Redacción El País
Este lunes se esperaba que la gala de Gran Hermano Argentina girara exclusivamente en torno al debate con Martín Ku, el Chino, que iba para campeón y este domingo terminó eliminado. Sin embargo, la producción sorprendió con una jugada de último momento.

Es que durante la emisión, Santiago del Moro anunció que iba a sonar el teléfono rojo. Quien lo atendiera iba a quedar automáticamente en la placa de este domingo, que será de votación positiva; es decir, no iba a poder competir por el liderazgo que lo depositaría de forma instantánea en la final del reality show. Pero había una vuelta de tuerca: la persona podía inmolarse o bien condenar a un compañero.

Los participantes, claro, desconocían lo que iba a suceder. Así que cuando se escuchó el sonido del teléfono, el que estaba más cerca fue el uruguayo Bautista Mascia, que atendió con tranquilidad. Aunque apenas escuchó lo que ib a a ocurrir, su semblante cambió.

"Vas vos o mandás a alguien", le informó el conductor, ante el desconcierto de sus compañeros. "¿Lo tengo que hacer ahora?", preguntó el cantante, pero no le dieron margen.

Así, tras algunos seguros, lanzó: "Voy a ir yo a placa", y se convirtió en uno de los tres nominados que este domingo podrá dejar la casa. Los que siguen en competencia son Emmanuel Vich, Nicolás Grosman y Darío Martínez Corti; uno, este miércoles, ganará el liderazgo y será finalista.

Tras el anuncio, todos en Gran Hermano quedaron descolocados: Emma no pudo articular palabra, Nico le dijo que tenía "unos huevos enormes" por haber tomado semejante decisión y, en los estudios de Telefe, panelistas y excompetidores se mostraron en shock.

Queda ver cómo recibirá el público esta jugada de Bautista y si esto funcionará como un espaldarazo de cara a la final, que será el domingo 7 de julio.