Álvaro "Chino" Recoba en "El legado": "Si uno se cree superior, es porque no aprendió nada"

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Álvaro "Chino" Recoba en "El legado". Foto: Difusión.

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El exfutbolista uruguayo fue la entrevistado de este viernes en el programa que se emite por la web de El País y por Canal 10

La bienvenida a Álvaro “Chino” Recoba en El legado, el programa que se transmite por la web de El País y en sus perfiles de Facebook y YouTube, le escapó a lo esperable. En vez de que recibir al exjugador con una recopilación de sus goles históricos en el fútbol uruguayo e italiano, el conductor Ignacio González lo invitó a repasar otra de sus facetas: su amor por el carnaval. 

Con un fragmento de la retirada de Asaltantes con Patente de 1932 (“Como el día más glorioso, hoy queremos festejar”), interpretada al piano, Recoba ingresó al Teatro Solís para repasar su vida.

Habló del “milagro” de “sacar a una murga” y de ganar tres años con Asaltantes con Patente, el protagonista de El legado repasó el desafío económico de aquella proeza carnavalera. “Yo todavía seguía jugando, pero se fue dando”, comentó mientras en la pantalla se exhibía una fotografía de su trabajo como director del conjunto en 2013. Recoba sonrió mientras recordó la vez que se quedó despierto hasta las cinco de la mañana luego de haber jugado un partido en Argentina para esperar los resultados de los fallos. “No sé si lo volvería a hacer, pero fue maravilloso”, aseguró.

Tras esa anécdota, González lo invitó a repasar su vida de la mano de la ya clásica premisa que define al formato que, además de la web de El País, se transmite cada viernes por Canal 10. “Shakespeare decía que la vida es como un gran teatro y que con el paso de los años, todos interpretamos roles”, le comentó el conductor desde el palco presidencial del Teatro Solís. “Y tu historia tiene que ver con el fútbol, con el carnaval y con ser papá”, agregó antes de mostrarle varias fotografías sobre el camino que construyó a lo largo de sus 45 años.

“Me vienen las emociones de lo vivido, los recuerdos de esa gente con las que tuve el placer de vivir cosas tan lindas”, comentó mientras se reencontraba con imágenes de su carrera futbolística y de algunas vacaciones junto a sus hijos y su esposa. “Me dan ganas de seguir transitándolas y, aunque a veces uno se puede arrepentir de ciertas cosas, la vida viene como viene con algo fundamental: el optimismo, por eso siempre busco el medio vaso lleno”, aseguró.

Tras esa introducción, González dio paso a “el espejo”, el primer acto de El legado. Pero antes de enfrentarse a su imagen, Recoba se encontró con un detalle que lo llevó a su infancia: un postre Ricardito. “Me lleva a las dificultades que representaba conseguir uno, y cuando lo lograba era una fiesta”, dijo. “Uno se acostumbra a tantas cosas que a veces no las valora como lo merecen”.

Luego, el conductor le preguntó cómo definiría la felicidad. “Es reírme cuando era chico, y estar con mi viejo y con mi hermano”, comentó. “Es más, te voy a contar una cosa que ahora me hace reír: cuando era chico llegué a ir al baño con un paraguas porque caían goteras cuando llovía”, dijo en referencia a sus infancia en un “hogar humilde”, donde “siempre sobró la alegría y el compañerismo”.

Más adelante, enfrentándose a su imagen en el espejo, le habló al niño que supo ser. “Le diría que no pierda la esencia, que no se confunda y que no se maree con lo que se venga. Si uno se cree más de lo que es o se siente superior a alguien por patear una pelota, entonces significa que no aprendió nada”. Consultado sobre la exposición que le brindó la fama, Recoba aseguró: “Jamás me mareé con las luces; si me hubiese pasado, hoy no estaría en este lugar”.

“No me arrepiento de lo que nada de lo hice”, comentó luego. “Si hablo de fútbol, a veces uno piensa qué hubiera pasado si hubiera corrido más u otra cosa, pero estoy convencido de que hice todo lo que tenía que hacer y que era lo mejor para mí”.

El siguiente acto de El legado se basó en la representación de uno de los momentos claves de su carrera: la decisión que marcó su ingreso a Nacional. Desde el escenario de la Sala Principal del Teatro Solís, dos actores recrearon la escena que casi marcó el final de la carrera de Recoba en el fútbol. Se trató de su ingreso a la fábrica de ladrillos donde trabajó apenas unas horas antes de renunciar.

“En ese momento estaba medio peleado con el fútbol, pero el destino me llevó a ir a la casa del papá de Thiago Vecino”, relató. “Él me insistó tanto para que volviera a entrenar que me convenció. Después me llamaron de Nacional. Firmé un viernes y el sábado ya estaba jugando. Un año y medio más tarde, ya estaba en Europa jugando. Fue todo muy rápido”.

Para completar el concepto de Shakespeare sobre los roles que González mencionó al inicio de la más reciente entrega de El legado, el exjugador se enfrentó a tres maniquíes que representaban tres facetas de su vida: la de padre, la de jugador y la de uruguayo. En las primeras dos se definió como “amigo”, mientras que en la tercera celebró sus raíces. “Soy feliz estando acá, donde nací”.

Finalmente, Recoba dijo que le gustaría ser recordado “como un amigo y una buena persona; los trofeos no importan”.

el legado

El recuerdo de su debut en el Inter de Milán

Durante el mano a mano en el Teatro Solís, Ignacio González le preguntó a Álvaro “Chino” Recoba cómo recordaba su primer partido en el Inter de Milán, que marcó su debut en la liga italiana. Era agosto de 1997 y el club jugó contra Brescia. “Ese día también debutaba Ronaldo y había unas 75 mil personas esperando para verlo”, comentó. “Me pusieron cuando faltaban 20 minutos, y en la primera jugada metí la clavé al ángulo a 30 metros del arco. Después hubo un tiro libre y la clavé al otro ángulo. Terminamos ganando 2 a 1 con dos goles míos. Ese día era para mí”, recordó con una carcajada. “Después, el propio Ronaldo me pedía que le dejara tirar un tiro libre en su debut. Fue increíble”.

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