ENTREVISTA
En ocasión del 60 aniversario de Teledoce, el gerente de programación Eugenio Restano recibió a El País para hablar de pasado, presente y sobre todo el futuro del más joven de los canales abiertos.
—El 2 de mayo, Teledoce cumple 60 años, ¿cómo será la conmemoración?
—Durante la pandemia, la producción de determinados formatos se vio limitada, como el caso de ¿Quién está detrás de la máscara? que requiere público en estudio. Ahora retomamos con fuerza esas ideas con los mismos estándares de calidad y apostando, como es característico del canal, a producciones ambiciosas. Aunque estamos ajustando días y horarios, en la semana del aniversario tenemos previstos los estrenos de La máscara y El juego de la oca, que son las grandes apuestas de este primer semestre. Creemos mucho en estos dos productos.
—¿Y para el segundo semestre?
?
—Para la segunda mitad del año tenemos confirmada la segunda temporada de Fuego sagrado, cuyo lanzamiento comercial fue muy exitoso. Además, para el mes de mayo, tenemos previsto el estreno de un formato argentino, El último pasajero, donde competirán grupos estudiantiles por un viaje a Bariloche para toda la clase. Seguramente será una propuesta para los domingos, con la conducción de Coco Echagüe y Camila Rajchman.
—¿A qué debe apostar la TV abierta?
—A la producción nacional. Este año el canal está produciendo más el año pasado llegando a una cantidad de horas récord en su historia. Todos estamos produciendo más porque ese es el gran diferencial de la televisión abierta en este mundo de tantas plataformas y propuestas de contenido diferentes. La manera de sobresalir es con la actualidad y la inmediatez que solo la TV abierta puede ofrecer. También el entretenimiento como reflejo de nuestra sociedad y nuestra cultura. No es lo mismo ver La máscara en alguna de las 41 versiones que hacerlo con personalidades locales y cercanas.
—¿Cuál ha sido el diferencial de Teledoce a lo largo de su historia?
—El canal tiene un ADN muy marcado a lo largo de las décadas y tiene que ver con la calidad y el buen gusto de sus propuestas. Eso involucra todos los aspectos de la producción: la imagen, la puesta en escena y también el nivel de sus figuras. Esos han sido sus sellos y han logrado marcar a fuego la marca, algo que la gente aprecia y lo reconoce. Más allá del paso de los años y de las renovaciones generacionales, eso siempre se mantuvo y se respetó. Otro aspecto importante tiene que ver con la innovación y estar a la vanguardia.—La historia del canal estuvo marcada por la gestión del ingeniero Horacio Scheck hasta su fallecimiento en 2002. ¿Cuál cree que es su principal legado?
?
—Los pilares de los que hablaba sobre la calidad y el buen gusto son una marca del ingeniero Scheck. Era una persona que se involucraba hasta el último detalle en la producción del canal. Mi padre (Carlos Restano) lo acompañó muchos años y juntos dejaron un camino claro. Nosotros tratamos de mantener esa línea, aplicando los cambios que debemos aplicar para modernizar el canal y sus propuestas.
—La máscara es una producción ambiciosa, ¿cómo lo vivieron en la interna?
—Para nosotros y me animo a decir que para la televisión uruguaya en su conjunto, La máscara es la producción más ambiciosa que se haya hecho hasta el momento. Lo que se verá en la pantalla va a sorprender desde la puesta en escena, la escenografía, la iluminación… la inversión y la apuesta es muy grande. Es una producción que está a primer nivel en el mundo. Además, tenemos un enorme desafío de logística para mantener el estricto secreto sobre la identidad de los participantes.
—Estamos en la era de los formatos. Todos los canales trabajan con ellos. ¿Cómo funciona ese mercado?
—No es diferente a lo que ha sido siempre con las películas. Uno va a las ferias y compra los productos. A veces uno se interesa por un formato y de repente ya otro canal lo compró. Eso pasó toda la vida. Hay que conocer también el mercado para encontrar las oportunidades y buscar formatos que sean replicables a nuestra idiosincrasia. Salvo excepciones, se ha adaptado toda clase de formatos. Pienso que Uruguay hace muy buena televisión. Estoy hablando de nosotros, pero por mis colegas también.
—Hace prácticamente un año, Teledoce dejó de contratar los servicios de medición de Ibope. ¿Cuál es la situación actual?
—Estamos en fase exploratoria de alternativas. Nuestro objetivo es conocer más sobre la audiencia y los indicadores y tener clara la metodología de trabajo para obtener esos indicadores. Eso también significa tener una muestra mayor de casos y sobre todo, contar con una empresa más proactiva que trabaje más cerca de los programadores para que tomemos mejores decisiones. Vamos camino a lograrlo.
—Aún dentro de la competencia, durante muchos años el vínculo con los demás canales, y en especial con Canal 10, solía ser muy estrecho. Hoy da la sensación de una competencia más encarnizada. ¿Es así?
—Vivimos otros tiempos. Años atrás, la televisión ocupaba un lugar diferente en el sentido de que las opciones del televidente eran tres. Hoy somos muchos más a la hora de repartir la torta, lo que hace que, quizás, no busquemos la cantidad de alianzas que teníamos en el pasado. Igualmente, tenemos muy buena relación y una serie de códigos que nos respetamos.
—Uno de los códigos históricos refiere, por ejemplo a “no sacarse” figuras de un canal a otro, al menos sin diálogo previo. En algún caso, reciente incluso, no se respetó eso…
—Es cierto que a veces alguno se corre un poquito de la línea pero siempre intentamos que eso no incida en la muy buena relación que tenemos entre los tres. Hay que considerar que así como los tiempos son otros, también cambian los intereses y las personas también son otras.
—Entró en el canal en 1995 luego de haber producido Oxígeno, entre otros programas. Hoy lleva 20 años en la gerencia de programación, ¿cuál fue el momento más duro?
—Los comienzos fueron complicados. Estábamos en plena crisis de 2002. El canal no solo estaba en una situación difícil desde el punto financiero sino que no teníamos contenido. Comenzamos un proceso de refinanciación y desde el punto de vista de la audiencia logramos rápidamente reposicionar al canal. Estuvimos 12 años como líderes indiscutidos.
—¿Y hoy serían líderes discutidos?
?
—La verdad es que a mí me encantaría que Cacho siguiera conduciendo programas. Pero hay una razón de edad que no podemos obviar. El último programa que condujo fue Parque Jurásico en 2009, una gran producción que hicimos en aquel momento. Después pensamos en algún otro formato para él pero pasó el tiempo y luego ya no tenía las ganas. Pero repito que me encantaría verlo al aire hoy porque si hay alguien que representa a Canal 12, ese es Cacho. Te digo más: cuando pensamos en el conductor para “¿Quién está detrás de la máscara?”, tiramos varios nombres sobre la mesa, alguno del exterior inclusive, pero nos decidimos por Maxi porque necesitábamos a una figura identificada con esta pantalla para el formato que elegimos para el aniversario 60 del canal.