Por Nicolás Lauber
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Luego de pasar la capilla y la Plaza Jacksonville, hay que caminar más de una cuadra por un angosto camino de madera para llegar a la carpa de Bake Off Uruguay.
Es el mismo lugar en el que se armaron los escenarios de la primera y segunda temporada del concurso de pasteleros que regresa mañana a la pantalla de Canal 4 con varias novedades. La más notoria es que tendrá dos emisiones semanales, lunes y miércoles a las 21.15, después de Telenoche. Para conocer las otras, afirman los jurados de la competencia —Sofía Muñoz, Hugo Soca y Rose Galfione—, habrá que esperar.
Como siempre, en los primeros dos programas de Bake Off se dividirá a los participantes en dos grupos de siete personas. Uno de cada grupo será eliminado antes del inicio formal del certamen.
Bake Off es una competencia que se realiza en 35 países en todo el mundo, y la versión uruguaya ha sido elogiada por los responsables, que la ubicaron entre las cinco mejores del planeta. En Uruguay ya se estrenaron dos temporadas que finalizaron con la victoria del emprendedor Facundo Amestoy en la primera, y de la piloto Noelia Carnales en la segunda.
Ahora es un caluroso martes de fines de febrero, pero en la carpa la refrigeración está encendida y se siente. Los jurados junto a la conductora del ciclo, Jimena Sabaris, llegan y sonríen agradecidos por el cambio de temperatura. La carpa está llena de utensilios para cocinar, bien limpia y vacía ya que ese día van a grabar las publicidades del programa. Pero antes de esos compromisos, las figuras charlaron con El País.
“Estamos contentos y ansiosos para que empiece la temporada”, coinciden todos.
“Nos hemos llevado muchas sorpresas en esta temporada”, comenta Sabaris. “A mí me encanta observar a los participantes, no al nivel técnico de la pastelería como ellos (señala a los jurados), porque tengo la chance de charlar más e indagar en sus historias. Y hay personalidades muy interesantes con las que, seguramente, la gente se va a encariñar”.
“También hay lindos desafíos”, agrega Soca, “porque no deja de ser una competencia más allá de que después se logra una amistad. Pero el certamen es para obtener el premio del mejor pastelero del Uruguay. Para eso están los desafíos que te llevan a competir, pensar, exigirte, y a estudiar”.
—Los tres jurados tienen personalidades y carreras muy distintas, ¿cómo se dividen a la hora de evaluar?
Rose Galfione: Como profesional, a la hora de la degustación tengo que dejar mis gustos de lado para calificar la técnica y el desempeño del pastelero. A veces nos dicen: “a vos no te gusta tal cosa”, pero hay que probar todas las preparaciones, no solo las que nos gustan. Eso nos hace profesionales.
Hugo Soca: Además, cada uno tiene su estilo y su personalidad, y eso es bueno. Sofía va a ese dulce más intenso, Rose a lo más decorativo, y yo a lo que sea de estación, y cada uno al momento de dar la devolución, aplica la línea en la que se destaca profesionalmente.
Galfione: Tenemos estilos bien marcados y cada uno sabe dónde va a poner el ojo, y dónde va a hacerlo el otro. Ya nos conocemos y nos respetamos en nuestros estilos. Uno no le quiere imponer nada al otro.
Soca: Exacto. Cuando veo venir algo que no tiene linda decoración miro a Rose y sé qué va a decirle. Respetamos eso en las devoluciones, porque si sé que es un contenido lindo para ella, no se lo voy a agarrar yo que, me gusta la decoración, pero no es mi área. Yo veo más las masas, el relleno, otro detalle de esa preparación.
Sofía Muñoz: Todos tenemos nuestros puntos. Yo miro el trabajo de manga, el equilibrio entre el relleno y la masa, pero quiero destacar que nosotros aprendemos mucho de los participantes. Porque una vez que les dicen a los participantes que están en Bake Off, estudian mucho y tratan de buscar las últimas tendencias e innovaciones. Si bien una está en eso, no está al nivel de los participantes que quieren sorprendernos. En el programa no les podemos decir: “esta idea me la voy a llevar y me la quedo”, pero hay preparaciones que nos quedan en la mente y, a nuestra manera, tratamos de reproducir. Aprendemos, sobre todo, por la audacia de participar, que no lo tiene cualquiera.
Galfione: Yo no podría.
—El año pasado les hicieron hacer preparaciones saladas, y varios participantes quedaron sorprendidos.
Soca: Es que la palabra “bake” significa hornear, y puede ser dulce o salado.
—Lo que no cambia es que no saben nada de los participantes cuando llegan.
Galfione: Sí, cuanto menos trato tenga con ellos, mejor. No me gusta involucrarme en sus historias porque no quiero que sea tendenciosa mi devolución. Pero por defecto profesional, cuando ingresamos a la carpa, también le pasa a Hugo y Sofía, vemos que hay perfiles que son de finalista. Hay otros que te pueden sorprender, pero en general hay un olfato que interfiere y sabés quién se sabe defender ante las diferentes circunstancias, quién baja los brazos y a quién no le da porque está menos preparado.
Muñoz: Nos enteramos de las personalidades, de cosas que piensan o de su vida, cuando vemos el programa. Porque no vemos cuando les hacen los testimonios, relatan su historia o Jime cuenta de sus vidas. Y está bueno porque no nos permite involucrarnos demasiado.
Soca: No los conocemos, nos dan una foto en blanco y negro. Incluso nosotros tenemos nuestra carpa y ellos la suya, que está alejada de la nuestra. Estamos con cero contacto. Ni siquiera almorzamos juntos cuando terminan las grabaciones. La que sí tiene contacto es Jimena.
Sabaris: Les digo, más les vale que me cuenten cosas (se ríe). A veces me siento mal porque faltan 10 minutos para terminar y entro a charlar sobre sus vidas porque es parte de mi trabajo, y te miran con cara de: “andate y no me hables”. Otras veces siento que interfiero y pienso: se le va a quemar la preparación pero me está contando algo que le pasó, y está parando de batir, y se le va a quemar. Entonces les digo: “seguí por favor” y me voy.
—¿Qué novedades se vienen para esta temporada?
Galfione: Hay sorpresas en la carpa respecto del año pasado.
Soca: No se puede contar, pero se puede adelantar que tiene que ver con quien gane el delantal. Solo eso.