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El programa que conduce Ignacio González y se emite por la web de El País y Canal 10, recibió este viernes a la intendenta de Montevideo. Miralo
Con una versión al piano de “Cantares”, la canción con la que Joan Manuel Serrat actualizó el famoso poema de Antonio Machado, se abrió este viernes la nueva entrega de El Legado. El programa que se emite por la web y las redes sociales de El País, además de por Canal 10, y que conduce Ignacio González, recibió en la segunda entrega de su segunda temporada a la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, quien dijo no ser una persona nostálgica porque “es un peligro la nostalgia”.
El primer acto del programa, “El espejo”, sirvió para repasar la formación de la ingeniera, sus primeros pasos como madre y sus inicios en el mundo laboral. Tras escuchar un fragmento de la versión de “Palabras para Julia” de Paco Ibáñez, el conductor recogió uno de los versos y le preguntó: “¿Nunca estuviste tentada a abandonar el camino?”. “Yo siento el compromiso, lo siento. Forma parte de mi vida. Sería como sacarme la esencia de mi vida. Entonces hay que bancar, hay que seguir”, respondió ella. Aseguró que lo que la empuja es “el amor” y que le teme “al miedo” porque “te inmoviliza (...) Hay que superarlo hablando, compartiéndolo, pero siempre ganarle desde la humanidad”.
En El Legado Cosse revivió escenas de su infancia y por primera vez estuvo, como intendenta, en el palco del Teatro Solís que está reservado para el máximo jerarca montevideano. Allí sentada, dijo que sus principales referentes son sus padres, sus abuelos y algunas maestras, como la que tuvo en segundo año de escuela y que fue la que la hizo apasionarse por la geometría. “Ahí empezó todo”, comentó en referencia al disparador que la llevaría a estudiar ingeniería.
La expresidenta de Antel aseguró que la ingeniería y la política se parecen en que en ambas “hay que crear, y actúa sobre la realidad. Como ingeniera me formé para cambiar la realidad, solucionar cosas, y la política para mí es una enorme herramienta para cambiar la realidad”.
En el siguiente acto del programa, Cosse vio cómo dos actrices recreaban una escena de su adolescencia, el momento en que su madre la impulsó a estudiar una carrera universitaria. Se emocionó al recordar que fue feliz yendo a la facultad, porque allí comenzó su camino de militante y descubrió la chispa de su vocación política. Todo el encuentro estuvo muy centrado en recorrer su formación profesional y su desarrollo político.
En la charla, la jerarca aseguró que “siempre” le importó el mundo, “de niña también”, y explicó que en esa inquietud también repercutió el hecho de ser parte de una familia, de un hogar marcado por la última dictadura militar. Más adelante manifestó: “Uno no se dedica a la política por las circunstancias, porque en ese caso sería un aventurero”.
Sobre las claves del liderazgo político, la frenteamplista dijo que “escuchar y preguntar mucho” son piezas fundamentales de una conducción. Ante el comentario de González de que tiene fama de “muy ejecutiva” pero también de “brava y exigente”, respondió: “Sí, soy ejecutiva, pero tenemos que ser un equipo de verdad. Si acordamos que vos ibas a prender aquella luz para que yo pudiera arreglar este banco, y eso lo íbamos a hacer en determinado horario, si por algún motivo vos considerás que es mejor prenderlo 10 minutos después y no me avisás, no está bueno. Lo que se acuerda, se acuerda”.
A lo largo de la conversación, Cosse hizo énfasis en que no cree en el destino pero sí en el trabajo colectivo, y utilizó la expresión “felicidad colectiva” como una meta en su camino político.
En referencia a su relacionamiento con las críticas, declaró: “Las palabras son muy importantes, pero yo siempre hago, y hago con la gente. Estoy en contacto, soy una persona normal, voy al supermercado, voy a buscar a mi mamá el sábado o domingo para llevarla a almorzar a mi casa. Entonces lo que tengo es la tranquilidad de la realidad. Podemos discutir sobre ideas, sobre caminos, pero yo estoy tranquila de que estamos haciendo las cosas honestamente”.
En ese sentido, cuando se enfrentó a una serie de maniquíes que simbolizan distintos roles o papeles de la vida, fue cuestionada acerca de sus demonios internos y dijo: “Lucho para que no me afecte la mala vibra. Porque a veces te duele y tenés el riesgo de centrarte en eso”, y resaltó la importancia de “nunca tomar una definición en caliente”.
Para finalizar una entrevista marcada por el tono amable y evocativo de El Legado, que el próximo viernes recibirá a Alberto Kesman, Cosse debió contestar a un ping pong en el que tuvo que calificar con una palabra a líderes políticos de Uruguay y el mundo. Así, eligió el adjetivo “grande” para Tabaré Vázquez y José Mujica, calificó a Julio María Sanguinetti de “gran político”, a Luis Lacalle Herrera de “motosierra” y de Luis Lacalle Pou se limitó a decir: “el presidente”. También tuvo palabras para Donald Trump (“no”), Vladimir Putin (“poder”), Nicolás Maduro (“inexplicable”), Alberto Fernández (“le tengo respeto”), Joe Biden (“esperanza”) y Nelson Mandela, “lo mejor del ser humano”.
El éxito y el fracaso en sus últimos años en la política
En El Legado, Ignacio González le propuso a Cosse repasar un momento exitoso, el día en que fue electa intendenta de Montevideo. Recordó que estaba con sus hijos, que la abrazaron cuando se dieron a conocer los resultados, y relató: “Cuando nos asomamos al balcón, a la gente que estaba ahí sentí que tenía que darles mi corazón de alguna manera. Y les dije: ‘Gracias, porque yo no soy yo. Yo soy con ustedes’. y lo siento así. La gente me enseña todo el tiempo”.
Como instancia de fracaso, tuvo que revivir el momento en que Daniel Martínez eligió a Graciela Villar como su compañera de fórmula presidencial para las nacionales de 2019.
“En esa campaña presidencial aprendí muchísimo con la gente, a escuchar mejor, aprendí mucho. Por supuesto que me afectó, pero lo que traté de hacer fue conectarme con lo genuino, que era levantar la mirada y convocar a los frenteamplistas a que no se embroncaran. Y lo superé”.