LA VOZ
El ganador de "La Voz Argentina" habla sobre su victoria en el reality de canto que condujo Marley y se emitió en Uruguay por Canal 4
"Yo me presenté en La Voz Argentina para hacer lo que amo: cantar. En ningún momento lo hice con intención de dar lástima, lo hice para dejar atrás el sufrimiento y seguir con mi vida”, expresó hace unos días en sus redes sociales el cordobés Francisco Benítez, flamante ganador de la tercera temporada del reality show de talentos que llegó a su final el domingo.
Al leer algunos comentarios en las redes que hacían mención a cómo esa tartamudez que sufre desde los 6 años (y que se disipa al interpretar), había influido en el apoyo del público, el joven de 22 años decidió recoger el guante y hablarle a su audiencia como siempre lo hizo: desde la simpleza. Esa sencillez y esa forma genuina de manifestarse se trasladó a sus presentaciones, que se ganaron el corazón de los espectadores del programa que escucharon una voz prístina, limpia, transparente, y al mismo tiempo la sintieron un reflejo del cantante argentino que la porta.
Benítez, oriundo de Colonia Tirolesa, se consagró campeón del certamen de canto, que en Uruguay se vio por Canal 4, con el 44,3% de los votos. El cordobés fue elegido nada menos que por 2 millones de personas y se impuso por sobre Luz Gaggi, quien quedó en el segundo puesto.
Y su felicidad no terminó allí, ya que ayer se convirtió en padre. Mariela, la madre de Francisco habló sobre su nieto. Dijo que el parto fue sorpresivo ya que Rocío, pareja del cantante cordobés, tenía fecha para el 19 de setiembre. “Fue inesperado, se adelantó. Fue alegría por partida doble”, agrego.
Después de su triunfo y antes de convertirse en padre, Benítez habló sobre lo que siente luego de su gran noche y sobre cuánto influyó en su camino en el programa tener a Soledad Pastorutti como coach. “Siempre sentí que la conocía de toda la vida”, expresó.
—¿Cómo estás viviendo el día después del triunfo?
—Todavía no puedo caer...
—Me imagino. ¿Esperabas recibir tanta cantidad de votos? Obtuviste más de 2 millones...
—Sinceramente no me esperaba nada, yo la consideré ganadora dentro mío a Luz, estaba como muy seguro de que iba a ser a ella, pero después, cuando vi el resultado, no podía creer nada de lo que pasaba, todavía no lo creo, se me vienen tantas cosas a la cabeza.
—¿Cómo decidiste presentarte en el programa? ¿Dudaste mucho?
—Sí, honestamente dudé muchísimo presentarme. Yo me estaba por presentar en el casting de 2018 y por miedo no fui, ya después en 2019 decidí que lo iba a hacer. No me presenté para quedar en el casting, me presenté para sacar esos miedos. El día que salí de la prueba de cámara estaba re contento como si hubiese ganado y después me llamaron para las audiciones.
—¿Qué te condujo a irte con el equipo de Soledad y cuán importante fue ella en tu proceso?
—Yo decidí irme con la Sole porque me resultaba familiar, somos del mismo “palo”, venimos del folclore, si bien los cinco son todos talentosos, yo la elegí a ella porque sentía que la conocía de toda la vida, como que había una confianza, y por eso fui con ella.
—¿Cuál fue la presentación que más disfrutaste?
—La que más disfruté fue la de los “Playoffs” cuando canté “Así fue” (de Juan Gabriel), sobre todo porque me sentí cómodo con la canción y arriba del escenario... Me pude meter más en la canción que en otras ocasiones.
—¿Te generó más nervios la última instancia de las presentaciones en vivo? ¿Cómo las transitaste?
—Sí, el vivo tiene esa presión, aparecen nuevamente ciertos miedos, como confundirte en la canción y que salga todo mal, pero también lo que tiene es que te da esa adrenalina, tiene su lado bueno y su lado malo. En realidad, es lo mismo en un punto porque a uno lo graban y terminás saliendo en la televisión igual.
—Siempre remarcaste que la música te salvó, ¿te acordás del momento exacto en que lo notaste?
—Sí, la música me salvó, es así. Eso lo empecé a notar ya de grande porque cuando era chico cantar me gustaba mucho, pero al crecer tuve más problemas con el habla. Cuanto más pasaban los días, más me costaba. Cada día era más difícil, y cantar era lo único que podía hacer bien, en el sentido de que me sentía con paz. Por eso digo que me salvó y que me sigue salvando hasta ahora. Por eso amo la música porque es la única manera en la que puedo estar en paz. Porque cuando se me traba el habla, también se me traba el cuerpo y lo que tiene la música es que hace que todo fluya en mí.