantes de Tu cara me suena (Teledoce), donde brilla cada lunes con sus notables imitaciones. Deslumbró al ponerse en la piel de Paul McCartney y Jim Morrison —dos músicos que admira y de los que conoce su vida y obra—, ganando ambas galas con actuaciones memorables.
Este lunes fue el cantante de cumbia Ke Personajes, y para interpretarlo miró recitales y entrevistas, y estudió gestos, miradas, expresiones, movimientos, voces y muletillas. Lo mismo hizo con Gardel, Charly García y Elton John, y repetirá el proceso con los que vengan. Porque, como le dijo Fabini a El País, "los detalles físicos y el habla son los que hacen rico a un personaje".
Por estos días, viajará a Buenos Aires para participar en talleres de preparación para la segunda temporada de Margarita, que, al igual que la primera, se rodará íntegramente en Uruguay y volverá a tenerlo en el elenco. “Sasha vuelve más recargado que nunca”, anticipa Fabini, quien lleva el arte en la sangre: es nieto de Horacio Scheck, cofundador de Teledoce, y tataranieto del compositor Eduardo Fabini.
Entre el Florencio y el éxito en la pantalla chica

La música y las imitaciones forman parte de su vida desde que tiene memoria. De niño, era fanático de los Beatles y jugaba a ser Paul McCartney. A los 11 años vio La Máscara, y las expresiones de Jim Carrey le volaron la cabeza. Más tarde descubrió a Jack Nicholson, Al Pacino y Marlon Brando, y se enamoró del cine.
"Empecé a imitar a Jim Carrey y Jack Nicholson: veía sus escenas y me las memorizaba en inglés. Un día, le dije a mi mamá que quería estudiar actuación, y ella me inscribió en la escuela de Vicky Rodríguez y Gustavo Antúnez. Entré y me enamoré de ese mundo", cuenta.
Su camino al éxito empezó con un reel que envió después de que la novia de su hermano le comentara a su madre que Cris Morena estaba buscando talentos en Uruguay. "Era para mayores de edad y yo tenía 15, pero mi madre me animó. Primero me negué porque pensé que ni lo iban a ver, pero al final lo armé, lo mandé y Cris me quiso conocer", recuerda.
Conquistó a la productora argentina con una imitación de Frank Sinatra y un monólogo en el que relató una escena real: un accidente en la ruta con su padre, cuando un grupo de gansos se cruzó y uno de ellos destrozó el limpiaparabrisas. Era tan bizarro que costaba creerlo, pero funcionó. Quedó seleccionado para Otro Mundo, la escuela de Cris Morena, y pronto lo convocaron para el casting de Margarita.
El llamado lo sorprendió, pero el personaje de Sasha se parece mucho a él y eso impactó a Cris Morena: "Apenas me vieron me imaginaron siendo él. Es más, cuando Cris me vio en la primera audición dijo, 'conocí a Sasha en Montevideo'", dice.

—¿Cómo es Cris Morena en el mano a mano?
—Es muy estricta, pero también muy profesional. En las instancias que tuve a solas con ella siempre fue simpática, pero en los rodajes estaba atenta a todos los detalles y en plan de corregir. Yo haría lo mismo. Aprendí mucho. Estar en un set así es otro mundo.
—¿Hiciste buenas migas con el elenco?
—Son todos divinos. Hemos hecho asados y paso bomba. Me trataron bien desde el día uno. Soy el más chico y me cuidan.
—¿Cómo combinaste las extensas jornadas de grabación con el liceo?
—Fue complicado. Estaba en cuarto y tuve que hacer muchos malabares. Recibí mucho apoyo del colegio (Latino) con las faltas. Iba una o dos veces por semana y hacía los deberes. La remé, fue difícil, pero logré pasar.
—¿Te llegó alguna propuesta que no pudiste aceptar a raíz del éxito de Margarita?
—La mejor que me pudo haber pasado fue que me llamaran para Tu cara me suena, porque me permite mostrar mi veta artística más completa. Es un reto actuar, bailar y cantar. Me han llamado para otros castings, pero no puedo aceptar cualquier cosa porque sigo siendo Sasha y tengo que cuidar la imagen.
—Ganaste las galas de Tu cara me suena con Paul McCartney y Jim Morrison, ¿qué tuvieron de especial?
—McCartney me encanta desde chico, y con Jim Morrison pude mostrar su personalidad rebelde y única. Fue un reto interpretarlo porque hay poco material de los Doors, así que tuve que investigar mucho y exprimir lo que encontré.
—¿Imitar es lo que mejor te sale?
—Siempre me gustó. A Gardel, por ejemplo, lo tuve que estudiar a fondo porque no lo tenía incorporado. Fui a Fun Fun con mi padre a ver shows de tango, miré sus películas, escuché su música. Quería llegarle a los jóvenes que estuvieran mirando. Después de eso, empecé a sumar datos biográficos a las interpretaciones.

—Definiste la experiencia en Lucy en el Cielo con Diamantes como mágica, ¿qué tuvo de especial?
—Fue el trabajo más completo que hice. Trabajé meses la corporeidad del fantasma Julian. Mezclé a Beetlejuice con el arte de los arlequines. Fue mágico porque no había tenido el mejor arranque de año: no estaba copado con el liceo, no sabía qué orientación hacer, y esto fue una luz.
—Esa obra te valió un Florencio a Mejor Actor de Reparto. ¿Qué significó?
—Me esforcé muchísimo y la nominación ya fue un viaje. Ganarlo fue un mimo. El mejor cierre de año que podía tener.
—¿Imaginaste que llegarías adonde estás hoy, trabajando en proyectos tan grandes y con figuras como Cris Morena?
—No. Siempre pensé que, con esfuerzo y estudio, podrían abrirse puertas y que pasaran cosas lindas, pero no es común que a alguien tan joven se le den oportunidades así. Juega mucho la suerte. Si no me hubiese arriesgado yendo al casting de Margarita, tal vez hoy seguiría estudiando actuación, pero tendría otra vida.
—¿Dónde te ves dentro de cinco o 10 años?
—Es difícil de predecir, pero mi plan es estudiar en Estados Unidos, en escuelas donde lo hizo Marlon Brando. Quiero mejorar siempre mi ser artístico y que aparezcan personajes que sean un reto (como Jack Torrence en El Resplandor o Travis Bickle de Taxi Driver) y yo los haga más desafiantes.
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