ENTREVISTA
Tras 12 años al aire, "Agitando", el clásico de los sábados en Canal 4, llegará a su final. Su conductor, Eduardo “Colo” Gianarelli, habló con El País e hizo un balance del ciclo
Durante los últimos 12 años, Agitando fue un clásico de los sábados. Con la conducción de Eduardo “Colo” Gianarelli, el programa de Canal 4 continuó con el legado que Omar Guitérrez construyó en Agitando una más..., que le aseguró a la música tropical un espacio de visibilidad en la televisión local. Junto a Analaura Barreto y Pablo Magno, Gianarelli presentó a grupos y solistas de la movida tropical y a unos cuantos conjuntos de la escena del carnaval, mientras le daba espacio a entrevistas y juegos con la audiencia.
Tras más de una década al aire, ayer se conoció que el popular ciclo llegará a su final. Y lo hará el sábado 31 con una fiesta llena de invitados y música. Sobre el cierre de esta larga etapa al frente de las cámaras, Gianarelli habló con El País.
—Ayer se anunció el final de Agitando tras 12 años al aire. ¿A qué se debe este cierre?
—La productora (UnPub) venía hablando hace unas cuantas semanas con la gente del canal porque ellos querían cambiar su perfil y consideraban que el estilo de Agitando no entraba en esa nueva imagen. Se decidió que se terminara el ciclo, pero se terminó en buenos términos.
—El año pasado mencionaste que Agitando estuvo en los momentos más importantes de tu vida. ¿Qué representó el programa durante todo este tiempo?
—Por más de que fui muy feliz con Agitando, todo cierre de ciclo hace que uno se sienta triste. Lo que me deja tranquilo es que crecí y maduré gracias a Agitando, que pude estudiar y recibirme de profe de Matemáticas; conocía a gente divina y a mi actual esposa, me casé y tuve hijos. Ahora voy a tener otro hijo el 27 de julio. El programa me atravesó la vida porque cuando arranqué a los 22 años, había dejado la Facultad de Ingeniería sin saber qué hacer de mi vida y Agitando me encaminó. Gracias al programa me pude comprar mi casita en una cooperativa y mi primer auto. Aunque el final es un duelo porque hay muchos trabajos que se pierden y la música tropical se queda sin un lugar en la televisión, son tantas las cosas positivas que me dejó el programa que no permito empañarlas por este cierre.
—El apoyo a la música tropical fue esencial en estos años. Participaron artistas consagrados y otros que estaban empezando. ¿Cómo valorás la visibilidad que le han dado al género?
—Valoro mucho la música tropical, aunque también hemos abierto el espectro para otros géneros. Sí hemos cargado con una estigmatización porque había artistas de varios estilos que no se sentían como pez en el agua en el programa. Por ejemplo, con el rock teníamos que convencer a los artistas. Siempre consideré que esto es un ida y vuelta, porque nosotros hacíamos un programa con su música y ellos se beneficiaban con la masividad. Muchas bandas pudieron salir a tocar al interior gracias a que el programa se veía muchísimo. Vimos triunfar a muchos artistas y me siempre me acuerdo cuando Lucas Sugo se fue de Sonido Profesional y vino por primera vez al programa cuando no era conocido. Ahora nadie puede dudar de que es la figura de la música tropical. El 31 vamos a hacer una fiesta para despedirnos y él dice que se aunque esté afuera, se va a venir igual porque siente que no puede faltar.
—¿Cómo va a ser la última emisión?
—Queremos que sea una fiesta, sin olvidar que todavía estamos en pandemia. Van a pasar varios amigos a despedirse y a recordar todo lo lindo. Ojalá que, de todo corazón, en otros programas la cultura tenga su lugar. Y no me quiero olvidar del Carnaval de las Promesas, que tiene un contenido social para los chiquilines muy importante. Ellos preparaban un espectáculo para presentarlo solamente tres veces en el Teatro de Verano y en Agitando siempre tenían la oportunidad de venir. Capaz que a un televidente al que no le importaba podía pensar que no cantaban tan bien, pero nosotros queríamos mostrar que los adolescentes sentían que este era un lugar suyo. Agitando tuvo un compromiso social muy importante porque no hay que olvidar que la música tropical nació de la gente trabajadora.
—Agitando tuvo una dinámica bastante exigente. Llegó a tener cinco horas de programa y conducías mientras las bandas probaban sonido o armaban su set. ¿Cómo es esa exigencia continua?
—Fue una escuela. No estaba en mi horizonte ser conductor, trabajar en los medios y menos estar 12 años. Soy una persona muy organizada y matemática, y siempre decía: “Bueno, este año termina”, y así estuve estos 12 años. La dinámica era muy desgastante porque estoy al aire con una energía muy alta, hablo fuerte y me muevo todo el tiempo, entonces cuando terminaba el programa era como que se me bajaba la llave general. Llegaba a casa y me tiraba en el sillón porque era demasiado, pero fue un gran aprendizaje. Es una tristeza este final, pero me llevó muchas cosas positivas. Ojalá que en la televisión uruguaya siga habiendo espacios para la cultura local y la música tropical, que es tan representativa de nuestra cultura.
Una relación cercana con el público
“Siempre me costó entender la llegada que tiene Agitando”, admite Gianarelli. Durante estos años, unas cuantas familias de todo el país siguieron el programa cada sábado y generaron una relación de cercanía con el formato de Canal 4. “Una vez estaba en el supermercado y vino una persona que me dijo que había estado muy enferma y que en esas horas de sábado, porque el programa llegó a durar cinco horas, la acompañamos para que el día se le hiciera más corto. Eso está buenísimo y es una de las cosas positivas que me deja este final”.
Algo similar le pasó con los especiales de fin de año que se trasmitían en vivo por Canal 4. “Una vez, una señora me dijo que vio el programa mientras pasaba el 31 de diciembre sola en el hospital mientras cuidaba a su padre. Me comentó que fuimos su compañía entre las 21.00 y las 2.00”, relata.
Para agradecerle al público, Agitando se despide el sábado 31 con una fiesta que promete mucha emoción.