*Por Manuella Sampaio
El principio del fin llegó para Succession, la exitosa producción original de HBO. La cuarta, que será también su última temporada, se estrena hoy a las 23.00 y genera expectativas en HBO, que está en el servicio básico de la televisión por abonados. También se puede ver en HBO Max.
No es para menos: además de sus 48 nominaciones a los premios Emmy, de las cuales se llevó 13, y premios del Sindicato de actores y Globos de Oro por sus primeras tres temporadas, creó personajes que se hacen extrañar. Es, quizás, uno de los mayores méritos de su guion y, por supuesto, de las actuaciones.
Lanzada en 2018, Succession cuenta la historia de los Roy, una familia rica y poderosa, dueña de un conglomerado de comunicación en Estados Unidos. Todo comienza cuando Logan (Brian Cox), quien construyó el imperio Waystar Royco, decide que llegó el momento de retirarse de la posición de CEO de la empresa. A punto de cumplir 80 y con visibles problemas de salud, el patriarca de los Roy empieza, con esa decisión (de la que luego se arrepiente y quiere revertir), una disputa entre sus hijos.
Allí están Kendall (Jeremy Strong), el del medio, el que siguió los pasos de su padre, buscó su aprobación y tiene problemas de adicción; Shiv (Sarah Snook), una estratega política dispuesta a todo para ascender, y Roman (Kieran Culkin), el heredero mimado y el que posiblemente los seguidores de la serie odian simpatizar. Los tres empiezan un ciclo de riñas y acusaciones para definir quién se quedará con el poder de comandar la corporación multimillonaria. Hay un cuarto hermano, Connor (Alan Ruck), el mayor, que Logan ni siquiera tiene en cuenta, pero que buscará, con todos sus privilégios de hombre blanco heredero, llegar a la presidencia de Estados Unidos.
Creada por Jesse Armstrong y con Adam McKay entre los productores ejecutivos —ganador del Oscar por La Gran Apuesta—, no había llamado la atención hasta su segunda temporada, cuando ganó el Emmy a mejor serie dramática, y mejor actor para Strong.
Historia que podría caer en el chiclé de la familia rica y problemática, pero no lo hace, Succession es una serie con un guion inteligente y fácilmente se puede volver adictiva. Está repleta de diálogos y detalles que pueden analizarse incluso desde el psicoanálisis (de hecho, algunos lo han hecho). Hay un padre que manipula a sus hijos con pequeñas demostraciones de afecto (y muchas de poder), ejerce una relación de control casi absoluto utilizando el punto más débil de cada uno. De otro lado, hay cuatro hijos que se esfuerzan por llamar su atención y bailar conforme la música, mientras batallan entre sí.
Disputas políticas, falsedades e intrigas entre hermanos pululan en el enredo. Y, sí, no es una serie para amar a los personajes — aunque se puede perfectamente empatizar con ellos — sino más bien una historia que fisga por sus relaciones complejas y sus diálogos ácidos con tintes de humor. Además, están los entramados esquemas de corrupción de una familia que se pasea en helicóptero como quien se toma un taxi y los juegos de poder que apuntan a cómo el dueño de una cadena de comunicación puede controlar hasta quién será el próximo presidente.
Por otro lado, hay algo que podría ser un detalle, pero no deja de engrandecer a la serie: su introducción. Eso que muchas veces omitimos automáticamente en los servicios de streaming, en Succession dan ganas de seguir de largo y mirarla por completo. Muy bien elaborada y elegante, es obra del compositor Nicholas Britell, que se llevó el Emmy de mejor tema de apertura.
Qué esperar
La tercera temporada terminó con la inminente venta de la empresa a Lukas Matsson, un jóven y excéntrico empresario tecnológico, por lo cual Kendall, Shiv y Roman se unen para detener la venta, sin contar con una traición inesperada. Esta unión por sí sola es algo nuevo en la serie, ya que hasta acá cada uno había trabajado por su cuenta para llegar al poder y, claro, uno contra el otro.
La gran interrogante dejada por el último episodio es si trabajando juntos podrán imponerse frente a Logan. En la sinopsis de esta temporada que empieza y marca el fin de la serie, el adelanto es todo lo que se podría esperar de Succession: más lucha por el poder.
“La venta del conglomerado de medios Waystar Royco está cada vez más cerca. La perspectiva de esta venta genera angustia existencial y división familiar mientras anticipan cómo serán sus vidas una vez que se cierre el trato. Se produce una lucha de poder mientras la familia evalúa un futuro en el que su peso cultural y político se reduce severamente”, cuenta el resumen. La última temporada tendrá episodios semanales hasta el 29 de mayo, cuando por fin diremos adiós a la familia Roy.