A Federico Garat lo abrazan, lo felicitan al oído, le piden fotos. Su familia lo aplaude, sus excompañeros lo llaman para saludarlo y su coach le dice que está orgullosa. Todo en medio de un clima de euforia generalizada. El joven cantante de apenas 18 años sigue en shock, procesando que acaba de consagrarse como campeón de la segunda temporada de La Voz Uruguay. “Todavía no lo puedo creer. Lo pienso y no caigo, de a poco me va cayendo la ficha”, admite a El País con el trofeo en las manos.
Apenas unos minutos antes, estaba con el corazón en la garganta. Natalia Oreiro, la conductora del programa, sostenía el sobre con el nombre del ganador y él repetía en su cabeza “que diga Federico”. Finalmente lo dijo. La animadora abrió el sobre y reveló que el 43% de los votos del público lo había convertido en ganador. Enseguida se sumergió en un abrazo con Valeria Lynch, la coach que lo acompaño durante la competencia. Lo primero en lo que pensó fue en su madre, quien lo crió junto a sus abuelos. “Ella fue un pilar fundamental en este triunfo”, explica emocionado.
Una vez que se supo ganador dice que lo invadió “una alegría impresionante”. El cantante había llegado al certamen apenas con el sueño de conquistar con su voz a alguno de los coaches en la primera etapa del programa, pero superó sus expectativas al lograr llegar hasta la final y recibir el título de campeón. “Es increíble de verdad, una experiencia inolvidable”, resume.
Para el ganador, aquel cantante amateur que entró al estudio por primera vez era alguien “completamente distinto”: “Veo a un Fede que evolucionó para bien. Más allá de lo vocal, mejoré desde un lado mental. Tengo más fuerza para hacer cosas que capaz que no me gustan tanto, o si me encuentro con una canción difícil pienso cómo puedo hacer para que salga bien. Ese fue un gran proceso. Aprendí muchísimo y disfruté enormemente”.
Junto al disfrute, también recuerda que hubo momentos de frustración y “mucho estrés”: “Me pasó cuando hice The reason en los cuartos de final. Estaba mentalmente negado y pensaba que no me iba a salir. Fue así hasta que finalmente me salió y lo sentí como un antes y un después en mi participación en el programa”.
Para sobrellevar estas últimas situaciones, Federico destaca el rol que desempeñó su coach Valeria Lynch, a quien define como “otro pilar principal”: “Se puso a disposición para todo y tiene una calidad humana impresionante. A la mínima que algo no me salía y yo repetía ‘no me sale, no me sale’, ella enseguida me decía ‘tranquilo que te va a salir’. Es terrible compañera y cantar con ella fue un sueño”.
En la lista de agradecimientos, Federico no se olvida de mencionar a “los otros finalistas, Ale Spuntone (que ofició de asesor vocal), mi profesor de canto, mi foniatra, a la gente de Colonia, a la producción y a todos los que estuvieron en este camino hermoso”.
Pese a seguir mareado por el ruido de la victoria, Federico tiene claro que “esto no es un final sino el comienzo de mi carrera”. El cantante recuerda que desde que es niño su sueño es “dedicarme a la música, vivir de eso y llenar estadios”. El viaje para cumplirlo ya está en marcha: “Si no lo hubiera soñado hoy no estaría acá”.
La otra ganadora.
Valeria Lynch quedó fascinada con Federico la primera vez que lo escuchó. Fue en las audiciones a ciegas del programa, cuando interpretó You are the reason y ella apretó enseguida el botón para decirle que lo quería en su equipo. “Hay cantantes que no necesitás escuchar mucho para darte cuenta de las condiciones que tiene”, explica. Federico la eligió como coach e iniciaron un camino que los llevó hasta la final. El día de la despedida, se animaron a cantar juntos el tema Malísimo de Rada y se ganaron la ovación del público presente que no paró de comentar lo bien que había ensamblado el dúo.
Ella le tenía fe a Federico desde el inicio y no se equivocó. La victoria de su participante la terminó convirtiendo en ganadora también a ella, que ya había logrado que otra de un equipo propio triunfara en La Voz Kids. “Volver a ganar y esta vez con Fede es fantástico. Estoy muy agradecida con que me haya tocado este grande”, destaca.
Valeria define a su participante estrella como “un chico increíble”: “Además de ser un gran cantante tiene una humildad que es necesaria cuando uno está empezando a crecer y después también”. Abrazada a él e intercambiando miradas cómplices, recuerda que el trabajo juntos llevaron al joven músico a “un desarrollo muy notorio”.
Con La Voz, la artista argentina de destacada trayectoria cierra un nuevo ciclo en la televisión uruguaya. “Soy una agradecida con que la producción siga confiando en mí y que piense que puedo tener un buen desempeño como coach. Es un lujo por lo que significa este programa, que apela solamente al talento, sin chismes ni golpes bajos. Que se dignifique así al artista es maravilloso”, finaliza.