Mira para atrás y no acredita que hayan pasado solo tres años de la vez que le levantaron dos programas en la misma semana: Vespertinas (Canal 4) y Arde la ciudad (Radio Cero). En una tarde para el olvido, Sofía Rodríguez, que se acababa de quedar sin su programa de radio, llamó desde el auto a su pareja, Tomás Bartesaghi y le contó entre lágrimas y risas que también se había quedado sin pantalla. Se rearmó como pudo, le sacó jugo a las redes y tres meses después le cayó del cielo la propuesta para ser una de las investigadoras de ¿Quién es la máscara? (Teledoce).

Siente que esa escena tragicómica pertenece a otra vida, y quizás lo que la hace parecer tan lejana es el contrapunto con su maravilloso presente. Hoy disfruta de conducir Rompe Paga (Radio Cero) y valora la oportunidad de lucirse, por primera vez, en un formato internacional.

"A quienes nos gusta hacer televisión, ver el despliegue de esta superproducción nos da mucho orgullo y agradecimiento", expresa Sofía Rodríguez a El País sobre el profesionalismo de ¿Quién es la máscara?.

Pero no todo es trabajo en la vida. La periodista y comunicadora está feliz de poder cumplir su sueño de ser madre a los 42 años, junto al empresario gastronómico Tomás Bartesaghi. La fecha para la llegada de Borja es fines de agosto. Estos días, bosteza sin parar y está con mucha acidez. Pero no se puede quejar, porque no tuvo síntomas antes.

Revolucionó las redes el pasado Día de los Enamorados al anunciar su embarazo. El primer trimestre guardaron el secreto "bajo 800 llaves": preferían tener los resultados de las ecografías y estudios genéticos antes de hacerlo público. Solo lo compartieron con Agustina, la hija de 16 años de Tomás, que está chocha con la llegada del hermanito.

"Me costó mucho ser mamá, hice un montón de tratamientos en mi vida, después me descubrieron la endometriosis, y me intervinieron dos veces por eso", cuenta sobre ese largo camino.

La historia tuvo final feliz y no le entra en el pecho tanta alegría: "Fue un hijo muy deseado y buscado. Tuve un embarazo superlindo, lo disfruté un montón", expresa.  

No se imagina qué será de su futuro y no sabe cómo la encontrará el día a día con el bebé. "En todos mis trabajos pongo mucha energía, estar a medias no me seduce. Volver voy a volver, pero no sé cuándo ni cómo", anticipa sobre su retorno a los medios.

Foto: Gentileza La Máscara/Teledoce

Sabe que va a seguir en la radio y no descarta volver al aire al mes y medio de dar a luz, si necesita un espacio. Por lo pronto, mañana a las 21.00 se emite el último programa de ¿Quién es la máscara? y Sofía ansía que haya quinta temporada, aunque no puede confirmar nada.

Entre las metas que hoy más la entusiasman está seguir recorriendo el mundo: "Siempre tenemos un destino como una zanahoria. Viajar es la plata mejor invertida", dice sobre este plan en pareja.

No descarta algún día probarse como actriz, aunque no sin antes prepararse. De lo contrario, no cree poder hacerlo bien. Y se sincera: "Le tengo mucho respeto a la actuación: no por ser público estás capacitado para subirte a un escenario. Si lo encaro es con un background importante; si no, me muero de la vergüenza".

De niña no jugaba con muñecas ni pensaba en el futuro Estaba lejos de ser "Susanita". Sin embargo, al crecer, apareció en Sofía el deseo de tener hijos. "No me imaginaba la vida sin ser mamá, pero tampoco nada me corría", confiesa. Recién a los 30 dijo que entonces sí le gustaría, y quiso ir por ese proyecto: "Evidentemente no estaba preparada todavía, porque la vida me tenía un montón de cosas por delante y recién se materializa ahora, con 42", reflexiona.

El camino fue largo y tortuoso, a pura perseverancia, y su positivismo extremo le jugó a favor. Decretó que quería ser madre y no imaginó otra posibilidad. "Adoptar no fue un escenario que me planteé. Sentía que iba a pasar. A mamá siempre le decía, 'vas a decir que estoy loca pero yo sé que voy a ser mamá'. 'Bueno, si lo crees y lo sentís', me decía... Y acá estamos", comenta feliz.

En el trayecto hubo varios tratamientos, operaciones y lágrimas. Por eso, al enterarse de que estaba en la dulce espera sintió mucha ilusión, pero lo manejó con mesura, consciente de que no dependía todo de ella: "Cuando transitás un camino que cuesta, te empezás a tomar las cosas con los pies bien en la tierra, tratando de manejar ansiedades y expectativas. Terminás entiendo que no controlás nada. Para mí era muy importante estar en paz e ir paso a paso", expresa.

—¿En qué momento te encuentra la maternidad?
—Mucho más madura, más veterana en el buen sentido, con más enseñanzas, dándole valor a cosas que quizás antes no se las daba. A veces pienso, qué saladas van a estar las noches sin dormir, no es lo mismo que a los 30. Más allá de eso, con más aplomo, y eso también es lindo.

Foto: Mathías Alvez.

Un mes y medio atrás, la pareja sorprendió a sus seguidores con un tierno video en el que anunciaban cómo se iba a llamar el bebé que viene en camino. "Qué difícil es ponerle nombre a un hijo", comenta Sofía. Cuenta que eligieron Borja entre los dos y que se lo tomaron con mucha calma.

Buscaban un nombre con personalidad y que tuviera peso, pero sin caer en algo extravagante. "Nos gustan mucho los nombres españoles, fuimos viendo y un día dijimos, 'Borja' y nos encantó", indica.

Si bien era la opción número uno, tenían un par más en el tintero, y una charla con una tía de Tomás los terminó de decidir: "Se lo contamos y cuando nos empieza a leer la etimología del nombre nos dice, 'es de origen aragonés, de Zaragoza', y fue una ciudad muy importante para Tomás y su carrera. Nos miramos y dijimos: si había algún tipo de duda, se fue", relata.

Son varios los famosos que le han creado perfiles de Instagram a sus hijos: Marley a Mirko, Luciana Salazar a Matilda, Andy Vila a Emma, por ejemplo. Sofía, en cambio, asegura no estar afín a esta tendencia: "No me gusta, para nada. Decidirá él si quiere tener redes sociales o no. El hecho de que seamos públicos no quiere decir que él lo sea. Exponerlos así es un montón. No lo consumo tampoco. No sé qué comunican de sus hijos".

Foto: Captura de Twitter @lamascarauy.

Mañana se develará el último personaje de la cuarta edición de ¿Quién es la máscara? y para Sofía no fue una temporada más. Grabó embarazada, y según cuenta, al principio estaba nerviosa de que se atrasara el plan de rodaje y no pudiera aguantar el ritmo intenso que este show exige. No pasó y lo disfrutó mucho.

Es fanática de lo lúdico y considera que entrar en el juego es básico para que los televidentes se involucren. Cuenta que es esencial estudiar cada personaje en casa porque muchas de las pistas que da la producción son “muy genéricas de una persona pública”: “A veces llego de grabar, me quedo pensando, googleo, me voy a dormir y al día siguiente digo, ‘esta persona hace años hizo esto…’, y me lo anoto en la libretita. Es un trabajo de investigación lúdica”. 

Es hincha de los musicales, así que disfrutó mucho la chance de ver un show atrás del otro, con semejante despliegue de producción: “Son 200 personas laburando para un producto que tiene que lucir al aire increíble. Todo está pensado y cuidado de principio a fin”, subraya la investigadora.

Otro punto alto fue la cantidad de figuras internacionales que desfilaron por el programa. Si bien la presencia de los famosos es fugaz y la posibilidad de charlar es breve (“se tienen que ir rápido porque cuanto más tiempo están sin la máscara, más chances hay de que por un error alguien pueda entrar y ver”, explica), asegura que conocer a Marta Sánchez, su ídola de la adolescencia, fue increíble.

Menciona también al Puma Rodríguez y a Arturo Valls: “Es el conductor más importante de España y estaba acá, metido en una máscara”.

Por último, revela un secreto sobre la foto final con los famosos que denota el cuidado de la producción para evitar que se conozca la identidad de las máscaras: "Nos la saca a todos una persona con su celular y después nos la manda, por las dudas de que te roben el teléfono o pase algo y se descubra quién es".