ENTREVISTA
Denise Casaux, Leti Cohen, Jimena Vázquez, Catalina Ferrand, Luciana Acuña y Lucía Rodríguez analizan el final del ciclo de La Tele y cuentan sus planes a futuro.
"Me voy a llevar toda esta revolución, las colonas siempre unidas", fue la frase con la que se despidieron, el pasado jueves, Catalina Ferrand, Denise Casaux, Lucía Rodríguez, Luciana Acuña y Leti Cohen, las integrantes de la versión femenina de La culpa es de Colón, de la pantalla. Durante dos años y desde La Tele, el grupo de humoristas rompió algunos prejuicios sobre las mujeres que hacen humor y, encima, en horario central de televisión.
Ese horario que desde hoy queda a cargo de Marcelo Tinelli y su Canta conmigo ahora, que tendrá emisiones de lunes a jueves desde las 22.30. La edición masculina del ciclo seguirá al aire con un par de emisiones semanales, los viernes y domingos a la hora de siempre.
La culpa es de Colón se convirtió en el primer programa de humor en la televisión uruguaya sostenido únicamente por un plantel femenino. A lo largo de sus temporadas, el equipo le hizo frente -con humor y constancia- a las críticas que aseguraban que las mujeres no pueden hacer reír, como si la comedia fuera un terreno exclusivo de varones. La revolución de las “colonas” fue, sobre todo, ir contra ese prejuicio.
“Fue una experiencia maravillosa, única e irrepetible”, dice a El País Jimena “Jige” Vázquez, figura del carnaval que debutó en televisión de la mano de este formato y que, por cuestiones laborales, en el último tramo fue reemplazada por Denise Casaux. “Estoy agradecida y feliz de haber sido parte de ese proyecto histórico en la televisión uruguaya, que seguramente abrió más de una puerta, permitiendo cambios y transformando lo que se está acostumbrado a ver. Estando ahí adentro entendí lo difícil que es hacer un programa de televisión. No es changa, menos haciendo humor, y muchísimo menos siendo mujeres”.
“Fue nuestra pequeña revolución”, opina otra debutante, Denise Casaux, y agradece al canal y a la productora (Kubrick Media) por haberles dado un espacio desde el que poder derribar la barrera de los preconceptos.
Todas las comediantes hacen, de una u otra manera, referencia a esa misma lucha y esa posible transformación.
Leti Cohen, que se sumó a La culpa es de Colón tras la salida de Manuela Da Silveira, una de las “colonas” originales, lo dice así: “Los prejuicios sobre las mujeres van a seguir existiendo por mucho tiempo. Capaz que alguien cambió de opinión gracias al programa, y con que una sola persona lo haya hecho, ya valió la pena. El cambio es lento, pero el ser parte ya es un montón”.
“Más que romper, siento que mostramos. Mostramos que hay mujeres que se dedican a eso”, comenta Vázquez, quien entiende que hay un doble estándar en cuanto a la evaluación de la tarea de hacer reír. “Lo que un hombre pueda llegar a decir, dicho por una mujer puede ser muy ordinario, y si una mujer hace una pavada, puede ser catalogada como ‘naba’, pero si un hombre hace lo mismo, puede convertirse en algo muy gracioso”.
Luciana Acuña comparte la misma postura: “Siento que la exigencia es mayor para nosotras, e incluso hoy las críticas siguen siendo sobre nuestro cuerpo o cómo nos vestimos”.
A los que están detrás de las críticas, los prejuicios y los ataques, las integrantes de La culpa es de Colón dedicaron el episodio final del jueves. Se despidieron con una cumbia que decía: “Un grupo de mujeres haciendo humor en la tele, era bastante obvio que saltaran los haters”, y se cerraba así: “Me voy a llevar de La culpa es de Colón cinco mujeres amigas. Me voy a llevar toda esta revolución, las colonas siempre unidas”.
En ese aspecto también hay consenso. “Lo más importante que me dejó el programa son unas amigas que adoro y admiro”, resume Acuña sobre el equipo que, ahora, se prepara para llegar a los escenarios.
Así se vivió la despedida de "La culpa es de Colón"
Grabar el último programa no fue una tarea sencilla. “Lo vivimos con tristeza, no te voy a mentir”, admite Lucía Rodríguez. “Arrancamos el programa ‘a moco tendido’ porque vamos a extrañar mucho esa dinámica; ir a grabar siempre era un día de alegría”.
Cohen coincide. “Fue pila. Estábamos tristes, pero fue hermoso el amor que sentimos en el estudio, entre nosotras, con los cámaras, los técnicos, la claque. No estábamos solas”.
Mucho de ese staff apareció en escena para el último instante de la emisión que al final se cerró a puro baile, canto, sonrisas y abrazos. El público lo vio desde su casa y las seis colonas también: Ferrand, Vázquez, Casaux, Rodríguez, Acuña y Cohen se reunieron para ver, juntas, la despedida. Fue un final “hermoso, liberador y poderoso”, definen días después.
“Terminó el programa y quedamos en silencio mientras mirábamos la pantalla como para que no se terminara nunca...”, repasa Vázquez. “Y casi al unísono empezamos a aplaudir y chiflar para despedir a este hermoso proceso. A veces no se dimensiona lo que el programa generó en la gente, y cuando terminó llegaban mensajes que te sacudían por completo, como si muchísimos abrazos traspasaran la pantalla. Los leía y decía: ‘Oh... ¿Todo eso tan lindo te hicimos sentir?’”.
Ferrand, que vivió La culpa es de Colón como un verdadero desafío profesional, lo define como algo “magnífico”. “Me dejó la valentía de seguir yendo por más, y también la seguridad de que lo que se hace con honestidad y talento deja huella. Y eso es lo que hicimos”.
Ahora, las revolucionarias del humor, las mujeres que ayudaron a derribar viejos prejuicios y sobre todo, las humoristas que alegraron a la gente en uno de los momentos más complicados de todos, se despidieron de la pantalla con la promesa de volver. Lo harán, pronto, en otro formato, y con un mismo objetivo: usar la risa para seguir haciendo su propia revolución.
Las colonas se reunirán en el teatro en setiembre
Denise Casaux, Leti Cohen, Catalina Ferrand, Luciana Acuña y Lucía Rodríguez han protagonizado unipersonales de comedia en los últimos meses; de hecho, Casaux y Cohen coincidieron el sábado en Undermovie, cada una con su nuevo unipersonal, Es un montón y Sin filtro, respectivamente.
Pero lo que estas “colonas” tienen entre manos es un show que las reunirá de vuelta a las cinco.
“Vamos a hacer un espectáculo todas juntas. Se va a llamar La culpa no es nuestra y en breve salen las fechas de las funciones”, que será en el complejo Movie en setiembre, adelanta Lucía Rodríguez. “Ya lo teníamos pensado, y este final aceleró el hecho de que tengamos muchas más ganas de hacerlo”.
“Es un proyecto que nos tiene felices porque seguimos juntas”, agrega Luciana Acuña.
Jimena Vázquez, que ya no estuvo en el tramo final del ciclo y no participó del último programa, tampoco será parte de esta reunión, pero tendrá intervenciones a través de audios y videos. Su ausencia se debe a que la Comedia Nacional la convocó como actriz invitada en su puesta de Esperando la Carroza. “Estoy muy contenta por la vuelta al teatro, que lo tenía abandonado y es algo que tanto me gusta hacer”, dice al respecto.