Apenas se cruza el portal que da acceso al predio del Espacio de Arte Contemporáneo (el EAC, lo que antes era la cárcel de Miguelete) se puede ver una puerta, apenas abierta, a la izquierda. Un cartel de “pare” y una guardia de seguridad limitan el acceso a esa zona. Una vez autorizado el ingreso se puede ver una enorme carpa y un set de filmación con tres estaciones de cocina. Es la zona de eliminación de Fuego Sagrado, programa de Canal 12 que estrena esta noche, a las 21.00, su tercera temporada, esta vez con famosos.
Hay que caminar un poco más, pasar por pasillos y seguir los cables tendidos en el piso para llegar al estudio principal del programa que vuelve a contar con Lucía Soria, Federico Desseno y Aldo Cauteruccio como los jurados.
Allí hay un centenar de personas entre camarógrafos, sonidistas, y un gran equipo de producción. “Elegimos esta ubicación porque nos gusta cambiar, es un escenario divino y distinto dentro de Montevideo”, dice Ana Laura González, gerenta de producción de Teledoce. “Volvimos al aire libre como en la primera temporada (se había filmado en La Baguala), y si bien tenemos las inclemencias del clima, y si llueve suspenderemos y nos va a pasar, estar aire libre hace que los asadores tengan una dificultad extra”.
Esta temporada viene con 18 participantes: Matías Valdez, Esteban Batista, El Gaucho influencer, Gonzalo Moreira, Jorge Seré, Rodo Castañares, Majo Álvarez, La Diega, Guillermo Lockhart, Lucía Rodríguez, Lucho Romero, Lina Pacella, Luciana González, Karina Vignola, Nadia Theodoluz, Claudia García, Pelado Cordera y Katja Thomsen.
"La gran diferencia en esta edición es que los participantes sienten menos presión, aunque los jurados mantienen sus exigencias”, comenta Alejandra Borques, productora ejecutiva de Teledoce. “Los desafíos son los mismos, pero en el momento de estar cocinando son más divertidos, están menos presionados”.
“Al ser famosos, la respuesta es rápida, porque estás trabajando con humoristas, cantantes, y uno te responde con un chiste, otro con una canción, y hay humor y chicanas entre ellos. Eso hace que el programa se haga muy divertido. Pero con la rigidez y rigurosidad de elegir al que cocina mejor de todos. Estamos en ese proceso”, comenta Cauteruccio.
En cada jornada de grabación, lo que abarca entre ocho y diez horas, los participantes tienen que realizar una prueba central, y los tres con menor puntaje pasan a la zona de eliminación. Como siempre, en cada capítulo hay un eliminado.
“Silencio que grabamos” se escucha desde un megáfono, y a los pocos segundos se retoma la filmación del concurso de asadores.
Mientras El Pais visita el set de filmación, un participante tiene un inconveniente y tiene que resolverlo urgente porque está por terminar el tiempo. Estas cosas que pasan en cualquier cocina, también ocurren en Fuego Sagrado.
Cauteruccio se pasea por las mesadas y grita: “vamos asadores, queda un minuto y medio”. Se acerca a Batista y le pregunta por un ingrediente, a García dice: “qué pinta que tiene eso”, y Álvarez que se apure que el tiempo apremia.
Una vez terminado el tiempo de cocinar se pausa la filmación, y el set se transforma. Aparecen muchas personas que se mueven como en una coreografía. Hay cuatro que asisten la mesada de cada famoso para apagar el fuego, limpiar los utensilios, y dejar todo pronto para la próxima grabación. En paralelo hay otro equipo se encarga de filmar el contenido exclusivo para las redes.
Una vez terminada la degustación y anunciados quiénes tendrán que ir a la eliminación, se termina el rodaje en esa parte del EAC, y se prepara el estudio para la eliminación.
“Por lo general, los participantes hacen dos preparaciones, algo que el espectador no se da cuenta, porque así los jurados prueban los platos en caliente”, comenta Borques. “Después existe el tiempo donde llevan el plato y el jurado lo prueba para la cámara, pero siempre lo prueban caliente”.
Soria, quien también es productora de Fuego Sagrado, cuenta que si bien ahora son participantes que no se destacan por cocinar, “desde el primer día nos han ido sorprendiendo con su capacidad de asar, con las ganas, el entusiasmo de jugar este juego, y de hacer cosas ricas”.
Y como en todas las ediciones, los jurados hacen énfasis en lo positivo. “Eso ayuda a crecer”, comenta la jurado. “También permite darles el comentario para que mejoren en la competencia, cosas que nosotros aprendimos en nuestra profesión”.
Lo que se nota, viendo la degustación, es que el apetito no se pierde. “Eso también habla de que cocinan rico. Mi amigo Aldo tiene su eslogan: “quiero comer rico”, y acá lo está haciendo rendir, y con razón”, comenta Soria.
“La propuesta de Fuego Sagrado es hacer todo a la parrilla, no solo un asado. En un momento la gente criticó porque no se hacía tanta carne, y lo que queremos transmitir es que con un fuego se puede cocinar, y arriba de una parrilla podés poner una cacerola y hacer una pasta, o un postre. Ese es el criterio del programa”, dice Desseno.