Publicidad

Es de San Gregorio de Polanco, lo adoptaron a los 14 años y logró conquistar a todos en "La Voz" de Canal 10

El joven Darwin Piñeiro conmovió con su historia de vida y su talento este lunes en una nueva entrega de "La Voz Uruguay". "La música me desvió del mal camino", dijo el cantante que compartió su dura infancia.

Compartir esta noticia
Darwin La Voz
Darwin Piñeiro, participante de "La Voz Uruguay".
Foto: Captura de Canal 10

Redacción El País
Este lunes, una nueva entrega de La Voz Uruguay llevó baile, emociones y personalidades de todo tipo al concurso de talentos que acaba de inaugurar una temporada con Noelia Etcheverry en la conducción.

Con los coaches listos para seguir agrandando sus equipos, hubo una historia que resaltó y fue la que abrió la noche: la de Darwin Piñeiro, el joven de 21 años que llegó desde San Gregorio de Polanco, vestido con look campero y listo para cantar una charanga.

Al ritmo de "Llora mi garganta" de Lucas Sugo, Piñeiro hizo bailar y palmear a todo el estudio y logró que los cuatro profesionales dieran vuelta sus sillas. Al final eligió irse al equipo de Agustín Casanova, pero más allá de eso, el público pudo conocer su historia.

La historia de Darwin, el joven que brilló en "La Voz"

Según contó el joven en la entrevista que se emite previo a su audición a ciegas, tuvo una infancia dura en Tacuarembó junto a su familia biológica. Dijo que de pequeño pasó una vida inestable con su madre y que hubo momentos en los que tuvieron que recurrir a la volqueta para buscar comida en la basura.

Finalmente, cuando tenía 14 años, Darwin fue adoptado por la madre de un amigo suyo, que lo acompañó a la audición y lo alentó en la música. La mujer contó que fue su propio hijo biológico el que le dijo que el joven estaba buscando "una mamá".

Cuando Valeria Lynch le preguntó, ya en el escenario, cuán importante había sido la música para él, Darwin declaró: "La música me desvió del mal camino". Luego se explayó: "Desde los 14 años que tenía una vida perseguida que prácticamente no era mía, y la guitarra me centró a meterme tanto en ella y salir de San Gregorio y andar de casa en casa, de estancia en estancia, siempre afuera, con la guitarra, solo. Me ayudó mucha gente". No pudo seguir porque se le cortó la voz.

"Siempre hay una mano que te tienden, un corazón que se abre", celebró Valeria, que le dijo que "la música es sanadora". "Literal", cerró él.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

La Voz Uruguaycanal 10

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad