Redacción El País
A pura lágrima y con los latidos del corazón acelerados al máximo, así se vivió este martes el debut de "Congelados" en Gran Hermano Argentina. La dinámica ha sido probada en diferentes versiones del reality, pero nunca se había aplicado en el Río de la Plata.

La experiencia le llegó a los participantes de sorpresa; es decir, aunque sabían que iba a ocurrir, no tenían idea de cuándo sería. Fue ayer, el día después de una gala de eliminación sentida que dejó fuera de competencia a Joel Ojeda, un azafato que se perfilaba para finalista.

El primero en ingresar fue Nicolás, el marido de Emmanuel Vitch. Para dispersar a los jugadores por la casa, antes sonó el famoso teléfono rojo, y Juliana "Furia" Scaglione, que estaba por bañarse, salió desnuda a atenderlo. Tuvo que quedarse así durante todos los minutos que duró el primer ingreso de un familiar.

En Congelados, un afecto de uno de los "hermanitos" ingresa a la casa y todos los residentes tienen que quedarse inmóviles: no pueden hablarles ni corresponderles ningún gesto. Mientras, los visitantes pueden tocarlos y dialogar, aunque solo con referencias al presente.

Emmanuel se mantuvo estoico mientras su pareja lo besaba y lo alentaba a seguir en el juego. Una vez que se fue y la voz que hace de Gran Hermano dijo "descongelados", se tiró al piso y, entre lágrimas, todos sus compañeros fueron a abrazarlo.

Minutos después, la situación se repitió cuando entró Milagros, la novia de Lisandro "Licha" Navarro, que rompió el llanto desde el primer momento. En las redes sociales acusaron varios movimientos de su parte, pero en el programa no se hizo referencia a eso; se sabe que si los jugadores se mueven durante el desafío, serán castigados, aunque no se precisó cómo.

Finalmente, la entrada de la madre de Nicolás Grosman completó una de las jornadas más conmovedoras en lo que va del reality, que este miércoles tiene gala de nominación.