Franco Masciavive días muy intensos y movilizantes. Su hermano Bautista Mascia hizo historia al convertirse en el primer uruguayo en llegar a la final de Gran Hermano Argentina, y este domingo podría redoblar la apuesta y traerse la copa para este lado del charco.

"No importa si gana o no, pero le tengo fe ciega. La ley de atracción la tengo en la cabeza: 'que gane, que gane, que gane'", repite Franco en un audio que envía a TV Show, minutos antes de partir rumbo a Buenos Aires para alentar a Bauti en la gran final. Viaja junto a su madre, sus hermanos (Juan Cruz, Cata y Felipe), sus tíos, primos, y 11 amigos de Bauti.

"Están todos apoyando desde el día uno así que ninguno se lo pierde. Hay amigos que quedan en la tribuna de afuera porque somos tantos los que vamos que no entramos", asegura.

Cruzan el charco con una bandera verde enorme, de 3X3 metros, que su madre y Juan Cruz pintaron a mano en el patio de su casa con las letras del nombre de su hermano.

Son días de mucha emoción y alegría. El jueves mientras veía que su hermano lloraba y entraba en shockmientras Santiago del Moro le mostraba imágenes con las repercusiones de lo que generó el programa, los seguidores que conquistó y cómo su música arrasó, a Franco también se le caían las lágrimas. "Me emocioné mucho cuando pasaron las imágenes de la tribuna del domingo, no faltaba uno de la familia. Ver la cara de Bauti, que explotó de emoción y alegría, fue espectacular. Se me pusieron los ojos llorosos. Fue de las galas más emocionante", reconoce.

Las últimas dos semanas tuvo trabajo extra: se encargó de "manguear" a familiares, amigos y conocidos esos celulares viejos que tenían guardados en cajones, llenos de polvo, con el único fin de poder votar. "En los Android la aplicación Autoclicker te permite votar automático: le cargás tanta plata a la unificación con un chip prepago, y le das votar hasta que se quede sin saldo. Estamos consiguiendo un montón de celulares para no parar de votar en todo el fin de semana", asegura.

Está sorprendido y agradecido por la cantidad de gente que ha donado plata a la unificación con el objetivo de sacar a Bauti campeón: "No paran de entrar donaciones de gente en Argentina y Uruguay. Estamos organizando la cancha, mandando a cuentas, chips prepagos, estamos haciendo una movida atrás que lleva su tiempo para poder votar y gastar todo lo que la gente done", dice.

A su madre, cuenta, le llegan todo el tiempo mensajes de Instagram elogiando a su hijo: "Qué divino nene que criaste, te felicito", le dicen. "Es impresionante la gente que escribe, que dona, que habla bien de Bauti, y como familia nos llena de orgullo", expresa agradecido.

Los nervios por la final del domingo escapan del resultado, y están más vinculados a la adrenalina de volver a abrazarlo y compartir con él después de siete meses (aunque Franco lo vio un par de meses atrás, cuando entró a pasar dos semanas a la casa más famosa de la televisión).

"Son los nervios de reencontrarnos con él, de tomar unos mates, más que de ver si gana o pierde, porque para nosotros ya ganó. Si gana bienvenido sea, ya que si está en el baile, vamos a bailar", dice.

Por último, revela que con su familia ansían encontrar un lugar donde poder transmitir la final en vivo para que el fandom de Uruguay pueda ir apoyar a Bauti y reunirse.

"Queremos ver si existe la posibilidad de poder transmitir la final el domingo para que en Uruguay la gente que banca a Bauti se junte en algún lugar, sea un cine o un local, para mostrarle todo el aguante que tuvo y contagiar un poco este fervor por Gran Hermano. Ya que haya un uruguayo en la final es de locos. Pero todavía no hay nada cerrado", aclara.

Ignacio Sanchez/Archivo El Pais