REPASO

Masterchef Celebrity Uruguay tiene, desde hoy, a un nuevo maestro famoso de la cocina: en una definición dramática, Eduardo "Colo" Gianarelli se coronó como el campeón del programa de Canal 10 y, por decisión del jurado, se impuso a Eunice Castro en un reñido duelo.

Minutos después de las 23.30, el jurado realizó en vivo la lectura de votos que cerró, así, una excelente temporada del reality show culinario.

Gianarelli ganó 250 mil pesos en efectivo, un auto 0Km, un curso de cocina en Crandon, un viaje de tres días a El Celler de Can Roca y, claro, el trofeo que lo confirma como la gran estrella gastronómica de 2022.

La emisión tuvo todo lo que se podía esperar de una instancia así de especial. Eso incluyó emociones fuertes y mucho nerviosismo, pero también visitas especiales, presencias ilustres y hasta vestuarios de gala.

La emoción se hizo notar desde el primer minuto. Tras la charla introductoria con los dos finalistas, el jurado dio paso a los familiares de Eunice Castro y el “Colo” Gianarelli, que no pudo contener el llanto al ver en las cocinas a sus pequeños hijos Felipe y Lorenzo.

Para contrarrestar la intensidad de ese primer encuentro, ingresaron al lugar varios de los participantes que fueron parte de esta, probablemente la mejor temporada de Masterchef Celebrity Uruguay. Ahí estuvieron, por ejemplo, Abigail Pereira con un impactante vestido rojo; Ronnie Arias con todo su cariño y carisma, y Luana Persíncula con la energía efusiva que caracterizó su paso por el certamen.

A Luana se le hizo difícil domar ese torbellino de personalidad cuando Ximena Torres, Sergio Puglia y Laurent Lainé le dieron la bienvenida a un jurado invitado, internacional y especialista en Masterchef: el italiano Donato De Santis. La cantante amagó con saltar desde el balcón para abrazarlo mientras le confesaba su amor a los gritos.

De Santis fue el encargado de revelar la tradicional consigna de la prueba definitoria: hubo que preparar un menú de tres pasos —entrada, plato principal y postre—, de consigna libre y en 120 minutos.

Fue una definición vertiginosa y dramática como pocas. Mientras el Colo trabajó ordenado y concentrado, preciso —tanto que se cortó una mano y mientras recibía asistencia, seguía cortando cebolla con la otra—, Eunice tuvo la noche más fallida de su paso por Masterchef. Estuvo inquieta y alterada desde el primer momento y eso se notó en los muchos insultos que se la escuchó decir. Los accidentes se sucedieron.

Le pasó, hay que decirlo, de todo. Se olvidó de separar claras de yemas en una preparación, se quemó, se le complicó para despegar una masa del envoltorio que había utilizado, se le cayó al piso una salsa y cuando parecía que el panorama ya no podía empeorar, se le fue al suelo la fuente en la que tenía el rotolo que había diseñado como plato principal. Había cortado una porción antes y eso le permitió seguir en carrera.

El clima, a su alrededor, era de tensión y de angustia. Las caras de sus compañeros lo decían todo, y la reacción de Donato De Santis también. Intentó descomprimir todo lo que pudo y le tiró sal al piso de su espacio de trabajo para impedir que la participante se resbalara. Es un tip para anotar.

Tras el estres, Eunice fue la primera en pasar al frente con su entrada, unos coquetos pañuelitos en masa filo que envolvían un dúo de quesos con chutney de higos. La combinación de sabores fue calificada de “sublime”, más allá de que le señalaron algún problema en la crocantez de la masa. Torres la alentó: "Pulilo para que pase a ser la entrada de tu vida. Tiene mucho potencial".

El Colo se tenía fe y ofreció un fainá con queso azul, rúcula, peras caramelizadas y almendras laminadas, o sea fainá gourmet. La consideraron una entrada innovadora y rica, más allá de algunos detalles.

A la hora del plato principal, Eunice presentó el accidentado, y muy logrado, rótolo de espinaca y ricotta. "Me hubiese encantado trabajar con ella ahí", dijo, pasional, el italiano. "Acá hay alma, hay sazón, hay deseo de ganar. El emplatado clásico, sencillo, sorpresivamente ordenado viendo tu mesa. Lo lograste muy bien", resumió. "Es un gran trabajo", destacó Lainé.

El Colo, luego, entregó un lomo a baja temperatura en salsa tannat, con repollitos y chauchas que le salió, dijo el jurado invitado, "suficientemente bien". El conductor de Dale que va! explicó que para la final, decidió hacer un menú marcado por los ingredientes que le gustan a su hijo. La devolución fue buena, aunque hubo reparos con los repollitos de Bruselas.

Y así llegó la instancia del postre. Eunice hizo una “galaxia cítrica” de masa sablé que fue, explicó, una manera de cerrar un menú marcado por su historia familiar, que recorrió de Rivera hasta Tacuarembó. Lo que le comentaron fue que la idea era muy buena, pero la realización no: un sabor metálico lo opacó todo.

Para cerrar, el Colo llevó una tartaleta de chocolate y frutos rojos que decoró con un sifón un tanto explosivo. Se veía impecable y el gusto del chocolate era "una nube", le dijo De Santis. "Es un excelente trabajo".

Aunque eso último pareció inclinar la balanza en favor de Gianarelli, lo cierto es que las diferentes devoluciones la habían dejado bastante pareja. Pero para las 23.36, cuando Puglia abrió el sobre en la transmisión en vivo y finalmente reveló el misterio, aquella sensación se confirmó: el Colo se convirtió en el nuevo ganador de Masterchef Celebrity Uruguay, una noticia que celebró con llanto, euforia y sensibles palabras para Eunice Castro, que encontró en la cocina la mejor manera de volver a la televisión. Fue parte del condimento que hizo de este un año notable de Masterchef, que se despidió pero ya prometió volver.