Marcel Keoroglian repasó su carrera con El País: "Trato de ser un motivo de alegría"

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Marcel Keoroglian. Foto: Difusión.

ENTREVISTA

Antes de su doble fecha en La Trastienda y el inicio de su gira por el cinco ciudades del interior, Marcel Keoroglian repasó la evolución de su estilo humorístico

Entre su participación en Desayunos Informales con el personaje de Montelongo, donde repasa las noticias del día con una impronta humorística y hasta irónica; su trabajo en La pecera, el programa que Nacho Álvarez conduce en las mañanas de Azul FM; y las filmaciones de La Culpa es de Colón, el exitoso formato que le devolvió el humor a Teledoce, uno tiene la sensación de que Marcel Keoroglian no tiene tiempo mucho libre.

Es más, cerca del mediodía de un lunes, cuando uno entra a las oficinas de Canal 12, lo primero que oye es la voz del humorista cantándole una retirada de murga al micrófono de su celular. Sonríe y se mueve como si estuviera sobre el escenario del Teatro de Verano, pero en realidad está vestido con una camiseta negra y esquivando los autos que están estacionados en el patio del canal. Por la forma en que lanza algunos comentarios, queda claro que está saliendo al aire en La pecera.

Apenas termina la llamada, Keoroglian controla la exaltación, pero mantiene la sonrisa. Saluda a los camarógrafos y al portero antes de irse a una breve reunión con la producción de Desayunos Informales. Unos minutos más tarde, se presenta con un tono calmo mientras pide disculpas por el retraso.

Pero con solo unos minutos de charla, recuerdos familiares y de carnaval, vuelve a encender esa chispa que el público suele ver en cada uno de los proyectos que encara. Se ríe, golpetea la mesa de la cantina del Canal 12 para acompañarse mientras interpreta un fragmento de “La felicidad” (de Palito Ortega) y gesticula sin parar cuando se entusiasma con una respuesta.

Sobre el combustible que alimenta su carrera y los dos shows en La Trastienda que marcarán el inicio de su gira por cinco ciudades del interior uruguayo (ver recuadro), el humorista habló con El País.

Marcel Keoroglian. Foto: Difusión.
Marcel Keoroglian. Foto: Difusión.

—El próximo miércoles y jueves vas a presentarte en La Trastienda para iniciar una gira nacional por cinco ciudades del interior. ¿Cómo va a ser el espectáculo?

—Tiene grandes hits de toda la vida y mezcla algunas cosas nuevas. Empieza con un rap con música de Edú Lombado y después hay un segmento carnavalero donde se interpretan tres cuplés sintetizados junto a La Tríada. También hay canciones e imitaciones. Es un espectáculo de humor que pasa por las diferentes herramientas que vine recogiendo en todos estos años. Cuando empecé en la murga tenía un perfil de nunca hacer la cosa que estaba de moda, pero en la televisión aprendés que si la buscás tanto no hay día a día. Para mí era un pecado contar un chiste, pero si ahora se me cruza lo hago y está buenísimo; no me traumo ni voy al psicólogo.

—En una entrevista con El País mencionaste que te interesa hacer un humor popular “que haga reír a la doña”. Pero, más allá del chiste fácil, tu sello se basa en la reflexión, el buen manejo de la ironía y de las canciones. ¿Cómo valorás lo que le ofrecés al público?

—Lo valoro mucho porque el trabajo que hago tiene mucho cariño y es mi vida. La devolución de la gente es impresionante, principalmente con La Culpa es de Colón. No te digo que hay unanimidad, pero tengo amigos intelectuales que no suelen miran tele, y que me escriben para decirme que les gusta. Y te lo dicen ellos al igual que el loco que pasa por la calle tirando un carro. Eso tiene un valor bárbaro porque el programa cayó en un momento en el que la gente necesitaba reírse.

—Pero, desde el punto de vista personal, ¿cómo podrías definir tu tipo de humor, ese que agrada por igual al intelectual y al que te tira un carro en la calle?

—Yo manejo un humor popular, pero con una vuelta diferente que viene desde mi formación. Antes, tenía que buscarle la vuelta a cada chiste para generar un contenido que te haga pensar. Y eso está buenísimo, pero hay que dosificar los ingredientes. Ahora uso mucho el humor picaresco, pero cuando estaba en Contrafarsa jamás pasaba por ahí. Después me di cuenta de que si a la gente le divierte, entonces no tiene nada de malo.

Marcel Keoroglian regresa esta noche al Movie con su espectáculo "Autobombo". Foto: Difusión
Marcel Keoroglian. Foto: Difusión

—Supongo que no debe haber sido fácil equilibrar los ingredientes para generar ese humor popular. ¿Cómo fue el proceso?

—Me costó mucho. Hace 15 años que estoy en la televisión, pero al principio me dolía en el alma como artista ver cómo se hacía todo. Por ejemplo, yo hacía un personaje y el productor me decía:“Hacelo más marica”. Esas cosas me dolían. No es que uno se acostumbre, pero también es importantísimo salir del cascarón intelectual.

—Eso es lo que más destaco de tu trabajo: sabés ajustarte a lo que requiere el formato.

—Claro. En la murga venía con el concepto de lo artístico como sagrado y me crié con la idea de que lo que creamos tiene que quedar para la posteridad, pero la televisión y la radio son diferentes. La intención está en el día a día, y que tires el libreto a la basura apenas termines tu trabajo es el mejor indicio de eso...

—Es lo que hacés cada vez que Montelongo termina de leer una noticia...

—Sí, aunque al principio te cuesta. Pero después te das cuenta de que eso también es sagrado porque estás divirtiendo a la señora que está en la casa y que de repente no se puede mover porque está enferma. No quedará para la posteridad, pero a la vez sí.

Marcel Keoroglian. Foto: Difusión.
Marcel Keoroglian. Foto: Difusión.

—Y eso me lleva nuevamente al concepto del humor para hacer reír “a la doña”. ¿Cómo definirías esa búsqueda?

—Cuando estoy al aire o en un escenario, trato de ser un motivo de alegría. Y lo busco por todos lados, ya sea por la música (golpetea la mesa y canta un fragmento de “La felicidad”) o por las imitaciones, pero lo que quiero es que te diviertas un rato. Es un momento de expansión, como decía la murga en los ochenta. Antes, el entretenimiento era una palabra asquerosa para mí: “¿Cómo que te vine a ‘entretener’?”, pensaba, pero ahora lo siento como un orgullo: si vos venías de tener un día complicado y de sentirte hecho mierda, pero logré entretenerte aunque sea un minuto, entonces ya cumplí.

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El éxito de "La culpa es de Colón"

“Pensamos que le iba a ir bien, pero superó todas nuestras expectativas”, dice sobre el éxito de La Culpa es de Colón: edición hombres, que va los martes, jueves y domingos por Canal 12. “Cada uno trabaja mucho en su guion, pero el componente más importante es la química”, agrega sobre el rol que comparte con Maxi De La Cruz, Germán Medina, Diego Delgrossi y Leo Pacella.

“Siempre estamos diciendo algo para que al otro le quede el centro; todo está comprendido en un sentido de buen compañerismo que artísticamente nos beneficia a todos. Nos matamos de risa, pero también estamos listos para defender el chiste que hace el otro. Se maneja una energía importante en el programa”, agrega.

Según explica a El País, su trabajo en La Culpa es de Colón representa su motivación de “hacer reír todos los días”. Y mucho de eso formará parte del próximo miércoles y jueves en La Trastienda con el show que mezclará varias facetas de su carrera. Las entradas están a la venta en Abitab y los precios van de 685 a 885 pesos.

Ese espectáculo marcará el inicio de una gira por el interior del país, que contará con varias fechas en cinco ciudades. El camino se iniciará el sábado 25 en La Hacienda (Treinta y Tres) y continuará el 1° de octubre en el Teatro Español de Durazno. Una semana más tarde, el viernes 8, Keoroglian llegará al Teatro Larrañaga de Salto), mientras que el viernes 15 actuará en el Teatro Unión de San Carlos de Maldonado. El último show será el jueves 28 en el Teatro Macció de San José.

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