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Furia Scaglione, el huracán televisivo que arrasó con "Gran Hermano 2024" y no quería ser la mala de la película

Amada y odiada, Juliana "Furia" Scaglione se convirtió en una de las jugadoras claves en la historia de "Gran Hermano Argentina", el reality al que llegó acompañada por solo tres amigos. ¿Cómo terminó cautivando a una multitud?

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Juliana "Furia" Scaglione fue la gran jugadora de "Gran Hermano 2024".
Foto: Captura de Telefe

Redacción El País
El día que Juliana Scaglione entró a Gran Hermano era un domingo de calor, el 11 de diciembre de 2023. Vestía un top rojo y una minifalda negra que dejaban al descubierto todos los tatuajes de sus brazos, su cuello, sus piernas, su espalda. El pelo era una corteza milimétrica color rubio plata, casi como la cáscara de una fruta. Tenía un brillante pegado en el entrecejo, "el ojo que todo lo ve", y la sonrisa hambrienta. En la tribuna la acompañaban tres personas: dos llevaban un gorro de visera en el que se leía, con letras rosa chicle, "Furia".

El día que Furia dejó Gran Hermano, al comienzo de la madrugada del 19 de junio, Telefe había tenido que reforzar la seguridad de la locación de Martínez para contener tanta euforia. Cientos de personas se amontonaban con carteles, prendas de ropa, accesorios que llevaban su apodo y rostro como un estandarte. Entre la multitud aparecían versiones suyas, chicas que le habían copiado el look. Cuando la vieron aparecer, se desarmaron en un chillido uniforme: era el recibimiento para una campeona sin corona que se convirtió, en un año de convulsión política y crisis económica y social, en la mujer más nombrada de la República Argentina.

De tres amigos a un fandom propio que le festejó un cumpleaños en el Obelisco, gastó millones y millones de pesos para cumplir sus deseos en el juego y actuó como un ejército depredador de enemigos, y también a ser la villana de una multitud que, en algún momento, perdió la esperanza de verla caer. Así cerró Furia Scaglione (deportista, entrenadora, doble de riesgo) su paso por Gran Hermano Argentina: como una de las jugadoras que marcará, para siempre, la historia del reality.

La intensidad con la que dividió pasiones se puede resumir en dos escenas de la última madrugada. En Buenos Aires, a la salida del estudio del reality, los llamados "furiosos" agredieron a exjugadores que supieron enfrentarse a Juliana, como Catalina Gorostidi ("Agresión a la salida de Telefe. Choqué mi camioneta") o Federico Farías, Manzana ("Estoy en shock, me rompieron el auto"). En Montevideo, cuando Santiago del Moro anunció que era ella la que dejaba la competencia, alguien salió a festejar al balcón al grito de "¡Se fue la pelada!", y hubo autos que tocaron bocina y otras personas que replicaron el festejo desde ventanas cercanas, con aires de tribuna deportiva.

Desde que el formato Gran Hermano se estrenó, en Países Bajos en 1999 y como una referencia a la novela 1984 de George Orwell, se convirtió en el reality show por excelencia por algo sencillo: de alguna forma, es un reflejo de la sociedad. En la selección de un grupo de personas anónimas, absolutamente mundanas, que pasan a convivir en el encierro y filmadas las 24 horas del día por cámaras, comportándose como una suerte de microsociedad, se puede ver un poco de nosotros mismos.

O como al conductor de la edición argentina le gusta decir: "Gran Hermano es un espejo, y eso interpela".

El ascenso de Furia en la Argentina de Javier Milei parece dar la razón. Con un temperamento arrollador y a puro grito, fue la gran artífice de esta temporada: cambió de alianzas de manera continua, pero siempre jugó sola. Las discusiones y los insultos fueron parte de su fórmula; sus compañeros le pidieron una y otra vez al público que, a la hora de votar por un nuevo eliminado, los ayudaran a tener paz en la casa. Y semana tras semana vieron cómo su súplica era ignorada.

La estrategia de Furia y el respaldo incondicional de un sector del público le permitieron tumbar a más de 10 jugadores de la temporada, que se fueron pura y exclusivamente porque ella lo diseñó. En la lista está Agostina Spinelli, que empezó como su compinche y terminó abandonando el reality porque sintió que, si seguía conviviendo con Juliana, su vida estaba en riesgo.

En el video con el que fue presentada en Gran Hermano, aquel 11 de diciembre, Furia declaró: "No soy la mala de la película. Tenés dos opciones, que es triunfar o ser espectador. Y yo no vine a ver a nadie".

Eso lo respaldó con acciones en una casa marcada por los "caracoles", el apodo con el que se nombró a todos aquellos que eligieron cultivar un perfil bajo y no prestarse a los conflictos. Muchas veces, Furia estuvo peleando con ella misma, lidiando con sus molinos de viento. Tuvo intereses afectivos (Lisandro Navarro a nivel platónico, Mauro Dalessio) y se encargó de despacharlos. Recibió un diagnóstico de leucemia y redobló la apuesta, más rabiosa que nunca. Contó su historia de vida (sus padres fallecieron, pasó momentos duros, no se habla con varios de sus hermanos) y, del otro lado de la pantalla, muchos eligieron acompañarla. Otros tantos utilizaron las redes sociales para denunciarla sistemáticamente: la acusaron de homofóbica, de violenta, de misógina, pero donde algunos vieron eso, otros vieron entereza, honestidad, libertad.

Tan imbatible era su desempeño que más de una vez se especuló con un favoritismo de la producción, que podría haberle filtrado información del exterior, a juzgar por declaraciones que hizo en reiteradas oportunidades y que daban cuenta de un conocimiento del juego difícil de tener desde el aislamiento. Aún así, Furia fue Gran Hermano 2024, y la última mujer en pie.

El martes la derribaron los hombres. Cayó en un mano a mano con Martín Ku, que se aseguró que al menos uno de los "Bro", la hermandad que conformó con Nicolás Grosman y Bautista Mascia, tenga presencia en la final; los otros en carrera son Darío Martínez Corti y Emmanuel Vich.

"Ellos tres juntos. Respetuosos. Coherentes. Amigos. Buena gente. Me gusta que los buenos triunfen", escribió sobre los Bro un tuitero, tras la salida de Furia. Otro: "Hoy se fue la persona más violenta que tuvo la televisión abierta en los últimos años. La representación del machismo, la arrogancia, discriminación hecha persona. Todo lo que estaba mal, pero que nos quisieron hacer creer que estaba bien. AL FIN. SE HIZO JUSTICIA".

Su salida marcará uno de los hitos televisivos de 2024, y un mojón en la historia del programa. Pero también abrirá preguntas: qué determina el eje del bien y del mal, por qué otra vez un hombre ganará el juego, qué dice la furia de este presente y cómo algo tan trivial como un reality show puede despertar pasiones así.

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