ENTREVISTA

Es un año con muchos cambios para María Noel Marrone. En pocas semanas su rutina laboral cambió, y bastante. A inicios de febrero anunció que no volverá a ser parte de Justicia Infinita, ciclo que condujo junto a Gonzalo Cammarota por varios años. Además, el miércoles le pasó la posta de la conducción de Sonríe, te estamos grabando a Noelia Etcheverry, y desde mañana será parte de la nueva propuesta informativa de Canal 10, Subrayado tarde.

Sobre los cambios, la importancia de Justicia Infinita en su carrera, las redes sociales, su regreso a la noticia y las mujeres en los medios, “Nole” Marrone habló con El País.

—Volvés a la conducción de un informativo. ¿Cómo se siente este regreso a la noticia?

—En realidad nunca dejé de seguir las noticias. Cuando uno trabaja en esto es muy difícil desconectarse de un día para el otro y además en la radio teníamos un espacio donde le dábamos su lugar. Quizás en Sonríe los informes se encaraban desde otro lugar, porque es un programa que tiene más que ver con el entretenimiento, con el humor, pero también estaban. Ahora vuelvo a un formato informativo con el rigor y el compromiso que eso implica, y además bajo la grifa de Subrayado. Me siento muy contenta pero también con una gran responsabilidad. Voy a estar rodeada de grandes profesionales, lo que me deja muy tranquila.

—Hay quejas que los informativos duran demasiado y mañana vos le agregás una hora más. ¿Qué ofrece de distinto Subrayado tarde?

—Los informativos son largos porque la gente los mira. Siempre hubo interés en la información, y desde la pandemia mucho más. La idea de Subrayado Tarde es poder explicar lo que sucede en la jornada, avanzar en lo que se va a profundizar en la Edición Central y también poder acompañar a la gente en la vuelta a casa, porque se va a retransmitir por Radiocero y Radiocero Punta.

—Hace pocas semanas anunciaste tu salida de Justicia Infinita, ¿Cómo fue tomar la decisión de dejar el ciclo?

—Me costó mucho, porque son muchos años trabajando con compañeros que además son amigos en un programa que quiero mucho. Podíamos tocar todo tipo de temas, debatir y divertirnos con una audiencia que es casi una familia. La radio es un medio maravilloso. Hago radio desde 1999, pero me animo a hacer cambios y a veces todo no se puede.

—Siguiendo tu carrera parece claro eso de que no te atemorizan los cambios.

—Los cambios, cuando uno los elige y son desafíos, son buenos. En este tiempo he tenido que dejar muchos formatos y gente que quiero mucho, pero siempre poniendo en la balanza lo profesional, la vida personal, familiar, y la gente siempre está. Uno por dejar de trabajar en un lugar o un programa no deja los vínculos afectivos. Siempre apuesto a cambiar y a no quedarme quieta.

—¿Qué significó Justicia en tu carrera?

—Cuando arrancó estaba detrás del equipo que lo hacía: Gonzalo Cammarota, Salvador Banchero y Carlos Tanco. Viví sus inicios, crecimientos y cambios, y me divertí con ellos. Cuando me sumé al equipo al aire lo disfruté mucho más y aprendí muchísimo. Justicia tiene un formato que da muchísimas posibilidades para contar historias, conocerlas, escuchar, reírse de uno mismo y con los otros. También vivir experiencias, porque pasaron muchísimos compañeros por ahí, entrevistas, noticias, viajes. Justicia es jugar con amigos.

—¿Y Sonríe?

—Me dio la posibilidad de soltarme más, divertirme, trabajar con un gran equipo delante y detrás de cámaras. También me permitió conocer muchas historias a través de los entrevistados y entender que nadie resiste un archivo.

—Cuando eras estudiante no pensabas hacer televisión, y en 2020 fuiste uno de los pases más destacados del año. ¿Qué valoración hacés de tu proceso en la pantalla?

—Sí, en realidad nunca, ni siquiera cuando entré a facultad, mi idea era hacer radio o televisión, pero nunca digas nunca. La vida y la profesión me fueron llevando, conquistando, quizás con un poco de inconsciencia. Hoy lo disfruto y miro para atrás lo realizado y aprendido, y creo que no me he equivocado en ir aceptando los desafíos que se me presentaron.

—En Desayunos Informales eras frontal, y no te quedas callada a la hora de opinar. ¿Te ha traído complicaciones?

—Soy una mujer frontal en mi vida y en el tipo de trabajo que hago, hay que serlo. Quizás a muchos no les guste que se le pregunte por determinados temas pero somos periodistas y tenemos que preguntarlos. Si no les gusta pueden decir que no quieren responder, pero nosotros no podemos dejar de hacer nuestro trabajo.

—El debate político está polarizado, sobre todo estos días previos al plebiscito. ¿Sentís que hay una grieta?

—Diferencias siempre hubo pero acá lo que podríamos llamar grieta, comparado con otros países, es muy pequeña. Lo importante es -a pesar de esas diferencias, que pueden ser marcadas- mantener el respeto y que no se llegue a la violencia. Las redes sociales hicieron que esa grieta aumentara y que además se lleve a cualquier tema.

—Justamente, ¿cómo te llevás con las redes sociales?

—Tengo Twitter e Instagram. En el primero hay de todo, leo mucho pero también hay que saber cuándo hay que escribir, porque después llegan respuestas a ese mensaje que no tienen nada que ver con la intención de lo que se escribió. También hay que saber cuándo responder, mucho se desvirtúa y queda claro que hay que leer los medios oficiales, porque en Twitter encontramos muchísimas fake news. Y en Instagram es más para pasar el rato, subo poco, ahora más que antes, pero no soy muy activa.

—¿Te ves como la conductora, del informativo central?

—Hace años no acepté hacerlo en otro canal porque mis decisiones son profesionales y personales, y mi hija sigue siendo pequeña y hay horarios en los que necesito estar con ella. Ahora estoy por comenzar un desafío que me permite seguir compatibilizando mi trabajo y mi vida personal, así que pretendo que dure muchos años. No tengo idea dónde estaré en un futuro: mirá lo que fueron los últimos años de mi vida.

—Los medios tienen, en su mayoría, hombres al frente de los proyectos. ¿Es difícil para una mujer ganarse un lugar allí?

—Ahora somos muchas más mujeres trabajando en los medios. El tema no es solo trabajar, sino en qué, de qué forma, si la exigencia es la misma para la mujer que para el hombre, el respeto, la valoración, el sueldo. Mejoramos muchísimo pero falta, como en todos los ámbitos.

María Noel Marrone es parte de una generación de recambio, junto a Gonzalo Cammarota, Rafa Cotelo, Jorge Piñeyrúa, Diego González, entre varios más, que llegaron a los medios uruguayos con una actitud más rockera, desenfadada.

"Todas las generaciones vivimos momentos sociales políticos, económicos y educativos que nos diferencian. La nuestra fue una generación más libre, capaz más desenfadada que la anterior, pero siempre hubo gente así, en los medios también. Quizás al sumarnos más personas de esta generación en los medios se empezó a descontracturar un poco lo que uno acostumbraba a ver, escuchar, las formas de hablar, comunicar, a moverse o vestirse. También editar y filmar, porque hubo un cambio, más allá de los que estamos al aire”, dice Marrone.

La periodista dice que los docentes de las facultades también fueron cambiando sus clases, siguiendo los intereses de los alumnos y las nuevas generaciones. “Hay que aggiornarse a como se manejan los medios y la sociedad, así se fueron sumando materias por la nueva generación. Siempre tenemos para aprender y compartir de las otras, y eso es lo bueno de trabajar todos juntos”, agrega Marrone.