ESTRENO
El miércoles llega la versión local del programa de preguntas y respuestas que tendrá la conducción de Gustaf; El País estuvo en la presentación
Se lo ganó: después de una década de ver y rever la versión española, esta semana se estrena un Ahora caigo nacional. Va por Canal 4 desde el miércoles después del informativo y promete -menos la presencia de Arturo Valls, su simpático conductor- el mismo desafío del saber y las estrepitosas caídas al vacío.
A Valls -quien también está al frente de la versión española de ¿Quién es la máscara? de la que participó en la versión de Canal 12- lo sustituye Gustaf, cuyo estilo es igual de desfachatado que el español.
Es ocioso explicar la mecánica de un programa que se vio tanto tiempo en horario central y que incluye preguntas y respuestas, un concursante contra 10 rivales (en Uruguay serán ocho) y unas trampas que se abren y mandan a los que pierden a un agujero que uno se imagina sin fondo. Da un poco de vértigo, eso sí.
Por las dudas, tiene fondo, pero ese es uno de los misterios del programa, y ni productores ni el conductor quisieron hablar del asunto. Se los impide un contrato, dijeron.
Caen, perdón por la indiscreción, en una suerte de pelotero en el que se han tirado, dicen desde la producción personas de dos metros de altura o de más de 100 kilos y quienes han vivido la experiencia afirman que es una sensación liberadora. Habrá que participar, y caerse para confirmarlo.
Debido a que cada participante que pierde cae de una altura de tres metros, se armó un protocolo de seguridad. Antes de empezar se los invita a caerse y recién después pasan a maquillaje y suben al escenario. Esas medidas se toman no solo por prevención de posibles accidentes, también para que el participante no esté con miedo a la caída y sí concentrado en el juego.
Además, los participantes tienen que llenar una declaración jurada de salud, ya que no pueden tener enfermedades, lesiones previas, ni ser demasiado mayor ya que, si bien están todas las medidas de seguridad, no deja de haber una caída importante.
El programa -que es un formato inventado en Israel y tendrá dos emisiones semanales, lunes y miércoles- se viene grabando desde hace meses y El País fue invitado a conocer sus instalaciones y su logística.
Canal 4 se entusiasmó con el proyecto en setiembre de 2021 cuando buscaban un “big show” para la siguiente temporada. Como La Tele y Canal 10 iban a estrenar formatos centrados en lo musical (¿Quién es la máscara? y La Voz Uruguay), Ahora caigo era un formato que no se había hecho en la región y además tenía un público cautivo que lo tenía más que visto por Canal 10.
El escenario, que sería el más grande construido en el país y estuvo en obra desde febrero, está a tres metros del piso, tiene 12 metros de altura. Para acceder a él hay que subir 11 escalones empinados e incluye un montón de pantallas led y el círculo de trampas donde se colocarán los participantes.
En el estudio hay seis cámaras más una grúa y una cámara robótica, la que gira por el escenario y tiene un monitor donde se encuentran las preguntas. La operativa para su funcionamiento requirió una capacitación especial para los técnicos.
Y empieza la grabación. La música es tramposa porque es igual a la otra y uno está esperando que aparezca Valls, pero en su lugar aparece Gustaf, que demostró simpatía y capacidad para estos desafíos al frente de Los ocho escalones. Como en ese antecedente, el autodefinido “conduactor” (sic) hace chistes, se tira al piso, baila y bromea con los participantes y el público en la platea que le acepta el juego y parece divertirse.
Acompañando a Gustaf se encuentra Agustina Morales quien además de acompañar al concursante principal a la imponente escenografía es la host en redes sociales y charlará con los participantes que caen por las trampas.
El perfil de los concursantes tiene que haber surgido de un casting estricto: todos son histriónicos, graciosos y extrovertidos. Los nervios les juegan malas pasadas como a todo el mundo pero aportan ritmo y buena onda, otras dos características del formato.
Y sobreviven a los nervios de saber qué hay bajo las trampas sobre las que están parados.
Todos, más allá de divertirse juegan por dinero, que de eso se trata.
Como ya se ha visto en este formato, cuando un oponente es eliminado se da vuelta la moneda en el lugar que estaba parado, revelando el monto ganado. En la versión uruguaya el premio puede ir desde un peso a 30.000. En total, según la producción, los participantes se pueden llevar más de 200.000 pesos, aunque en los episodios que se han grabado, adelantan, nadie lo ha conseguido.
Además, el ganador puede jugar por 50.000 pesos adicionales si luego de vencer a todos sus rivales acepta el duelo final: un mano a mano contra Gustaf.
Es otra de las pocas modificaciones locales a Ahora caigo, un formato que conocimos en español y ahora, era hora, lo tendremos en uruguayo.