ENTREVISTA

Las noches de Canal 4 tienen novedades. Al estreno de Un doctor genial (lunes a jueves a las 22.30) y el regreso del programa de viajes de Marley, Por el mundo a las 23.15, se suma un late night show argentino. No es tan tarde irá desde hoy, de lunes a jueves a las 00.15 y viernes a las 00.30; es una producción de Telefé y está liderada porGermán Paoloski.

Para el conductor, se trata de una continuación de Nunca es tarde que durante cinco años estuvo en la pantalla de Fox Sports. “El espíritu de ese programa lo hacemos con la misma banda y que se pueda ver en Uruguay está bárbaro”, dijo Paoloski a El País.

El argentino es una cara conocida en los medios hace décadas, generalmente asociado al fútbol. Comenzó trabajando con Fernando Niembro en radio y luego llegó a la televisión con Fútbol de primera.

“Arranqué en el periodismo deportivo pensando que me iba a dedicar exclusivamente a eso y al fútbol que es lo que más me atrae, pero la carrera me fue llevando a diferentes lugares, y un poco tiene que ver con mi curiosidad de ir buscando por dónde me podía sentir cómodo”, dijo.

Entre esas posibilidades apareció la conducción del informativo nocturno de Telefé, y fueron llegándole otros formatos de entretenimientos como Operación Triunfo, o hasta “de ciencias” como Asombrosamente para National Geographic. Y si bien siempre se mantuvo vinculado a los programas deportivos, fue Pura química el ciclo que lo ayudó a mezclar entretenimientos, música y entrevistas a famosos.

—¿Que se requería para que la propuesta del late night show se consolidara en la región?

—Creo que se necesitaba un conductor con ganas para hablar con el invitado. Calificados para hacerlo había, hay y habrá, solo se requería ponerle ganas. También faltaba una productora que tuviera ganas de hacerlo, por eso lo hice con la mía: así podía hacer el programa que quería.

—Estuviste cinco años haciendo Nunca es tarde en cable y ahora hacés un programa similar en la televisión abierta. ¿Qué diferencias hay entre esos medios?

—La diferencia está en el rating. En la televisión abierta estás agarrado de un alambre que en cualquier momento se corta, porque dependés de que se venda comercialmente el programa y de un buen número de rating. En cambio en el cable tenés cierta comodidad, para armar un programa a largo plazo. Igual, para mí la exigencia que tenía en Fox Sports es la misma que tengo en Telefé. Siempre quiero hacer el mejor programa posible y tener los mejores invitados. Lo que me daba el cable era la permanencia de estar cinco años haciendo el programa, mientras que en el aire tenés que dar examen todos los días y el rating es el que manda.

—¿Eras consumidor de este tipo de formatos?

—Me gustan. Siempre veía lo que llegaba de Estados Unidos y quería poder hacer algo similar acá. Así lo hicimos durante cinco años con Nunca es tarde que estuvo en la pantalla de Fox Sports, y ahora, desde octubre, en Telefé. Que ahora además llegue a Uruguay me hace muy feliz.

—¿Costó que el formato se impusiera en la televisión abierta?

—Costó un poquito. Si bien me gustaba y lo hicimos en cable, en Argentina el primer intento de un programa así lo hizo (Roberto) Pettinato con Duro de acostar. Me gustaba pero no perduró y no tuvo réplicas con otros conductores, lo que me llamó la atención, porque es un gran formato. Es lúdico, divertido, y además está en un horario donde la gente que se pone a mirar la tele quiere relajarse, olvidarse de lo que fue el día y las cosas negativas. Quieren escuchar una entrevista con alguien conocido pero desde el humor y la buena onda.

—¿Por eso es que no planteás entrevistas serias o intentás escarbar en el pasado de los invitados?

—Claro. Acá no se profundiza sobre el dolor o situaciones complejas: es una entrevista agradable con algo de humor y música. Va por ahí, porque si hacés una entrevista dura es para otro espacio y horario. El late night show lo que te pide es una entrevista simpática porque es lo último que vas a ver antes de irte a dormir. La intención es que la gente se divierta antes de irse a dormir, que la pasen bien.

—¿Cuesta que los invitados se sumen a esta dinámica?

—No hacemos un culto a las preguntas sobre la vida privada y no somos un programa de espectáculos. Puede surgir alguna de la vida privada pero la idea es sacar una sonrisa, no que diga con quién está en pareja o por qué se separó. Claro que hay veces que estos temas forman parte de la actualidad del invitado y como soy periodista, pregunto cosas que pueden tener un interés en la gente. Pero no me la juego por ahí, no estoy todo el tiempo en eso.

—Este año Jey Mammón y Moria Casán también probaron hacer programas de este estilo.

—Sí, tuvieron programas similares, y eso permitió que los invitados entendieran de qué iba el programa. Porque es fundamental que el invitado entienda y comparta esa energía, porque si el otro no me acompaña es imposible hacer nada. También es cierto que hay gente a la que le cuesta soltarse más, hay gente más histriónica, hay gente que tiene más humor y otra que es más seria, pero más allá de eso, la idea es que te relajes y entres en la dinámica de una nota corta que tiene estas particularidades. Por suerte no he tenido que convencer a nadie para que venga, o tenido que explicar qué vamos a hacer, ya lo saben.

—Actualmente están conduciendo un informativo al mediodía, hacés SportCenter de tarde y conducís este programa de noche. ¿Cómo te da el tiempo para todo?

—Hay una frase que resume eso: cuando encontrás algo que te gusta, no es trabajar. Yo encontré en la televisión y la radio una pasión. Hacer distintos formatos me atrapa, la posibilidad de producirlos, estar involucrado en el contenido y el armado, me encanta. Estoy haciendo tres programas diarios, o sea que estoy todo el día trabajando, pero estoy feliz. Los fines de semana estoy a full con mis hijos, y también en las mañanas estoy con ellos y los llevo al colegio. A veces le saco horas al sueño o al descanso pero trato de hacer todo. Soy inquieto, me gusta ser curioso y meterme en diferentes cosas. Lo disfruto y lo transito así.

—Además has hecho de todo, incluso participar en telenovelas como Dulce amor o Graduados.

—Eso no quiere decir que lo haga bien, pero al menos me mando. Algo que me planteé hace muchos años es tratar, en lo posible, de escapar del encasillamiento. En Argentina es muy fácil que te etiqueten: es periodista deportivo, es conductor de entretenimientos, es informativista; quise escapar de eso y ser una persona que hoy puedo estar al frente de un programa deportivo, mañana de entretenimientos, pasado un noticiero, y tratar de hacerlo de la mejor manera. Siempre estoy luchando para que no me encasillen y buscando cosas distintas para ir por más. Para mí la vida tiene que ver con eso. Claro que hay gente que encontró un lugar conduciendo programas de noticias, ama eso y no se ve haciendo otra cosa porque eso es lo suyo y está muy bien, pero yo necesito hacer cosas diferentes, si no me aburro. No me vería haciendo un mismo tipo de formatos por 20 años, y ni siquiera este al que amo tanto.