COLUMNA FARANDULERA

El martes volví a mi habitual programación de Tinelli para hacer maratón de llanto. Es como que el programa este año está yendo paso a paso a ver con qué cosas levanta el rating, así que le dedicaron más de la mitad de la noche a un duelo de folclore entre dos participantes que tuvo videos emotivos y visitas familiares sorpresas. ¡Díos mío! Pensé que a Pampita se le adelantaba el embarazo de tanta lágrima que derramó. Jimena Barón, Jujuy Jiménez, Mariana Genesio, todas lloraban.

Todas menos La Princesita que se pasó el programa cuchicheando con su compañero y poniendo caras raras a la cámara. Eso después de haber bailado disco y haberse cruzado con les jurades.

La gente no sabía si la que estaba en la pista era la dulce Karina o si la había poseído el espíritu de Charlotte Caniggia, porque manejó un nivel de ironía que ni te cuento.

La verdad es que Little Princess tuvo una noche mala: me parece que quedó mareada con un truco fuerte que hizo y se pasó perdida el resto de la coreo; encima se le fue el coach uruguayo. Y las devoluciones fueron flojas pero le molestó todo lo que le dijeron porque venía arrastrando rabia desde el ritmo pasado. Tanto rencor hace mal...

Karina dio a entender que está todo arreglado, que a les que juzgan les dan directivas, pidió más plata —todo en vivo, eh— y le dijo a Tinelli que no quería quedarse en el piso viendo el resto del programa porque tenía cosas que hacer. Un poco se le fue el balde, la cadena y todo junto. ¡Qué modales!